El evangelismo digital resumido en un embudo – Parte II
No es suficiente presentar un contenido excelente; es necesario estar preparado para prestar una atención humana a las personas a quienes alcanzó ese contenido.
En este artículo daremos secuencia a lo abordado en el artículo anterior con relación al embudo de ventas aplicado al evangelismo digital. En él, trataremos las etapas de atención y estudio bíblico.
Como ya vimos anteriormente, en la aplicación del embudo, la estrategia debe ser pensada de manera que una etapa lleve a la siguiente. Por lo tanto, el contenido lleva a la atención; la atención al estudio bíblico; el estudio bíblico a la iglesia local, y así sucesivamente, hasta que el proceso esté completo.
La atención
Confieso que, cuando me presentaron el mundo de la atención digital, me sentí impactado. ¡Para mí fue casi como el descubrimiento del siglo!
Por ser analista de sistemas, siempre tuve una inclinación a lo digital, ya sea con ideas de negocio, antes de entrar en el ministerio, o con propuestas que involucraran a la Iglesia, el Club de Conquistadores o la misión. Pero, aunque desarrollando algunas cosas en esa línea, me sorprendí cuando conocí el mundo de la atención.
Una cosa es producir contenido y ponerlo en la red para alcanzar a personas; otra cosa es, después de alcanzarlas, conversar con ellas sobre el mensaje que recibieron, como este les afectó y cómo sus vidas pueden cambiar a partir de esos nuevos aprendizajes.
Actualmente, aquí en el departamento de evangelismo digital de la Red Nuevo Tiempo, contamos con un equipo de ocho evangelistas digitales que se dedican a conversar con personas que han sido impactadas por los contenidos que producimos. Esos colaboradores son desconocidos para el público y sin influencia digital, pero diariamente aconsejan a miles de personas alrededor del mundo.
La atención es una acción seria
Es bastante común entre nuestro equipo la atención a personas con una crisis emocional. Constantemente recibimos mensajes de personas que se autolesionan y nos buscan para desahogarse, contarnos que ya no saben qué hacer con sus vidas y que necesitan ayuda. En esos casos, siempre recomendamos que la persona busque atención profesional; incluso indicamos algunos programas sociales que atienden de forma gratuita. Pero, antes de cualquier cosa, cuando se nos presenta un caso así, debemos prestar los “primeros auxilios”, permitiendo que el individuo se desahogue, y ofreciéndole alivio emocional y espiritual.
Por desgracia, cada día tratamos casos de depresión, de tendencia suicida, de abuso sexual, traición, dependencia química, entre otras situaciones. Llegamos al punto de que alguien nos escribió de madrugada pues quería suicidarse y, al responder por la mañana el mensaje, su madre nos contestó diciendo que su hijo/a lo había hecho. Lo más impresionante es que esas personas son las mismas que están navegando en Internet, buscando los contenidos más variados y publicando selfies, sonrientes y “felices”.
Ahora, reflexione un poco. Cuando usted habla sobre perdón, muchas personas al oírlo se sentirán desesperadas por desahogarse con alguien. Tal vez hayan entendido la parte cognitiva del asunto, pero necesitan apoyo emocional para sentirse perdonadas. Cuando usted habla de depresión, las personas que viven en ese cuadro sentirán el deseo de contarle como se sienten. Cuando usted habla de adulterio, hombres y mujeres se identificarán y sentirán la necesidad de conversar y compartir la carga.
¿Entiende adónde quiero llegar? Producir contenidos es bueno e instructivo, pero no es todo. En algunos casos, genera una expectativa que no se atiende. Por lo tanto, además de informar, presente mecanismos de interacción.
El estudio bíblico
Una vez que la persona pasó por el proceso de atención, sus dudas fueron respondidas, fue escuchada y aconsejada, confía aún más en usted, en su equipo y en su Iglesia. Entonces, ya es posible invitarla a dar un paso más: estudiar la Biblia. Y yo insisto en la intencionalidad; el contenido lleva a la atención, y esta al estudio bíblico. Por eso, mientras la persona está siendo atendida, las palabras y los consejos deben preparar el camino para ese momento.
Para esa etapa, son muchas las posibilidades. Pueden usarse aplicaciones de videollamada, formularios en Google Forms, aplicaciones o sistemas de estudio bíblico, etc. Además, es posible combinar algunos de ellos, como hacer la videollamada mientras la persona responde un formulario de preguntas. Además de esas opciones, también está Esperanza, nuestra instructora virtual. Es una excelente pareja misionera que permite el estudio de la Biblia en un grupo de WhatsApp.
Sobre Esperanza
Es una inteligencia artificial que da estudios bíblicos por WhatsApp, Facebook Messenger y Telegram. Es capaz de estudiar la Biblia simultáneamente con miles de personas y grupos. Básicamente, el trabajo entre nuestro equipo y Esperanza se divide de la siguiente forma: ella se encarga de todo lo que es mecánico y sistemático, mientras nuestras personas encargadas de la atención se responsabilizan por lo que es humano y requiere un cuidado especial. Todo es bastante sencillo y natural; mientras la persona estudia la Biblia con Esperanza, puede recibir consejos y quitarse las dudas con nuestro equipo, y todo dentro del mismo chat, sin que necesite conectarse a varios canales de atención.
Actualmente, Esperanza habla en portugués y español y está entrenada con cuatro cursos bíblicos en cada uno de los idiomas. A pesar de eso, ya estudió la Biblia con más de 100 mil personas y grupos, en más de 70 países, en todos los continentes. En la actualidad, da más de 24 mil estudios bíblicos, envía cerca de 140 mil mensajes por día y habla con aproximadamente 10 mil personas diariamente. En la imagen a continuación puede ver todos los países que ya han sido alcanzados por ella.
Si quiere saber cómo formar una pareja misionera con Esperanza, ingrese al link y siga las instrucciones: adv.st/darestudio.
Hasta aquí toda nuestra estrategia fue digital, pero en el próximo artículo veremos que el proceso no termina así. Hasta allá, ponga en práctica más de esas etapas del embudo y, si fuera necesario, adapte lo que usted ya ha hecho para ser todavía más eficiente, intencional y personal.