El fenómeno más intrigante de todos
Cómo los científicos intentan explicar el origen de la vida, pero fallan en encontrar respuestas que realmente puedan ser comprobadas.
La existencia de la vida parece ser el fenómeno más intrigante de todos. La complejidad de sus mecanismos moleculares responsables por su mantenimiento son motivo de preocupación, si no desesperación en alumnos graduandos de las áreas de salud y biología. Diversas investigaciones y publicaciones intentaron definir qué es exactamente la vida, pero todavía no hay consenso respecto a eso, por lo tanto, esa ha sido una tarea muy difícil.
La vida en sí no parece ser algo simple, muy por el contrario. Es increíble notar que, en la enorme diversidad de formas de vida, cada una a su manera presenta características particulares, como ser estar formado por una o varias células, conseguir reproducirse, reaccionar a estímulos, poseer material genético entre otras. Esas características pueden ser todo, menos simples. Ellas son complejas y dotadas de mecanismos que todavía hoy no fueron entendidos completamente por los científicos.
En los últimos siglos, en la historia de la ciencia surgieron varias ideas con respecto al origen de la vida, pero en general podemos dividirlas en dos grupos: las que afirman que la vida habría surgido por medio de procesos naturales, a la casualidad (conocido como abiogénesis) y, por otro lado, tenemos las ideas que defienden lo que podemos observar, o sea, la vida puede venir solo de otro ser vivo preexistente (conocido como biogénesis).
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Actualmente, es incuestionable que solo la biogénesis puede ser aceptable, sin embargo, el paradigma actual de la ciencia, la Teoría de la Evolución, afirma que “en algún momento la abiogénesis tuvo que ocurrir”[1]. ¿Cómo pudo ocurrir eso? El naturalista Charles Darwin, ya en su época, proponía la posibilidad del surgimiento de la vida por la materia inorgánica. En una correspondencia enviada a su amigo Joseph Hooker, en 1871, algunos años después de la publicación de su libro “El Origen de las especies” (1859), afirma:
Pero si (y un gran y si…) nosotros pudiéramos imaginar un pozo de agua calentada con todo tipo de compuestos como amoníaco, sales fosfóricas, luz, calor, electricidad, etc., presentes, que un compuesto proteico fue formado químicamente, listo para sufrir más cambios complejos, actualmente, tales compuestos serían instantáneamente devorados, o absorbidos, y que no sería el caso antes de que las criaturas vivas fueran formadas.[2]
Las ideas de Charles Darwin hicieron eco posteriormente en hipótesis formuladas por dos científicos en el siglo XX, el ruso Aleksander I. Oparin (1894 – 1980) y el inglés John Burdon S. Haldane (1892 – 1964), que, de manera independiente, propusieron una explicación de cómo surgieron las primeras formas de vida. Ellos afirmaron que hace millones de años, existiría una atmósfera primitiva sin oxígeno, compuesta por amoníaco, gas hidrógeno, gas metano y vapor de agua. También habría grandes descargas eléctricas provocadas por tempestades monstruosas que agitaban los mares de un océano primitivo. Esa combinación de factores habría propiciado la formación de las primeras moléculas orgánicas precursoras de las primeras formas de vida, que pasaron por diferentes cambios hasta formar la diversidad de vida existente actualmente.
Teorías de vida
A lo largo de las siguientes décadas, esa hipótesis fue probada de diversas formas, una de las más famosas de ellas, por un estudiante de doctorado llamado Stanley Miller (1930 – 2007) y su profesor Harold Urey (1893 – 1981). A pesar de producir algunos aminoácidos, sus resultados parecían un tanto curiosos. Las sustancias orgánicas producidas en el experimento no poseían exactamente las mismas estructuras de las encontradas en los seres vivos. Además, fueron producidas otras substancias, que podrían impedir la interacción entre los aminoácidos y, en consecuencia, formar las primeras proteínas.
