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En promedio, solo el 27% de los nuevos miembros devolvieron diezmos en el primer año

Informe de Tesorería de la Sede Sudamericana Adventista demostró puntos positivos y desafíos en las finanzas de la Iglesia.


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El pastor Lopes recordó que la Iglesia también debe ver desafíos misioneros en otras regiones del mundo. (Foto: Gustavo Leighton)

En 2021, la devolución de los diezmos en el territorio que corresponde a los ocho países de Sudamérica administrados por la Iglesia Adventista del Séptimo Día tuvo un aumento del 17% con relación al 2020. Sin embargo, en el mismo periodo, el número de miembros que devolvieron sus diezmos al menos una vez al año creció solo un 2%.

Este diagnóstico fue presentado a los participantes de la Junta Directiva Plenaria durante el informe de Tesorería de la sede sudamericana adventista, en el tercer día de reuniones en Brasilia, la capital de Brasil. El récord histórico de todo el análisis estuvo enfocado justamente entre los años 2016 y 2021, principalmente para evaluar la salud financiera de la Iglesia antes, durante y después del periodo más crítico de la pandemia de COVID-19.

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“Debemos reconocer que Dios ha sido generoso con su Iglesia”, subrayó el pastor Marlon Lopes, director financiero de la denominación para ocho países de Sudamérica. Incluso durante la crisis global ocasionada por el nuevo coronavirus, los diezmos permitieron que la Iglesia continuara invirtiendo en acciones de evangelismo, sobre todo en un momento en que los templos estuvieron cerrados, pero en el que la atención a los miembros y amigos continuó, pero de forma virtual.

En los últimos cinco años, el grupo que más ha devuelto el diezmo está formado por personas de las clases D (que reciben el equivalente a 220 a 650 dólares mensuales) y E (que tienen ingresos de menos de 200 dólares). Esa realidad es la misma en los ocho países de Sudamérica.

Realidad de las ofrendas

Las ofrendas también tuvieron crecimiento entre el 2020 y el 2021. Pero comparadas al diezmo, las ofrendas recibidas el año pasado representan el equivalente a solo el 4,2% contra el 4,3% del 2020.

“Muchos de nuestros miembros todavía no entienden el papel de las ofrendas y cómo estas ayudan a apoyar el trabajo y la misión de la Iglesia. Además, están relacionadas a un pacto personal hecho con Dios. Necesitamos, con la ayuda divina, hablarles más sobre este tema a nuestros hermanos”, enfatizó Lopes.

Las ofrendas, sobre todo las misioneras, son fundamentales para apoyar las iniciativas de evangelismo en otras regiones del mundo, pues ayudan en la construcción de templos, escuelas y otros proyectos que permitan el crecimiento de la Iglesia en localidades con poca o nada de presencia adventista. Las ofrendas que reciben una indicación nominal apoyan el trabajo de la iglesia en la esfera local.

El informe también mostró que, en promedio, solo el 27% de los nuevos miembros devolvieron los diezmos en el primer año de bautismo. Aunque muchos de ellos puedan no tener ingresos por estar llegando a la adolescencia, cuando se delimita por grupo de edad con más de 20 años y que posiblemente ya desarrollan alguna actividad económica, ese promedio aún está por el 37%.

Caminos para el crecimiento

Antes de ser votado por la plenaria, los líderes se levantaron para comentar los datos. Uno de ellos fue el pastor Josanan Alves, director del Ministerio de Mayordomía Cristiana de la sede sudamericana adventista. “Alabo a Dios por la forma en la que ha conducido a la Iglesia y ha hecho vivir la fidelidad”, inició. “[Con respecto a las ofrendas misioneras], la Iglesia cambió. Esta no quiere solo escuchar el relato misionero [Informe misionero mundial], sino también conocer el rostro misionero y saber a dónde están yendo los recursos”.

Alves sugirió que, en el futuro, las oficinas administrativas puedan financiar el envío de misioneros de su territorio a otras regiones del planeta, así como ocurrió con el proyecto Misioneros para el Mundo, iniciativa que fue ideada por la sede sudamericana adventista y envió 25 familias a varios lugares del mundo.

El pastor Pablo Flor, secretario ejecutivo de la sede administrativa de la Iglesia Adventista para Paraguay, y que participa de una Junta Directiva Plenaria de la denominación para Sudamérica por primera vez, demostró su alegría por la forma como “Dios ha protegido a la Iglesia de manera increíble, inexplicable”.

Al retomar la cuestión de que solo un pequeño porcentaje de los nuevos miembros devuelve el diezmo en su primer año de bautismo, recordó que el índice de endeudamiento familiar ha crecido en todos los lugares, incluso en Sudamérica. “Muchos hermanos son prisioneros del materialismo y consumismo. Todas las clases están endeudadas. Es un cáncer que ha tomado al mundo. Es impresionante ver que donde hay menos endeudamiento, hay personas más fieles”, resalta.

Él contó que en su región anterior se ha hecho un trabajo para educar financieramente a los miembros para que sean mayordomos no solo de lo que es de Dios, sino de sus propios recursos. Su propuesta es que la Iglesia Adventista se enfoque en las nuevas generaciones y les enseñe desde temprano cómo relacionarse con el dinero y emplearlo en la misión.


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