El escenario universitario puede ser muy desafiante para adolescentes y jóvenes. Hay compañeros y profesores que piensan de una forma diferente, defienden sus argumentos de manera muy inteligente y lógica. Estos argumentos, muchas veces, van en contra de la fe cristiana.

Con frecuencia, el mismo cambio de rutina desempeña un papel importante en que el joven se aparta o permanece en la iglesia, especialmente cuando es necesario distanciarse del círculo social de amigos cristianos para estudiar en una universidad distante. Un estudio realizado por el instituto Lifeway Research, en 2017, muestra que el 47% de los jóvenes que se apartan de sus iglesias afirman que el cambio a la universidad desempeñó un papel importante en ese proceso. Muchos de ellos no tienen su fe como prioridad.[i]

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Todo puede volverse más difícil cuando se cuestionan las creencias del joven o adolescente. “Dios es un delirio, un mito”, dicen. El Jardín del Edén y Adán y Eva son “cuentos de hadas”. La creación en siete días literales es sustituida por millones de años, la columna geológica, el ancestro común, mutaciones y selección natural.

Después de todo, si la ciencia y las leyes naturales pueden darnos “todas” las respuestas que necesitamos, ¿Por qué creeríamos en Dios y en la veracidad de la Biblia? Por fin, el joven se siente perdido y, muchas veces, no logra dar respuestas convincentes cuando es puesto “contra la pared”. ¿Y ahora? ¿Cómo actuar cuando la fe y todas sus creencias y principios son cuestionados?

Es importante comprender que Cristo no nos llama para que seamos abogados, sino sus testigos (Hechos 1:8). Testigos que demuestren credibilidad y confiabilidad con su vida y acciones, sin necesariamente predicar un buen sermón. Pensando en eso, vea algunos consejos que pueden ser muy importantes en el camino universitario y en el fortalecimiento de la vida cristiana.

1. Sea sistemático en el estudio de la Biblia y en los momentos de comunión diaria. Es cuando somos fortalecidos para resistir las tentaciones y permanecer firmes en los momentos desafiantes del día (Mateo 4:4).
2. Reflexione sobre su vida espiritual. ¿Va a la iglesia porque nació en un hogar cristiano y eso se hizo un hábito o porque tomó la decisión de seguir su vida al lado de Jesús? ¿Entiende las consecuencias de esa decisión en su rutina? Obedecer a Dios no debe ser una costumbre, sino una decisión. Debemos ir a la iglesia porque entendemos que ella es parte de nuestra vida y no solo un encuentro social semanal. En el estudio mencionado anteriormente, los jóvenes que permanecieron en la iglesia afirmaron que esta desempeñaba una parte importante de su relación con Dios y los ayudaba a tomar buenas decisiones. Por eso, involúcrese en un ministerio en el cual pueda usar sus habilidades, ya sea el Club de Conquistadores, Música, Escuela Sabática, Ministerio Joven, etc. Su vida tiene un propósito, descubra cuál es.
3. Para muchas personas, la única Biblia que ellas leerán será su vida. Por lo tanto, debemos ser coherentes. Nuestras palabras deben combinar con nuestras acciones. No sirve de nada pedirle al profesor no realizar las pruebas el viernes a la noche, si al día siguiente uno se encuentra con amigos en el shopping. Eso nos lleva al siguiente consejo.
4. Sea firme en sus principios. Estos jamás deben ser negociados. Por eso, se deben saber bien cuáles son los propios. Estos están relacionados a su cosmovisión (forma cómo usted entiende el mundo y sus fenómenos), a su sexualidad, a su comportamiento y a sus relaciones interpersonales.
5. Cuando sea cuestionado, no tome la postura de enfrentamiento con quienes piensan diferente de usted, especialmente sus profesores. A veces es necesario perder algunas batallas para poder vencer la guerra. Sea humilde y comprenda que por más que ustedes no estén de acuerdo, él es la autoridad en el aula. Cuando aparezca la oportunidad y ustedes estén a solas, puedes cuestionarlo de forma educada y respetuosa, poniendo sus argumentos. Sin duda, la conversación puede ser más amigable. Recuerde: somos testigos.
6. Estudie. ¡Estudie mucho! Cuando somos confrontados en la universidad, necesitamos estar preparados para defender nuestro punto de vista con autoridad (1 Pedro 3:15). La autoridad es dada por el conocimiento. Especialmente para nosotros, creacionistas, el trabajo es doble. Necesitamos conocer profundamente la teoría de la evolución y sus implicaciones, así como los argumentos creacionistas contrarios. Por lo tanto, manos a la obra.
7.  Sea cuestionador y tenga un sentido crítico. Los científicos no siempre hacen afirmaciones científicas. Muchos usan la confiabilidad e integridad de la ciencia para validar sus argumentos que están llenos de opiniones propias. El matemático de la universidad de Oxford, John Lennox, en su libro A ciência pode explicar tudo?, afirma que incluso los científicos más brillantes pueden entender las cosas de forma incorrecta.[ii]
8. Solo estudiar no es suficiente. Necesitamos pedirle sabiduría a Dios para lidiar con los desafíos. Él nos dará la sensibilidad y el timing para enfrentar determinadas situaciones usando el conocimiento que tenemos. Por eso, el punto 1 es esencial.
9. Por último, sea un canal de bendiciones e información para su comunidad. Muchas veces, Dios permite que enfrentemos desafíos para que podamos ayudar a las personas que están en una situación similar. Por eso, promueva rondas de discusión, programas temáticos y encuentros para intercambiar experiencias. Usted va a descubrir su propósito y además tocar la vida de otras personas. No hay nada mejor que el evangelio que cobra sentido de forma práctica en su vida.

Referencias:

[i] https://research.lifeway.com/2019/01/15/most-teenagers-drop-out-of-church-as-young-adults/

[ii] A Ciência pode explicar tudo? John C. Lennox, p.36. Editora Vida Nova. 1ª Edição.