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Pedagogía de la Escuela Sabática

Principios fundamentales que pueden ayudarlo en su desarrollo como maestro y en su relación con Dios.


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El maestro es el centro de funcionamiento de una clase. (Imagen: shutterstock)

La Lección de la Escuela Sabática es uno de los medios de estudio de la Palabra de Dios más significativos que tenemos a disposición. La estructura que presenta esta guía diaria posibilita amplias condiciones de aprender más sobre Dios a partir de textos importantes de la Biblia y responde preguntas creativas que llevan a sistematizar lo que se piensa.

A pesar de promover una organización natural de estudio, cada sábado, ya sea a través de presentaciones generales o en clases, hay un momento de revisión de lo que se aprendió durante la semana. El maestro es el centro de funcionamiento de una clase, ¿cuáles deben ser sus cuidados semanales en lo que se refiere a la enseñanza?

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Elijo indicar tres de ellos:

  1. Guardián del tema de la semana. A todos nos gustan algunos temas bíblicos y creemos que deben, de una manera o de otra, ser mencionados en nuestras revisiones semanales, aunque no tengan relación con lo que está propuesto en la Lección. Por ejemplo: ¿a usted le gusta el tema del sábado? ¿Sí? A mí también. Pero si no aparece en el estudio en cuestión, no lleve a su clase a pensar sobre él en la revisión de esa semana. Aproveche las oportunidades correctas para tratar cada asunto.
  2. Protagonista de su espacio. Muchas veces, con buenas intenciones, se “terceriza” la responsabilidad de los maestros a otras personas, se les pide que hagan el repaso de la semana en la clase. Esa posición se adopta con el propósito de incluirlos en el proceso, de valorar los diferentes dones de la clase. Pero, aun con una buena intención, esa iniciativa puede ser un error. El problema no está en utilizar los dones de otras personas, sino en cómo utilizarlos. A veces se preparan hasta escalas o listas de personas que pasen la lección. Muchos están en clases específicas debido al maestro que se encuentra allá. Es por la mirada del maestro que funciona una clase. Si usted no quiere perder el control de la suya, sea el responsable por todo lo que sucede en ella. Si usted tiene cuatro sábados en un mes, conduzca el repaso por lo menos en tres de ellos.
  3. Revisor. Al repasar la Lección en su clase, el maestro está presentando una revisión. Un buen revisor/maestro considera: el respeto al texto bíblico y la definición de por lo menos tres temas principales de los estudios de la semana, contados de forma interactiva. O sea: evitar “repasar la Lección día por día”, pues eso no funciona. Por lo tanto, comprenda lo que se propone para esa semana de estudios indicando sus temas generales, y no los títulos. Y, por último, un buen revisor es cuidadoso con el tiempo. Siempre tenga seguridad del tiempo que usted tendrá para trabajar y haga una previsión de lo que le compete. No exagere y tampoco no deje su clase sin el alimento. Y, claro, por favor, nunca use esa frase: Infelizmente el tiempo es corto y llegamos solo hasta el martes. Sea reactivo a cualquier posibilidad que le quite la oportunidad de concluir su recapitulación. Haga resúmenes y esquemas para no perderse con la hora.

La conclusión de la Lección de la Escuela Sabática la hace el maestro, en la iglesia. Por eso, dedique atención para ser un potenciador de enseñanza. Así, muchas personas serán estimuladas a continuar estudiando o no por la forma cómo usted enseña.

Enseñanza constante

Un maestro de carrera, que trabaja en una escuela o universidad, siempre vuelve a su casa con tareas. Muchas veces es allá donde organiza sus clases, corrige evaluaciones y prepara materiales diferentes para presentar a los alumnos. En realidad, responsabilizarse por las tareas, además de la enseñanza, está en el ADN de cualquier buen maestro.  ¡Y qué decir de los que están al frente de una clase de Escuela Sabática! ¿Cuáles son sus tareas durante los siete días de la semana?

  1. Maestro-pastor: Los contactos del maestro no deben ser solo el sábado sino a lo largo de la semana. Son contactos intencionales, planeados y personalizados, para entender mejor las luchas de sus alumnos y ser un agente pacificador.
  2. Maestro-misionero: Es el maestro que tiene qué contar el sábado, además de la enseñanza y la revisión de la semana. El buen maestro siempre tiene un testimonio guardado, vivido durante la semana y que puede servir de estímulo al desarrollo espiritual de la clase.
  3. Maestro-intercesor: La intercesión verdadera sucede cuando se elevan a Dios oraciones que contienen motivos de dolores reales de las personas. El maestro ora por los motivos de sus alumnos como si los problemas fueran los suyos, en la misma intensidad y regularidad.
  4. Maestro-intérprete: No todos los alumnos caminan con el mismo ritmo. Por eso, haga planes de estudiar la Lección con alguien de su clase que está teniendo dudas con los conceptos de la Biblia. Eso puede hacerse por video o teléfono. A veces, algunas personas no estudian la Lección de la Escuela Sabática porque tienen dificultades para interpretar la Biblia.
  5. Maestro-gestor: Durante la semana, mientras el maestro cuida de su rebaño, también presta atención a su relación con Dios. Tener una vida con propósito diario de encuentros con él es absolutamente prioritario.

Tal vez usted esté preguntándose: “¿en qué momento, yo como maestro, descanso?” La respuesta es: el verdadero descanso de un maestro está en la contemplación de que todas las áreas de su clase, además de la enseñanza, están avanzando bajo control, en un servicio ininterrumpido diario.

¿Como maestro de Escuela Sabática, usted quiere descansar? Sencillo: trabaje los siete días de la semana.

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Josney Prado es pedagogo, con un postgrado en gestión escolar y educacional y una maestría en educación por la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Campinas, interior de Sao Paulo. Actualmente es coordinador pedagógico de la Unión Central Brasileña, sede administrativa de la Iglesia Adventista para el Estado de Sao Paulo.