Jóvenes de Misión Caleb abren puntos misioneros en ciudad de Paraguay
En el proyecto en Capitán Bado, Claudia Garay y su familia entregaron sus vidas a Dios como respuesta a sus oraciones
Con gran alegría más de mil jóvenes de Paraguay realizaron la primera actividad misionera del año: Misión Caleb. Ellos dedicaron una semana de sus vacaciones al servicio de la comunidad y vivieron una experiencia de servicio, abnegación y misión.
Uno de los mayores puntos evangelísticos se desarrolló en la ciudad de Capitán Bado, departamento de Amambay, zona fronteriza con Brasil.
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Durante la Misión Caleb se compartieron muchos testimonios de conversión. Uno de ellos fue el de Claudia Garay y su familia.
“Desde pequeña con mi hermano Roberto, íbamos a la iglesia, pero solo para acompañar a nuestra madre. Nunca nos había interesado la religión; pensábamos que podíamos vivir bien sin ella. Recuerdo la experiencia que al regresar de los cultos mis hermanos y yo comenzábamos a pronunciar malas palabras y a continuar con nuestros malos comportamientos, y mi madre entristecida nos preguntaba por qué íbamos a la iglesia si continuaríamos con nuestros malos comportamientos", dijo.
"Tristemente, nuestra madre falleció hace un año y empezamos a sentir su ausencia, ya que ella era la única que nos llevaba a la iglesia. De a poco, nació la necesidad de conocer más de cerca a Dios y de tomar un compromiso de fidelidad y comunión con él. Como respuesta de Dios, alrededor de 70 voluntarios de todo el país realizaron actividades misioneras durante toda una semana. Al finalizar el Caleb, mi familia y yo decidimos que era tiempo de aceptar al Señor y hacer un compromiso con él", agregó.
"Damos gracias a Dios por la llegada de los jóvenes 'Caleb'. Nuestro deseo es que algún día nos reencontraremos todos juntos allá en el cielo”, aseguró.
Misión Caleb en Capitán Bado
En esta oportunidad, 45 jóvenes y 31 líderes de la iglesia de Sapucai unieron sus fuerzas para llevar el evangelio a la ciudad de Capitán Bado, lugar que hasta el momento no tenía presencia adventista.
Como resultado del trabajo misionero, abrieron seis puntos de encuentros evangelísticos, entregaron más de 400 estudios bíblicos, formaron un coro de adolescentes, jóvenes y adultos, e iniciaron el Club de Conquistadores “Esperanza”. El club contó con más de 100 niños inscriptos. Con eso, 130 personas entregaron sus vidas a Jesús y están a días de inaugurar la primera iglesia adventista en el lugar.
Durante este año, los jóvenes del proyecto Un Año en Misión, trabajarán en el mismo lugar y continuarán con la misión que los calebs iniciaron.
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