La estructura de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
Cómo, en detalle, la estructura de la Iglesia Adventista del Séptimo Día toma en cuenta las ideas de la iglesia global y la iglesia local.
La iglesia cristiana fue establecida por Dios dentro de su plan de salvación de la humanidad. Por eso tiene un papel fundamental en el desarrollo del contexto del gran conflicto. Representa a los hijos fieles de Dios, que decidieron vivir de acuerdo a su voluntad.
No hubo un tiempo en la historia en que la iglesia haya dejado de existir. A veces fue perseguida y tuvo que refugiarse lejos, donde las autoridades políticas y religiosas no pudieran alcanzarla. Se ve la fidelidad en las historias de hombres y mujeres que fueron hasta las últimas consecuencias para vivir su fe. Ahora no es diferente, en la etapa final de la historia de este mundo, donde Dios identifica a su iglesia colocando grandes e importantes responsabilidades sobre ella.
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“La Iglesia es el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres. Fue organizada para servir, y su misión es la de anunciar el Evangelio al mundo […]. Es maravillosa la obra que el Señor determina que sea realizada por su iglesia, a fin de que su nombre sea glorificado”.[i]
Pablo, en 1 Timoteo 3:15, establece las bases de la iglesia asociadas con las reglas por las cuales debe actuar: “para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad”.
La iglesia tiene en cuenta la esfera de su actuación como intérprete y portavoz de los propósitos redentores de Dios para con toda la humanidad, en la persona de su Hijo, Jesucristo, el deber. De esta forma, viene, también, la responsabilidad de servir como elemento activo y dinámico, cuya influencia tenga el poder de elevar los sentimientos de hombres y mujeres, y alcanzar los más elevados estándares morales, según lo trazado en la santa e inmutable Ley de Dios.
Origen y significado del vocablo iglesia
La palabra iglesia es de origen griego y no aparece en el Antiguo Testamento. Este término es utilizado en el Nuevo Testamento por Jesús y sus apóstoles. El vocablo es una traducción del griego ekklesía que significa “los llamados de afuera” o una reunión de ciudadanos en asamblea, en el ayuntamiento o el lugar donde el pueblo se reúne. Este es su significado original.
El significado cristiano de iglesia
Jesús, aprovechando lo que ya era familiar para sus discípulos, le dio a la palabra iglesia un significado del todo peculiar cuando afirmó: “edificaré mi iglesia” (ekklesía), según Mateo 16:18.
Según H. H. Hobbs, “los discípulos estaban familiarizados con esa palabra, tanto en relación con la religión, como con la política”. En esencia, Jesús dijo: “los hebreos tienen su asamblea, los griegos también tienen la suya. Ahora, yo también edificaré mi asamblea”.[ii]
Solo que Jesús le dio al término ekklesía un significado esencialmente espiritual. Con esto quería decir que, a partir de ese momento, teniendo en cuenta sus nuevos propósitos, la iglesia no sería solamente una reunión de personas con finalidades políticas y seculares, sino una asamblea de personas redimidas por Cristo, creyentes y salvas.
De acuerdo con C. E. Autrey, “la iglesia, para Cristo, era un grupo de creyentes reunidos por su amor mutuo para con él, y los unos para con los otros. Pues Jesús dice: ‘edificaré mi iglesia’ (Mat. 16:18). La iglesia constituye una comunidad separada, cuyos miembros eran distintos a sus vecinos por la fe, la práctica y el afecto mutuo, de unos para con otros y de todos para con Cristo. La iglesia del Nuevo Testamento era una democracia teocrática, centrada en Cristo, y habilitada por el Espíritu Santo. Y tenía un sentimiento de lealtad para con Cristo”.[iii]
Dos aspectos de la naturaleza de la iglesia: general y local
Las Escrituras usan varias expresiones para describir a la iglesia, tales como “la iglesia del Señor” (Hechos 20:28), “cuerpo de Cristo” (Efesios 4:12) y “la iglesia del Dios viviente” (1 Timoteo 3:15).
El Manual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día declara que: “la palabra iglesia se usa en el relato bíblico por lo menos en dos sentidos: en un sentido general, se aplica a la iglesia en todo el mundo (Mat. 16:18; 1 Cor. 12:28); y en un sentido particular, se aplica a la iglesia de una ciudad o provincia, como la de Roma (Rom. 1:6, 7), Corinto (1 Cor. 1:2), Tesalónica (1 Tes. 1:1), Galacia (1 Cor. 16:1), Asia (1 Cor. 16:19), y Siria y Cicilia (Hech. 15:41)”.[iv]
Cristo, como la cabeza de la iglesia y su señor, tiene un profundo amor por los miembros de su cuerpo. Él debe ser glorificado en la iglesia (Efesios 3:21). Por medio de la iglesia, él hace conocida “la multiforme sabiduría de Dios” (Efesios 3:10). Día a día, él alimenta a la iglesia (Efesios 5:29), y su profundo deseo es hacer de ella una “iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:27).
Bajo este aspecto, contemplamos a la iglesia en su sentido amplio y abarcador, incluyendo a todos los creyentes en Cristo, de todos los lugares y de todas las épocas. Esta es “mi iglesia” (Mateo 16:18).
Con respecto a la iglesia en el aspecto general, este es el sentido genérico que indica la comunidad total de los miembros, independientemente del lugar o del tiempo. Tal vez, las referencias más apropiadas para indicar la iglesia general están en Efesios 1:22; 3:10 y 21. Nótese aquí la expresión: “… por todas las edades”.
