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Documento refuerza interpretación adventista del libro de Daniel

Declaración de consenso sirve como parámetro de metodología de estudio del libro y su comprensión, bajo la perspectiva de la teología adventista


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A pesar de alimentar discusiones polémicas, el libro de Daniel es un deleite para los estudiosos que adoptan una metodología asertiva (Foto: Shutterstock)

Es un hecho conocido que el libro de Daniel, así como Apocalipsis, es un desafío para la hermenéutica. Su contenido profético, dispuesto en lenguaje simbólico, alimenta discusiones profundas entre los estudiosos de la Biblia, que resultan en las más diversas interpretaciones. La Iglesia Adventista, sin embargo, tiene clara su metodología de estudio del libro, así como la comprensión de este, que, a propósito, refuerza partes importantes del conjunto de doctrinas de la denominación.

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Esta metodología e interpretación fueron reafirmadas en una Declaración de Consenso, elaborada durante el XIV Simposio Bíblico-Teológico Sudamericano. El evento tuvo lugar del 28 al 30 de abril en la Facultad Adventista de Paraná (FAP), promovido por el Seminario Adventista Latinoamericano de Teología (SALT), junto con la carrera de Teología de la FAP. El libro de Daniel fue el objeto de estudio de los cerca de 400 teólogos, profesores y entusiastas del tema que estaban presentes.

La Declaración de Consenso fue formulada y votada por una comisión compuesta por representantes del Instituto de Investigación Bíblica (órgano vinculado a la sede mundial adventista), decanos de las facultades de Teología, entre otros líderes de la Iglesia. Para el rector del SALT, el pastor Adolfo Suárez, este documento es útil para todos los que estudian la Biblia bajo la perspectiva de la teología adventista. “A partir del documento, la Iglesia tiene una dirección clara y sólida para acercarse al libro de Daniel y comprenderlo”, explica el teólogo.

El texto de la declaración también fue presentado este domingo (15) a los delegados que participaron de la Junta Directiva Plenaria de la Iglesia Adventista en Sudamérica. “Entendemos que todas las decisiones administrativas de la Iglesia deben estar basadas en la Palabra de Dios. Y Daniel es un libro de la Palabra de Dios. Por eso, consideramos importantísimo que el plenario escuche esta declaración, conozca documentos de esta naturaleza”, enfatiza Adolfo.

Lea el documento completo:

FACULTAD ADVENTISTA DE PARANÁ

SEMINARIO ADVENTISTA LATINOAMERICANO DE TEOLOGÍA

XIV Simposio Bíblico-Teológico Sudamericano

28 al 30 de abril de 2022

DECLARACIÓN DE CONSENSO

“Daniel: Visiones y mensajes para el tiempo del fin”

Propuesta para el XIV Simposio Bíblico-Teológico Sudamericano

FACULTAD ADVENTISTA DE PARANÁ

Ivatuba, Paraná, Brasil

Nosotros, los participantes del XIV Simposio Bíblico-Teológico Sudamericano, luego del estudio del tema “Daniel: Visiones y mensajes para el tiempo del fin”, según esta Declaración de Consenso, reafirmamos que:

