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Del lado correcto de la historia

¿De qué lado estás? Cuidado con el régimen al que apoyas. Colóquese del lado correcto de la historia.


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Mientras los populismos de izquierdas son enemigos naturales de la religión, los de derechas están “secuestrando la religión. (Imagen: shutterstock)

La ola populista

A más de uno le sorprenderá saber que Martin Niemoller, el renombrado pastor luterano que junto a Dietrich Bonhoeffer fundó el movimiento protestante antinazi “Iglesia Confesante”, en sus comienzos apoyó a Adolf Hitler. Años más tarde, estando encerrado por los propios nazis en un campo de concentración, le preguntaron por qué había hecho eso. Niemoller respondió:

Yo también me he hecho esa pregunta. Me lo he preguntado tantas veces como lo he lamentado […] yo odiaba el creciente movimiento ateo, apoyado y mantenido por socialdemócratas y comunistas. Su hostilidad hacia la Iglesia hizo mantener mis esperanzas en Hitler por una temporada. Ahora estoy pagando ese error; y no solo yo, también otros miles de personas como yo.[1]

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Por supuesto, Niemoller no fue el único cristiano que tuvo dificultades para discernir las consecuencias de apoyar a un populista de derechas, a un totalitario como Hitler. Los adventistas alemanes tampoco estaban preparados para lidiar con un movimiento como el nazismo. Las consecuencias de esta falta de discernimiento, no hace falta decirlo, fueron devastadoras.

En una era en los populismos nuevamente están en ascenso alrededor del mundo, es indispensable detenernos a reflexionar sobre lo que está ocurriendo y sobre cuál debe ser nuestro papel en todo esto.

¿Qué es el populismo?

No existe una definición universalmente acepta del término “populismo”. Es claro que, aunque el líder populista llega al poder por vías democráticas al igual que otra clase de dirigentes, lo ejerce luego de un modo antidemocrático, socavando las instituciones. Ciertas características permiten identificar a un líder populista y potencialmente totalitario:

Polarización. Los líderes populistas basan su política en el discurso de “nosotros” frente a “ellos”. Quiénes somos nosotros, y quiénes ellos, varía dependiendo del caso. El pueblo frente a la elite política, los locales frente a los extranjeros, los religiosos frente a los ateos, los cristianos frente a los musulmanes. Lo esencial es dividir a la sociedad en dos grupos enfrentados.[2]

Personalismo. El líder populista tiene un estilo personalista, en el que solo él (o a lo sumo su familia) representa la voluntad del pueblo.[3]No acepta que otros puedan igualmente cumplir con esa función. El líder es el caudillo que enfrenta al enemigo del pueblo.

Malos modos. Los líderes populistas usualmente se comportan en modos que son inaceptables para la política tradicional. Con el pretexto de ser dirigentes enérgicos, usan sin pudor la violencia verbal y simbólica contra sus adversarios.

Desprecio por las reglas. Para los líderes populistas, el “sistema” es un enemigo más que les impide alcanzar sus objetivos. Según ellos, la democracia es muy complicada, muy burocrática.[4]O, peor aún, el sistema está corrupto o es manipulado por una elite. En definitiva, argumentan que no es realmentedemocrático, que no refleja la voluntad del pueblo (como sí lo hace el líder).

Perpetuo estado de crisis. El líder populista está en campaña permanente. Como no forma (ni puede formar) parte del establishment, debe convencer continuamente a su base de que sigue enfrentando a los enemigos del pueblo: la prensa, la corrupción, los intelectuales, los extranjeros, el terrorismo, lo que sea.

El peligro para la religión

Es fundamental tener presente que el populismo no es un fenómeno ni de derechas ni de izquierdas. O, para decirlo mejor, hay populismos de derechas y populismos de izquierdas. A pesar de sus diferencias, ambos son igualmente corrosivos de las democracias, nocivos para la sociedad y peligrosos para la religión. Los populismos de derechas representan en este tiempo un peligro especialmente grave para el cristianismo. Hay tres razones para ello: en primer lugar, por el actual auge de la ola derechista. Aunque hay populistas en todo el arco ideológico, la balanza parece inclinarse en este momento hacia la derecha. Los populistas más exitosos del mundo están en la derecha, particularmente en la derecha más radical.[5]

En segundo lugar, hay en general entre los cristianos una conciencia acentuada de los peligros de los totalitarismos de izquierdas para las libertades, particularmente para la libertad religiosa. Las aberraciones de los regímenes comunistas parecen estar más vívidos en la mente de muchos cristianos que las aberraciones cometidas por regímenes totalitarios de derechas.

En tercer lugar, y tal vez esta sea la característica más preocupante de los populismos de derechas es que pretenden instrumentalizar la religión en beneficio propio. En muchos países, los populistas de derechas están apelando a la religión para definir quiénes somos “nosotros” y quiénes “los otros”. Mientras los populismos de izquierdas son enemigos naturales de la religión, los de derechas están “secuestrando la religión”,[6]estableciendo una narrativa en la que apoyar al líder populista de derechas es la única vía de acción admisible para las personas con valores religiosos.

Engañados

“Muchos vendrán usando mi nombre”, dijo Jesús hablando de los tiempos finales. “Tengan cuidado de que nadie los engañe” (Mat. 24:4-5, NVI). Niemoller y muchos otros cristianos (incluyendo a muchos adventistas) fueron engañados nada menos que por Adolf Hitler, el epítome de líder populista y totalitario. En apenas un par de años, para 1935, Niemoller ya se había dado cuenta de su error. “En un estado totalitario no es posible determinar qué es lo que pertenece a Dios y qué al César”, dijo en un sermón. “César lo quiere todo”.[7]A otros les tomó bastante más tiempo entenderlo (o admitirlo). Prestemos atención, y que Dios nos de sabiduría para estar desde el comienzo del lado correcto de la historia.


[1]Leo Stein, “Niemoller speaks! An Exclusive Report By One Who Lived 22 Months In Prison With The Famous German Pastor Who Defied Adolf Hitler,” The National Jewish Monthly, Mayo 1941, 301.

[2]Cas Mudde y Cristobal Rovira Kaltwasser, Populism: a very short introduction(Oxford – New York: Oxford University Press, 2017).

[3]Benjamin Moffitt, The global rise of populism: performance, political style, and representation(Stanford: Stanford University Press, 2017).

[4]David Molloy, “What is populism, and what does the term actually mean?” BBC News. Disponible en  https://www.bbc.com/news/world-43301423

[5]Ibid.

[6]Nadia Marzoukiy Duncan McDonnell, “‘Us’ and the ‘Other’: How populists continue to hijack religion,” Religion and Global Society. Disponible en: http://blogs.lse.ac.uk/religionglobalsociety/2018/10/us-and-the-other-how-populists-continue-to-hijack-religion/

[7]Sermón del 15 de noviembre de 1935, citado por James Bentley, Martin Niemoller: 1892-1984(New York: Free Press, 1984), 119.

Juan Martín Vives

Juan Martín Vives

Fe, razón y libertad

Un enfoque bíblico-cristiano sobre la libertad de conciencia

Es abogado, máster en Derecho de Empresas y Doctor en Derecho Público Global por la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Tiene un postdoctorado en el Centro de Derecho Constitucional Comparado y Religión por la Universidad de Lucerna, Suiza. Autor de numerosos artículos y capítulos de libros, y orador en temas de libertad religiosa y relaciones Iglesia - Estado, es director del Centro de Estudios sobre Derecho y Religión de la Universidad Adventista del Plata.