Cuando el Manual de la iglesia, en la página 22, declara que pertenecer a la iglesia de Dios es un privilegio, se refiere no a una iglesia de un determinado lugar, sino a la iglesia en su aspecto global, en el sentido amplio y abarcador, la iglesia mística, “EL CUERPO DE CRISTO” (Efesios 4:12).
Dentro de este contexto es que debemos entender la declaración de Elena de White: “Pero deberíamos recordar que la iglesia, aunque débil y defectuosa es objeto del supremo cuidado de Cristo”.[v]
En relación con este concepto de la iglesia como el cuerpo de Cristo, el apóstol Pablo expresó: “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2:19-22).
Con respecto a la iglesia local, dice H. H. Hobbs que “es la operación visible de la iglesia general en un tiempo dado y en un espacio dado”.[vi] Hay una interrelación entre la iglesia general y la iglesia local; una no puede existir sin la otra. Y podemos entender muy bien esta relación estrecha cuando nos damos cuenta que nacemos de nuevo dentro de la iglesia general, pero somos bautizados en la iglesia local. Es en la comunidad local donde se realizan los ritos de bautismo y la cena del Señor, por ejemplo.
Es la iglesia local la que decide sobre el recibimiento y la exclusión de miembros. En la iglesia local, se eligen sus oficiales (Hechos 6:1-7), y es en este ambiente donde se construyen los templos y las capillas. Es en la iglesia local donde se organiza su Escuela Sabática, se establecen las clases bíblicas, se realizan los cultos, se da asistencia espiritual y social a sus miembros y se desarrollan sus estrategias de evangelismo (Hechos 2:42-47; 4:32-45). Sin embargo, todo se hace buscando el crecimiento y el perfeccionamiento de la iglesia general (cuerpo de Cristo), que desea “presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:27).
Estructura organizativa adventista
La estructura de organización constitutiva de la Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene en la iglesia local su base y posee cuatro niveles.
Iglesia local
Asociación o Misión (formada por un grupo de iglesias)
Unión (formada por un grupo de asociaciones y/o misiones)
Asociación General (formada por el grupo de las uniones de todo el mundo)
Cuando observamos la estructura administrativa de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, percibimos cinco niveles administrativos. Se suman las 13 divisiones que la Asociación General mantiene alrededor del mundo como oficinas regionales para coordinar el trabajo de la iglesia en regiones o continentes.
Iglesia local
Asociación o Misión (administra un grupo de distritos pastorales)
Unión (administra un grupo de asociaciones y/o misiones)
División (administra un grupo de uniones)
Asociación General (administra la iglesia en todo el mundo)
Es la iglesia local la que ejecuta todos los ideales de la iglesia general, por medio de las herramientas y los recursos a su alcance, que son sus oficiales y departamentos.
Objetivos de la iglesia
“La Iglesia es el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres. Fue organizada para servir, y su misión es la de anunciar el Evangelio al mundo […]. Es maravillosa la obra que el Señor determina que sea realizada por su iglesia, a fin de que su nombre sea glorificado”.[vii]
Los adventistas del séptimo día tienen un mensaje que debe ir por todo el mundo. Por eso, todos los miembros suman fuerzas a los pastores, evangelistas, profesores, colportores, en el cumplimiento de la mayor tarea de la Tierra, en este periodo tan crítico de la historia del mundo.
La iglesia general (el cuerpo de Cristo) será engrandecida y preparada para el regreso de Jesús, por medio de la actuación y del testimonio de la iglesia local, cuyos miembros, hombres y mujeres consagrados a la causa de Dios, saldrán, por el poder del Espíritu Santo, para atender el ‘id’ de Marcos 16:15, predicando el evangelio a todo el mundo.
Aquí vemos de nuevo a la iglesia como guardiana y responsable del evangelio. Así, es el cuerpo de Cristo que debe llevar adelante o cumplir sus órdenes bajo la dirección de su cabeza. Es la novia de Cristo a ser siempre amada por él, y que debe amarlo en el producir hijos espirituales. Es el pilar y columna de la verdad para declarar todo el consejo de Dios.
La iglesia es tanto global como local. “Viendo que la iglesia global solo se hará realidad cuando se reúnan todos los redimidos en la gloria, la iglesia local es una colonia del cielo (Filipenses 3:20); un eco del evangelio (1 Tesalonicenses 1:8); una comunión o compañía (Hechos 2:42) mediante la cual debemos cumplir nuestra mayordomía del evangelio, llevándolo a los no salvos. Viendo que la iglesia es local, esta es la única institución mediante la cual podemos servir. Aquel que desprecia la iglesia, desprecia a Cristo, pues ella es su cuerpo y novia o esposa”.[viii]
Bibliografía
[i] White, Elena G. Los hechos de los apóstoles, p. 9, 11.
[ii] Hobbs, H.H. Os Fundamentos da Nossa Fé [los fundamentos de nuestra fe], p.16.
[iii] Autrey, C.E. A Teologia do Evangelismo [la teología del evangelismo], p. 40, 41
[iv] Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Manual de la iglesia, versión 2015. p. 22.
[v] White, Elena G. Recibiréis poder, p. 368..
[vi] Hobbs, p. 162.
[vii] White, Elena G. Los hechos de los apóstoles, p. 9, 11.
[viii] Hobbs, p. 170.