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Iglesia Fidigital: Lecciones de la pandemia

El mayor desafío de la iglesia no es conectar la iglesia con las personas; es conectar personas


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La intensificación en el uso de la tecnología impulsó oportunidades de conectar personas con el evangelio (Foto: Shutterstock)

Después de un año respondiendo a la crisis del coronavirus, las iglesias aprendieron mucho sobre cómo ser fidigital, o sea, físicas y digitales al mismo tiempo. Para muchas fue una novedad aprender a transmitir los cultos online, evangelizar y estimular el crecimiento espiritual de los miembros a través de los medios digitales. Pero, después de ese período de adaptación, ¿qué funcionó y qué no funcionó? ¿Qué lecciones estamos aprendiendo de esta experiencia?

  1. PUNTOS NEGATIVOS

Disminución de la lealtad a la iglesia

Durante la pandemia algunas personas perdieron el vínculo con su iglesia. Pasaron a asistir a los cultos online, transmitidos por templos de otras localidades que tenían mejores sermones y programaciones y perdieron contacto con sus hermanos más cercanos. Eso generó algunas preocupaciones. Si por un lado la diversidad de opciones de cultos en línea puede enriquecer espiritual e intelectualmente, por otro, lleva a algunos a aislarse y así, pierden el apoyo de la comunidad local.

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Crecimiento de los sin iglesia

Para otro grupo de personas la iglesia perdió su valor. Para algunos, la conclusión de que es posible obtener conocimiento bíblico y alimento espiritual sin salir de su casa hizo de la asistencia al templo aparentemente algo innecesario. Las relaciones con otros hermanos de la misma fe, a veces conflictiva, también comenzó a notarse como evitable con los cultos en línea. Con eso, el número de los sin iglesia creció enormemente durante la pandemia.

Dependencia exclusiva de los cultos en línea

Debido a la pandemia, algunas iglesias pasaron a depender exclusivamente de las transmisiones en línea y no mantuvieron una relación directa con los fieles. El problema es que los cultos en línea son muy importantes, pero solos no son suficientes para mantener una iglesia unida e involucrada. Son necesarias otras acciones de atención individual a los miembros y atención a los interesados, lo que puede hacerse también digitalmente.

Dificultad de adaptación

Algunas iglesias no fueron sensibles a la diferencia entre el ambiente físico y el digital. La experiencia entre asistir a un culto en un templo físico es bien diferente de la que se obtiene asistiendo a un culto en una pantalla de un celular o una TV. El ambiente de quien asiste remotamente también es diferente porque compite con otras cosas que desvían la atención. Para que el culto alcance al público digital son necesarios ajustes en el tiempo de duración, en el orden y en el énfasis de los cultos. Lo que es importante debe venir siempre primero. Las informaciones deben darse de manera directa, sencilla y rápida.

  1. PUNTOS POSITIVOS

Por otro lado, algunas iglesias se adaptaron tan bien a lo digital que crecieron en número de miembros y espiritualidad.

El ministerio de escuchar

Oír se refiere al ejercicio de los sentidos de la audición. Escuchar requiere más que oír, o sea, la persona tiene que prestar atención al asunto y sentir las palabras. La pandemia también mostró que debemos escuchar con los oídos de Dios para poder captar su Palabra. Las iglesias que más escucharon recibieron con más eficiencia los sermones.

Durante la crisis del COVID-19, los grupos de oración virtual, los profesionales de salud voluntarios y los recepcionistas de los cultos en línea ofrecieron apoyo emocional y espiritual a muchos miembros y a la sociedad en general, a través de la escucha activa y empática. También se percibe que las iniciativas de las iglesias en las redes sociales que más recibieron aceptación e interacción fueron las que permitieron mayor participación del público, como los programas que reciben pedidos de oración y donde se ora en vivo por las personas.

La iglesia invisible, ahora visible

Las iglesias que interactúan con los espectadores durante los cultos en línea hicieron visible una Iglesia invisible. Encontraron a personas que anteriormente tenían cierta desconfianza o admiración secreta por los adventistas, pero que nunca se habían animado a visitar un templo. Con los cultos en línea pudieron entender cómo funcionan las reuniones y se mostraron dispuestas a frecuentar físicamente. Un significativo grupo de personas que ya fueron miembros regulares también se manifestó en las redes sociales y recordó su tiempo de comunión con la iglesia. Muchos expresaron el deseo de regresar, y algunos ya lo hicieron.

  1. DESAFÍOS FUTUROS

¿Cómo puede crear la iglesia una sensación de acercamiento y apoyo durante el distanciamiento y aislamiento? Esa es una pregunta que nunca tuvimos que responder anteriormente. Entendemos que las iglesias que sobrevivirán a esta experiencia y que tendrán un futuro brillante en el ambiente digital son las que reciben y ayudan a las personas a enfrentar las situaciones negativas, como la soledad, la angustia, los problemas de salud mental, o el desempleo, y otros temas presentes en el mundo actual.

A continuación, dejamos algunas sugerencias:

  • Incentive a su iglesia a ayudar a algún vecino, aunque de manera digital. Algunos necesitan sentirse amados, cuidados y recibidos en este momento de desafíos.
  • Asegúrese de que los pequeños grupos se reúnan regularmente, vía video, para estudiar la Biblia y orar.
  • Los pastores y líderes de la iglesia pueden hacer muy fácilmente una devoción diaria a través de video.
  • Sea creativo con los jóvenes. Los líderes de la iglesia están integrando a las generaciones nuevas de manera innovadora. Algunos están creando actividades en línea en grupo, por ejemplo, asistir a películas y juegos en línea. El juego Héroes 2 puede generar algunos momentos valiosos de interacción.
  • Mande mensajes de texto a sus conocidos. Por ejemplo: “¿Puedo orar por ti hoy?”
  • Busque medios para ayudar a personas vulnerables que no pueden ir a los cultos o conectarse digitalmente con la iglesia.
  • Alcance a personas fuera de su congregación. Cree eventos en línea enfocados en quien no es de la iglesia.
  • Utilice los dones de los miembros para ayudar a la comunidad vecina de la iglesia. Ejemplo: los contadores pueden ofrecer ayuda en línea en la declaración de los Impuestos; los profesionales de la salud pueden prestar atención básica y aclarar dudas vía WhatsApp, etc.

La Iglesia del futuro es la que se preocupa por las personas y muestra coherencia entre su fe práctica y la teología.

“Los seguidores de Cristo han de trabajar como él obró. Hemos de alimentar a los hambrientos, vestir a los desnudos, y consolar a los dolientes y afligidos. Hemos de ministrar a los que desesperan, e inspirar esperanza a los descorazonados. Y para nosotros se cumplirá también la promesa: “Irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia (Isaías 58:8)” (El Deseado de todas las gentes, p. 232).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Carlos Magalhães

Carlos Magalhães

Iglesia conectada

Como llevar el mensaje de Cristo al mayor número posible de personas con la tecnología digital

Graduado en Publicidad y Propaganda, posee una maestría en Administración por la Fundación Getulio Vargas (FGV), en Brasil, y por años actuó en el segmento de e-Health. Se dedicó al desarrollo de estrategias de evangelismo en Internet por más de diez años. Actualmente es el director de Marketing Digital de la Sede Sudamericana de la Iglesia Adventista.