  1. El libro de Daniel fue escrito por el profeta homónimo que vivió en los siglos VII y VI a.C. Fue reconocido como inspirado por varias comunidades de fe, por sus contemporáneos, por Jesús y por los escritores del Nuevo Testamento, ya sea en menciones explícitas o por alusiones (Dan. 1:1-7, 21; 5:1, 13; 6:1, 2; Mat. 24:15; Apoc. 1:9-18 [comparar con Dan. 10:7-9]; Apoc. 13:1-8 [comparar con Dan. 7:1-8, 25; 8:25]).
  2. Como expresa repetidamente el texto de Daniel, el profeta recibió revelaciones divinas por medio de sueños y visiones. Al igual que las demás Escrituras, es Palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo (Dan. 2:19; 7:2; 8:1, 2, 16; 9:23; 2 Tim. 3:16; Heb. 1:1; 2 Ped. 1:20, 21).
  3. El método interpretativo de las profecías de Daniel, evidenciado en el libro mismo, debe ser el historicista. Esto quiere decir que los hechos identificados exegéticamente en el libro tienen su cumplimiento a lo largo de la historia. Es necesario subrayar que el historicismo ya contempla el pasado, el presente y el futuro, excluyendo así hermenéuticas críticas (Dan. 7:15-27; 8:15-26; 9:24-27; comparar con Mat. 24:15; Mar. 1:15; Luc. 21:20; Gál. 4:4).
  4. En su conjunto, el libro de Daniel presenta un concepto claro de la filosofía divina de la historia, que apunta a la soberanía de Dios y la redención de los fieles (Dan. 1:19-21; 2:46-49; 3:26-30; 4:34-37; 5:29, 30; 6:19-28; 7:9-14; 9:24; 12:1).
  5. Jesucristo es identificado en Daniel como el Hijo de Hombre, el Príncipe, el Ungido y como Miguel, el Gran Príncipe. Por su acción redentora, el libro converge en la reconquista del dominio perdido desde el Edén (Dan. 7:13, 27; 9:25-27; 10:21; 12:1-3). También alude a las diferentes fases del ministerio de Cristo como ofrenda por el pecado (Dan. 9:24), nuestro Sumo Sacerdote en el santuario celestial (Dan. 8:14; comparar con Heb. 1:3; 2:16, 17; 4:14-16; 8:1-5; 9:11-28; 10:19-22), nuestro Abogado en el juicio (Dan. 7:10, 13; comparar con 1 Juan 2:1) y como Rey venidero (Dan. 7:13).
  6. El principio de día por año marca las profecías de tiempo de Daniel, que abarcan largos períodos. Las profecías sobre “tiempo, y tiempos, y medio tiempo” (1.260 días), las 70 semanas, las 2.300 tardes y mañanas, los 1.290 y 1.335 días también se basan en este principio, que está implícito, y retomado y ampliado en Apocalipsis. (Dan. 8:17, 19, 26; 10:14; comparar con Núm. 14:34; Eze. 4:6, 7; Mat. 24:15; Dan. 7:25; 8:14; 9:24-27; 12:11, 12; 2 Tes. 2:3, 4; Apoc. 11:2, 3, 9, 11; 12:6, 14; 13:5).
  7. La profecía de las 2.300 tardes y mañanas de Daniel 8:14 se cumplió el 22 de octubre de 1844, según el punto de partida indicado por la explicación del ángel en el libro, el 457 a.C. (Dan 9:25; Esd. 7:11-25). La purificación del santuario celestial y la restauración de las verdades acerca de él son elementos centrales de esta profecía, que marca el comienzo del juicio investigador preadvenimiento (Dan. 9:25; comparar con Dan. 7:9-14; Apoc. 12:17; 14:6-12).
  8. La teología del santuario celestial, tal como se presenta en el libro de Daniel, constituye la llave hermenéutica que “exhibió todo un sistema de verdades, relacionado y armonioso” (El conflicto de los siglos, p. 476). Por lo tanto, la comprensión de esta enseñanza bíblica ha sustentado el desarrollo doctrinal y moldeado la identidad y la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Dan. 8; comparar con Éxo. 25:8, 40; Lev. 16; Heb. 8:1, 2; 9:23; Apoc. 10; 14:6-12).
  9. El libro de Daniel revela, explícita e implícitamente, episodios y el desenlace del gran conflicto entre Cristo y Satanás, que comenzó en el Cielo y se trasladó a la Tierra, donde se desarrolla hasta la erradicación del mal y la liberación de los hijos de Dios (Dan. 1:1, 2; 10:12, 13; 12:1, 2).
  10. El profeta Daniel y sus amigos son un ejemplo de estilo de vida y testimonio para el pueblo de Dios. Sus valores deben ser enseñados en ambientes familiares y educativos, con miras a formar una generación fiel y comprometida con la misión (Dan. 1:8; 3:16-18; 6:10; 9:1-19; 12:17; comparar con Apoc. 14:1-5).
  11. Elena de White alienta el estudio continuo del libro de Daniel en conexión con el de Apocalipsis (El conflicto de los siglos, p. 423), para identificar los peligros de los últimos días (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 133), exponer la fe (Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 410, 411) y experimentar un reavivamiento espiritual (Testimonios para los ministros, p. 114).
  12. El estudio y la difusión del conocimiento de Daniel en el contexto del tiempo del fin cumple una profecía anunciada de que el conocimiento acerca de él se multiplicaría. Por lo tanto, renovamos nuestro compromiso de investigarlo a la luz de toda la Biblia, especialmente en relación con el libro de Apocalipsis. Como nos exhorta Cristo (Mat. 24:15), es necesario profundizar y expandir el conocimiento de este libro profético, que resulta crucial para la iglesia en medio de los desafíos actuales y futuros (Dan. 12:4, 9; comparar con 2 Tes. 2:10).