Aun así, se hicieron nuevos experimentos, para probar esa y otras hipótesis, cambiando la proporción y concentración de los reactivos, la temperatura y descargas de energía. Sin embargo, en los últimos años, las evidencias han señalado probables diferencias en las condiciones propuestas por Oparin en el inicio del siglo XX, por ejemplo, que, en una probable atmósfera primitiva, existiría gas oxigenado, condiciones diferentes de las propuestas por Oparin.
En un artículo publicado en 2011, se afirma que, a diferencia de lo propuesto por Oparin, el oxígeno siempre estuvo presente en el ambiente terrestre, lo que dificultaría, y mucho, que ocurrieran las reacciones propuestas en la hipótesis mencionada[4] [5]. Además, hay evidencias de que grandes impactos de meteoros, habrían cambiado la composición y la temperatura de la atmósfera, lo que impediría que se produjeran tales reacciones[6]. Actualmente, la hipótesis de Oparin y Haldane, así como el experimento realizado por Muller no pueden ser considerados como evidencias del surgimiento abiótico de la vida.
Las evidencias citadas reflejan solo algunos de los varios problemas que desafían el origen de la vida por la combinación de la materia inorgánica. Podemos hacer algunos cuestionamientos, como: ¿qué condiciones (presión, temperatura, radiación, etc.) eran predominantes en la Tierra prebiótica (antes del surgimiento de las primeras formas de vida)? ¿Cuál era la composición química real de la atmósfera y del océano primitivos? ¿Las condiciones presentes en los experimentos de Miller eran realistas con relación a las condiciones?
Pero, hipotéticamente vamos a considerar que realmente los primeros aminoácidos se formaron de acuerdo con lo que define la teoría de la evolución. Sin embargo, formar aminoácidos sería solo el primer paso. Para ser relevantes en el proceso de surgimiento de seres vivos, esos aminoácidos tendrían que organizarse en cadenas mayores para formar las proteínas y esas proteínas deberían ser útiles, poseer alguna función, de lo contrario, serían eliminadas por la selección natural.
Probabilidad de vida
Los investigadores calcularon la probabilidad de la formación de una molécula de proteína específica. Resultado: menor a uno entre 10190. Un número increíblemente pequeño, y eso sin contar que cada uno de los 190 ceros aumenta la improbabilidad anterior a 10 veces. Los matemáticos consideran las posibilidades de una probabilidad en 1050 como imposibles, imagine 10190.[7]
Respecto a eso, Alexander vom Stein en su libro “Creación – Creacionismo Bíblico, publicado en 2007 por la Sociedad Creacionista Brasileña, afirma: “Para los experimentos [de Urey y Muller], fueron elegidas las condiciones limitantes más favorables posibles para obtener el resultado esperado”.
Aparentemente, rechazando todas esas objeciones [y muchas otras], la mayor parte de la comunidad científica parece aceptar la idea de la evolución química. Esa “creencia” puede observarse en la siguiente cita:
“Érase una vez, cuando nuestro planeta Tierra era muy joven y nuevo, no había un único rastro de vida en él que pudiera encontrarse. Entonces, en algún lugar alguna peculiaridad de la química ocurrió, y los bloques moleculares de esa nuestra primera única célula ancestral surgió: los aminoácidos y ácidos nucleicos se combinaron exactamente de forma correcta para continuar la reacción que dio origen a la vida. No estamos completamente seguros de los detalles de ese surgimiento, que ocurrió hace millones de años atrás y no dejó rastros en el registro fósil”.[8]
Creer que la vida surgió por reacciones químicas en un pasado distante, sin vestigios en el registro fósil, no parece ser una idea muy científica. Sin embargo, todavía es extensamente aceptada por científicos evolucionistas de todo el mundo, y aparentemente sin evidencia alguna de cómo habría ocurrido.
