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Atención especial a las profecías

Un especialista en Antiguo Testamento refuerza la necesidad de dirigir la vista a los libros de Daniel y Apocalipsis


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Doukhan puntualiza la importancia del libro de Daniel para comprender las profecías registradas en Apocalipsis (Foto: Reproducción)

El libro de Daniel, sin dudas, es uno de los más intrigantes de todo el Antiguo Testamento. Además de las historias de fidelidad de los personajes, también es un libro de abordaje escatológico y muchas revelaciones para los días actuales. En el primer trimestre de 2020, miles de personas en todo el mundo lo estudiaron minuciosamente por medio de una guía preparada por la Iglesia Adventista del Séptimo Día: la Lección de la Escuela Sabática.

Para promover más conocimiento sobre el asunto, la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN) conversó con uno de los mayores especialistas de la denominación sobre el Antiguo Testamento. Jacques B. Doukhan es profesor emérito de Hebreo y Exégesis del Antiguo Testamento en el Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día y director del Instituto de Estudios Judeocristianos de la Universidad Andrews, en los Estados Unidos. Integra el cuerpo docente de Andrews desde 1984 y también se desempeña como editor general del Proyecto SDAIBC (Comentario Bíblico Internacional Adventista del Séptimo Día).

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Además de sus innumerables artículos y reseñas publicados, Doukhan escribió más de 20 libros, algunos de ellos traducidos a diversos idiomas, incluyendo: Drinking at the Sources; Daniel: The Vision of the End; Hebrew for Theologians; Secrets of Revelation; Israel and the Church: Two Voices for the Same God; Ecclesiastes: All Is Vanity; Proverbs; Genesis (SDAIBC); Daniel 11 Decoded, El camino a Emaús: Cinco importantes profecías mesiánicas y Secretos de Daniel. Fue editor de la Shabbat Shalom y de diversos libros de colección, incluyendo: The Three Sons of Abraham: Interfaith Encounters between Judaism, Christianity and Islam.

Los adventistas consideran relevante el estudio profundizado del libro de Daniel. ¿Por qué ese libro debería ser estudiado hoy de manera más detallada por los cristianos? Y, ¿qué presupuestos históricos, culturales y gramaticales necesitan tener en cuenta los que quieren entender mejor su contenido?

Como [la escritora] Elena de White indica, ese libro merece una atención especial. Eso es verdad por dos razones. Más que cualquier libro de la Biblia, Daniel se concentra en el fin (8:17). Por lo tanto, fue escrito para nosotros, que tenemos la convicción de que estamos en el tiempo del fin. En segundo lugar, ese es el único libro dirigido directamente a nosotros (12:12, 13).

Sin embargo, la atención al mensaje apocalíptico que se abre a las realidades celestiales debería estar acompañada de sabiduría y ética que nos conecte con la existencia presente y con nuestros contemporáneos; para que no lleve al fanatismo y a la violencia. El libro de Daniel es un libro tanto apocalíptico como de sabiduría (Daniel es un profeta y un hombre sabio). Metodológicamente, este libro debería estudiarse a partir de los presupuestos extraídos del mismo texto. Su material literario y lingüístico debería guiar nuestras interpretaciones.

En términos de influencia y fidelidad a Dios en la narración del libro, ¿qué grandes lecciones podemos aprender a partir de la perspectiva de los jóvenes cautivos (Daniel y sus amigos) presentes en las cortes de los imperios que dominaron los tiempos en que ellos vivieron, como Babilonia y Persia?

La lección principal es la tensión de ser “humano y santo”. Humano, por ser capaz de relacionarse con las personas, como Daniel, que mantuvo una buena relación con el jefe de los eunucos (1:9). Santo, por ser capaz de separarse de los otros, por ser fiel a Dios. Ese libro nos enseña a vivir como cristianos en minoría “en el mundo”, pero no del mundo.

