Estudio revela que incluso comer porciones pequeñas de carne roja puede ser riesgoso
Descubrimientos muestran que incluso un consumo limitado puede incrementar el riesgo de muerte.
Un nuevo estudio en la revista académica Nutrients sugiere que ingerir carnes rojas y procesadas, incluso en pequeñas cantidades, puede incrementar el riesgo de muerte por todas las causas, especialmente por enfermedades cardiovasculares. El estudio fue llevado a cabo por nueve investigadores en la Universidad de Loma Linda.
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Saeed Mastour Alshahrani, el autor principal del estudio y alumno doctoral en la Facultad de Salud Pública de Loma Linda, afirmó que la investigación llena un vacío importante que dejaron estudios anteriores que tenían en cuenta unos niveles relativamente más altos de ingesta de carnes rojas en comparación con ingestas más bajas.
“Una pregunta acerca de los efectos de un nivel menor en la ingesta comparado con el no consumo de carnes sigue sin responderse”, dijo Alshahrani. “Queríamos examinar más de cerca la relación de una baja ingesta de carnes rojas y procesadas con todas las causas, enfermedades cardiovasculares, y mortalidad por cáncer comparada con aquellos que no consumían carnes”.
Este estudio, “Carnes rojas y procesadas y la mortalidad en una población con baja ingesta de carnes”, es parte del Estudio de Salud Adventista-2 (AHS-2), un estudio cohorte prospecto de aproximadamente 96.000 adventistas del séptimo día en los Estados Unidos y Canadá. El investigador principal del AHS-2 es Gary E. Fraser, profesor de medicina y epidemiología en la Universidad de Loma Linda.
Los investigadores señalaron que los adventistas son una población única, ya que el 50% son vegetarianos y aquellos que consumen carnes lo hacen en niveles bajos. Esto permitió que los investigadores examinaran los efectos de un nivel bajo de ingesta de carnes rojas y procesadas comparados con la no ingesta de estos alimentos en un marco amplio como es el Estudio de Salud Adventista.
Este estudio evaluó las muertes de más de 7.900 individuos durante un periodo de 11 años. La dieta fue evaluada a través de un cuestionario sobre la frecuencia cuantitativa de los alimentos validados, y la información de las causas de muerte se obtuvieron a partir del Índice Nacional de Muertes. De aquellos individuos que consumían carnes, el 90% solo ingería cerca de dos onzas [56,69g] o menos de carne roja por día.
Casi 2.600 de las muertes informadas se debieron a enfermedades cardiovasculares, y más de 1.800 se produjeron por cáncer. La carne procesada, modificada para mejorar el gusto ya sea curada, ahumada o salada (como es el caso del jamón y el salame), en sí misma no fue asociada significativamente con el riesgo de mortalidad, posiblemente debido a una proporción muy pequeña de la población que consume ese tipo de carnes. Sin embargo, la ingesta total de carnes rojas y procesadas fue asociada con riesgos relativamente mayores del total de muertes y enfermedades cardiovasculares.
Michael Orlich, codirector del AHS-2 y coautor del presente estudio, afirmó que estos nuevos descubrimientos apoyan a un cuerpo significativo de investigaciones que revela los potenciales efectos negativos de las carnes rojas y procesadas.
“Nuestros descubrimientos dan más peso a la evidencia ya sugerida de que consumir carnes rojas y procesadas puede afectar negativamente la salud y la esperanza de vida”, agregó Orlich.
Este estudio fue publicado en Nutrients como parte de “Publicación especial, evaluación dietética en Epidemiología Nutricional: implicaciones de salud pública para promover la salud de por vida”.
La versión original de esta historia fue publicada en el sitio de noticias de salud de la Universidad de Loma Linda.