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Salud

Beber alcohol incluso en pequeñas cantidades disminuye la expectativa de vida

Descubrieron que el consumo de poco alcohol, de cinco a seis bebidas por semana estaba asociado con niveles altos de muertes generales.


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Por Peter N. Landless y Duane McBride

Descubrieron que el consumo de poco alcohol, de cinco a seis bebidas por semana (100 gramos de alcohol) estaba asociado con niveles altos de muertes generales, todos los tipos de enfermedades cardiacas (excepto infartos de miocardio), derrames, hipertensión, insuficiencias cardiacas, y aneurismas aórticos fatales.

Desde 1979 cuando la paradoja francesa fue descripta (menor número de ataques cardíacos en una región de Francia en la que las personas comían comidas ricas en contenido graso y bebían vino rojo regularmente), la literatura científica, la prensa popular y la industria de las bebidas alcohólicas han discutido que una o dos copas de vino rojo por día, o una cerveza hacen bien al corazón.[1] una amplia variedad de investigaciones científicas parecían indicar que el uso moderado del alcohol se asociaba con la disminución de los riesgos de ataques cardíacos.[2] La industria del alcohol ha llegado a decir que al promover sus bebidas estaban promoviendo una buena salud. [3] La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) pareciera reconocer que el consumo de una o dos bebidas alcohólicas por día son parte de una dieta saludable.[4] Mientras que la Organización Mundial de la Salud no reconoce ningún beneficio saludable derivado del alcohol, [5] la mayoría de los países del mundo consideran que dos o más bebidas alcohólicas por día no conllevan riesgos, e incluso promueven la salud cardíaca. [6] Pocos científicos publicaron artículos de investigaciones que mostraban que una vida de consumo de bebidas alcohólicas estaba asociada a un incremento de riesgos de muerte, pero que aparentemente la evidencia mostraba que el consumo moderado estaba asociado con beneficios para la salud.

Por un tiempo, los adventistas estaban solos enfrentando la evidencia científica “obvia” de los beneficios del consumo moderado del alcohol. Hay algunos adventistas que todavía cuestionan la posición de la iglesia sobre la abstinencia del alcohol.

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Al comienzo de este mes, se publicó un artículo en The Lancet,[7], una revista médica muy prestigiosa, que examinó 83 estudios que seguían a personas que bebían alcohol, y a personas que no bebían alcohol por un período de tiempo prolongado. Se siguieron cerca de 600.000 individuos en estos estudios. El gran número de participantes, la calidad de la investigación, y la calidad científica de la integración de estos 83 estudios fue considerada como concluyente por la revista médica que es considerada como una de las mejores revistas científicas del mundo.

Surgieron algunos descubrimientos importantes. Primero, descubrieron que el uso moderado de alcohol (una o dos bebidas por día) estaba asociado a niveles bajos de infartos al miocardio (ataques cardíacos). Esto confirma mucho de lo que la literatura científica, prensa popular y la industria de las bebidas alcohólicas ha estado promocionando por años. Sin embargo, descubrieron que el consumo de poco alcohol, de cinco a seis bebidas por semana (100 gramos de alcohol) estaba asociado con niveles altos de muertes generales, todos los tipos de enfermedades cardiacas (excepto infartos de miocardio), derrames, hipertensión, insuficiencias cardiacas, y aneurismas aórticos fatales. Por lo tanto, los autores llegaron a la conclusión de que el consumo de 196 gramos por semana (casi dos bebidas diarias) comparados con los 100 gramos o menos (menos de una bebida diaria) disminuye la expectativa de vida de un hombre de 40 años en uno o dos años.

Los investigadores hicieron una cantidad de recomendaciones de cambio de política muy importantes. Concluyeron que las recomendaciones internacionales para el consumo seguro de alcohol deberían ser reducidas a cinco o seis dosis de cerveza o vino por semana – menos de un vaso por día. En la mayor parte del mundo, como se menciona, el consumo de dos o tres vasos por día no se considera perjudicial, incluso se lo ve como algo saludable. Terminaron declarando que estas últimas recomendaciones no eran justificadas por la ciencia. Además, agregaron que “no hay un límite seguro en el que el bajo consumo de alcohol se deja de asociar con riesgos menores de enfermedades”. En otras palabras, el no beber, o el abstenerse parece estar asociado con los niveles más bajos de enfermedades y riesgo de muerte en general. Realmente no hay un nivel seguro de consumo de alcohol. Es la misma conclusión a la que se ha llegado observando estudios grandes que buscan identificar posibles propensiones que causan cáncer y las propiedades del alcohol, y el mensaje poderoso es que no se puede hacer recomendaciones en favor del uso de alcohol si pensamos en prevenir varios tipos de cáncer (incluyendo cáncer de mama y colorrectal).

Recientemente, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha estado prácticamente sola en su posición que asegura que el alcohol es una de las bebidas que más destruye la vida y la salud a pesar del hecho de que es una de las que lidera las causas de muertes prevenibles. El uso de alcohol conlleva niveles significativos de daños sociales e individuales, incluso en el aspecto de la seguridad. Investigaciones científicas recientes han documentado la cantidad significativa de años de vida que pierden aquellos que beben, incluso dentro de los niveles recomendados, y el hecho de que realmente no hay un nivel seguro para el consumo del alcohol.

Peter N. Landless es el director ejecutivo de la Comisión internacional para la prevención del alcoholismo y adicción de drogas (ICPA por su sigla en inglés). Duane McBride es el director ejecutivo del Instituto para la prevención de adicciones (IPA por su sigla en inglés).