Los tres hebreos y Daniel se acomodaron en el contexto del mundo: ellos trabajaron para el rey en la corte; pero nunca cedieron y estuvieron listos para morir por su fe. Ellos fueron santos sin ser fanáticos y legalistas. Se destacaron en sus tareas sin vanagloriarse o rebajar a los demás. Testificaron totalmente, a través de sus palabras, su sabiduría e intelecto, su cuerpo saludable y su comportamiento.

Usted describe en uno de sus libros el riesgo de una visión antisemita. ¿Cómo se puede evitar ese tipo de posición a partir de la lectura y del estudio del libro?

Aunque no había antisemitismo en aquella época, como lo sabremos más tarde en la historia del cristianismo a partir del siglo IV, el libro de Daniel nos advierte contra cualquier tipo de prejuicio, y contra otra persona simplemente porque pertenece a otra cultura, raza, género o clase social. Daniel es el libro más inclusivo de la Biblia, note en él la diversidad de idiomas, pueblos, clases, género, etc.

Irónicamente, el libro de Daniel, a veces, ha sido usado por los cristianos, incluyendo a los adventistas del séptimo día, para promover el antisemitismo (ver Daniel 9:24). Esa interpretación se hace en base a un error gramatical y a una ignorancia de la expresión literaria. Una lectura atenta del texto bíblico y del modelo de Daniel debería impedirnos un abordaje de la Palabra de Dios que estaría afectado por prejuicios culturales.

Usted ha escrito exponiendo una interpretación diferente (especialmente comparada con la visión tradicional adventista) con relación a una parte del capítulo 11 del libro de Daniel. Explique mejor cuál es su visión sobre ese pasaje, en especial la identidad de los reyes del Norte y del Sur.

Yo comparto las mismas visiones tradicionales de la Iglesia Adventista sobre la interpretación de 11:40-45. Como la mayoría de los intérpretes adventistas, entiendo que ese pasaje se refiere a un conflicto espiritual en el fin de los tiempos, involucrando al papado (rey del norte: Babilonia) y el poder político secular (rey del sur: Egipto), que se unirán contra Dios y su pueblo (montaña santa).

Afirmado en el abordaje historicista tradicional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, mi interpretación de Daniel 11 difiere, sin embargo, de la mayoría de los intérpretes adventistas, que ven desde el 11:5 al 11:39 la historia de los ptolomeos y de los seléucidas y Antíoco Epífanes, siguiendo, así, la tesis de los Macabeos, que fue iniciada por el filósofo neoplatónico Porfirio. Interpreto esos versículos haciendo un paralelo con el capítulo 8, desde la misma perspectiva espiritual que el 11:40—45, involucrando al papado desde su ascensión (11:5) hasta su fin (11:45).

La conexión íntima entre los libros de Daniel y Apocalipsis se menciona con frecuencia. ¿Qué puede aprender además el estudiante de la Biblia con Daniel para entender mejor algunos puntos importantes del libro profético escrito por el apóstol Juan?

Los dos libros están íntimamente relacionados, tanto que no podemos entender uno sin el otro. La manera como se expresa el libro de Apocalipsis, los símbolos y las imágenes, y también, las ideas, están todas enraizadas en el libro de Daniel. Significativamente, el libro de Apocalipsis comienza donde termina el libro de Daniel, con una bendición en la misma perspectiva de la venida de Cristo (Daniel 12:12; cf. Apocalipsis 22:3).

Además, los dos libros están moldeados en la misma estructura quiástica centrada en el juicio, el Día de la Expiación. Mientras Daniel ve en el cielo el Día de la Expiación después de 2.300 días proféticos, el Apocalipsis ve en la Tierra, al mismo tiempo, la proclamación de los tres mensajes angélicos (Daniel 7-8; cf. Apocalipsis 13-14). Por lo tanto, los dos libros están no solo transmitiendo la misma profecía, sino entregando aspectos complementarios del mismo mensaje.