Claro, existen otras ideas de cómo habría surgido la vida aquí en nuestro planeta. Algunos investigadores, viendo la dificultad de que la vida hubiera surgido en la Tierra, consideran la posibilidad de que las primeras moléculas orgánicas o hasta incluso las primeras formas de vida, hubieran llegado listas, transportados por meteoros o cometas. Otros investigadores, actualmente, afirman que células vivas no resistirían el viaje por el espacio, pero tal vez algunos compuestos orgánicos como azúcares y bases nitrogenadas podrían haber llegado hasta la Tierra en una de las caídas de meteoros que ocurrieron en la historia de nuestro planeta[9] [10]. Al llegar a la Tierra, esas formas de vida o moléculas habrían pasado por la evolución darwiniana, o sea, seleccionadas por el proceso de selección natural, y dado origen a todas las formas de vida que existen hoy. A fin de cuentas, de acuerdo con ese modelo, ¡somos todos extraterrestres! ¿Será?
En busca de respuestas
Tal vez usted ya haya oído hablar acerca de la búsqueda realizada por varias agencias espaciales internacionales de planetas fuera del sistema solar con condiciones que soporten la vida como la conocemos en la Tierra. Un indicio que daría una pista de esa posibilidad es la presencia de agua en otros planetas. Teniendo en cuenta la idea de que las primeras formas de vida surgieron en el agua, encontrar un planeta con agua líquida como la Tierra, de acuerdo con la evolución, podría aumentar la probabilidad de que se encuentre alguna forma de vida. A partir de ahí, los astro-biólogos creen que sería posible entender cómo surgió la vida aquí o vino a parar en nuestro planeta.
Entender el surgimiento de la vida sin la intervención sobrenatural de un Creador parece ser una tarea muy desafiante. La vida que se encuentra en nuestro planeta está adaptada a condiciones muy complejas que pueden encontrarse solo aquí. Posee complejidad e información que solo podría ser fruto de una Mente inteligente que planeó y ejecutó con cuidado minucioso su creación.
En la ciencia, hay con frecuencia un principio que es muy usado, Navaja de Ockham. Este principio afirma que “la explicación más simple, probablemente es la verdadera”. Cuando la cuestión es el origen de la vida en nuestro planeta, la planificación de una Mente inteligente parece ser la explicación más lógica y sencilla para resolver la cuestión.
Referencias:
[1] https://www.youtube.com/watch?v=ugAuIP23IPQ&ab_channel=Nerdologia - min. 4:34
[2] https://www.darwinproject.ac.uk/letter/DCP-LETT-7471.xml
[3] https://metode.es/revistas-metode/monograficos/uno-de-los-experimentos-mas-importantes-del-siglo-xx.html
[4] https://news.rpi.edu/luwakkey/2953#:~:text=For%20decades%2C%20scientists%20believed%20that,%2C%20hydrogen%20sulfide%2C%20and%20ammonia
[5] Trail, Dustin & Watson, Edward & Tailby, Nicholas. (2011). The oxidation state of Hadean magmas and implications for early Earth's atmosphere. Nature. 480. 79-82. 10.1038/nature10655.
[6] ZAHNLE, K. J. et al. Creation and Evolution of Impact generated Reduced Atmospheres of Early Earth. The Planetary Science Journal, v. 1, n. 1, p. 11, 2020.
[7] Ariel Roth. La ciencia descubre a Dios – Siete argumentos a favor del Diseño Inteligente”. Editora Safeliz. 1ª edición, 2022.
[8] Michelle Star. Science Alert, el 28 de julio de 2022. Disponible en: https://www.sciencealert.com/a-new-set-of-chemical-reactions-could-explain-how-life-emerged-on-earth
[9] Furukawa, Y. et al. (2019) “Extraterrestrial ribose and other sugars in primitive meteorites,” Proceedings of the National Academy of Sciences, 116(49), pp. 24440–24445. Disponible en: https://doi.org/10.1073/pnas.1907169116.
[10] Pearce BKD, Pudritz RE, Semenov DA, Henning TK. Origin of the RNA world: The fate of nucleobases in warm little ponds. Proc Natl Acad Sci U S A. 2017 Oct 24;114(43):11327-11332. doi: 10.1073/pnas.1710339114. Epub 2017 Oct 2. PMID: 28973920; PMCID: PMC5664528.