Conquistando personas para Dios que cambien el mundo
Miles de niños y adolescentes comparten esperanza en sus comunidades y llevan el mensaje de salvación a través del Club de Conquistadores.
Cada año, los miembros del Club de Conquistadores lucen sus pañuelos amarillos alrededor del cuello en centros de estudios, oficinas, iglesias y otros lugares, mientras realizan sus actividades cotidianas, durante toda la semana previa al Día Mundial del Conquistador.
Esa demostración característica sirve para captar la atención de las personas hacia lo que representa el Club de Conquistadores y hacia las demás actividades que se realizan como parte de la conmemoración de esta fecha especial que, este 2022, se celebra el sábado 17 de septiembre con el lema “Yo voy a cambiar el mundo”.
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El pastor Udolcy Zukowski, líder de los conquistadores en Sudamérica, explica que este lema “fue elegido para recordarles a estos jovencitos que ellos pueden marcar la diferencia en su comunidad y más allá. Incluso con los desafíos de esta edad, como la presión de grupo para experimentar cosas incorrectas, los problemas familiares, las dificultades en la escuela, etc., ellos pueden tomar buenas decisiones y hacer lo que es correcto, bueno y relevante para ellos mismos y para el mundo”.
Y por eso, los más de 360 mil conquistadores de 8 países sudamericanos salieron a las calles, toda la semana que antecede al Día Mundial del Conquistador, para realizar diversas acciones sociales con el objetivo de marcar la diferencia en sus comunidades y ayudar a cambiar la vida de las personas.
Sin embargo, el Club de Conquistadores no sólo lleva esperanza mediante estas actividades solidarias, sino que, más allá de una fecha en específico, viene incentivando a muchos de los niños, niñas y adolescentes, de entre 10 a 15 años, que forman parte de sus clubes a compartir el mensaje de salvación y llevar a otras personas a entregar sus vidas a Dios.
Conquistadores cumpliendo la misión
Salir a compartir el mensaje de esperanza que encontraron en Jesús, es uno de los objetivos que hace vibrar el corazón de un grupo de conquistadores, que va creciendo junto con el número de clubes en Sudamérica, que ya superan los 13 mil.
“El Club de Conquistadores es el complemento de mi vida”, afirma César Morales, quien conoció el club cuando era joven. Él recuerda que estaba acampando en la playa cuando llegó otro grupo de adolescentes también para acampar. “Me dijeron que eran del Club de Conquistadores y nos convertimos en amigos”, agrega.
Como César era experto en campamentos, cocina al aire libre, caminatas, uso de la brújula, armar mochilas para diferentes tipos de campamento según la estación y lugar; era invitado por varios clubes de Conquistadores para enseñar estas especialidades y aprender de Cristo en un templo adventista. Así, los domingos él era maestro en el club y los sábados era un estudiante de la Biblia.
Al paso de un año, César se vistió con el uniforme del Club de Conquistadores y también decidió entregar su vida a Cristo, comprendiendo que no bastaba con enseñar o participar del club, sino que parte del desafío era conquistar más personas para el Reino de los Cielos.
Entonces empezó a tomar fotos en las actividades del club para enseñarlas a otros adolescentes y explicarles lo qué hacían para, luego invitarlos a participar del Club de Conquistadores. “Así ellos se animaban y luego llamaban a sus padres y después nosotros estudiábamos la Biblia con ellos”, comenta. “Varios de ellos fueron bautizados y hoy son profesionales sirviendo a la Iglesia. Eso me llena de gratitud a Dios y orgullo”, señala César, quien hoy es Guía Mayor Máster Avanzado.
Ya han pasado más de 35 años, desde el primer encuentro de César con el Club de Conquistadores y durante este tiempo él ha llevado a más de 50 personas a Jesús, en su mayoría, adolescentes. César Morales inició su vida con Cristo en el Club de Conquistadores “Bethel”, el primer club en Sudamérica y hoy pertenece al Club de Conquistadores “Orión”, uno de los más grandes del Perú, y afirma que todavía tiene fuerzas para seguir conquistando vidas para el Señor a través del Club de Conquistadores. “Mis domingos no serían los mismos sin el Club”, puntualiza.
Conquistando a más personas
Además de jóvenes que comparten el mensaje bíblico con sus contemporáneos y que contribuyen en la formación de líderes para la iglesia, el Club de Conquistadores también involucra a personas de todas las edades.
Es el caso de Nancy Pulido, quién recibió una invitación del Club de Conquistadores Fortaleza, de Chile, para apoyar como cocinera en los campamentos, una tarea que realizó por varios años. Durante ese tiempo ella fue conociendo como se desarrollaban los clubes de Conquistadores, lo que fue apasionándole.
Más adelante, le propusieron dirigir el club de Aventureros y Conquistadores. Con el compromiso de hacer un buen trabajo, empezó a capacitarse y a leer más sobre los clubes. Así, empezó a desarrollar clases bíblicas, con la participación de niños no adventistas y los padres de ellos, que resultó en el Bautismo de toda la familia.
En el 2017, Nancy se invistió como Guía Mayor y se convirtió en la directora de la Escuela de Líderes a nivel Zonal. Actualmente es la Regional de la Zona 4 de la Asociación Sur Austral de Chile, la zona más grande y la que más ha evidenciado el compromiso con este ministerio.
En esta zona, realizan el trabajo bajo la consigna de que "en cada iglesia un club y en cada club una clase bíblica". Tienen 14 clubes activos y, por lo tanto, 14 clases bíblicas, y cada clase bíblica cuenta con un capellán. Durante la semana del pañuelo que acontece la semana anterior al Día Mundial del Conquistador, este año 10 personas fueron bautizadas como frutos de las clases bíblicas.
Nancy dice, "Dios me llamó para servirle, yo no imaginé lo que podía llegar a hacer. Me llamó para ayudar en la cocina, pero Él ya tenía un plan mayor y siempre he dicho heme aquí. Ser conquistador es más que un ministerio, es un sistema de vida que nos prepara para servir y vivir para Cristo", enfatiza.
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