Máquinas moleculares: moléculas que fabrican moléculas
Las referencias para este trabajo se encuentran en la explicación del Diseño Inteligente.
Según el sitio Innovación Tecnológica, “una nueva resolución industrial comienza a prepararse de manera silenciosa e invisible en el interior de varios laboratorios de nanotecnología alrededor del mundo. Se trata de las nanofábricas, donde las líneas de montaje, que solo pueden verse por el microscopio, imitan la forma en la que se hacen las moléculas en la naturaleza. Y una de las máquinas moleculares artificiales más avanzadas que se han construido acaba de ser presentada por el equipo del Dr. David Leigh, de la Universidad de Manchester, en el Reino Unido”.[1]
El investigador dice: “Esta máquina usa moléculas para hacer moléculas en un proceso sintético que es similar a la línea de montaje robotizada de los automóviles. Estas máquinas podrán hacer mucho más eficientes y menos costosos los procesos de fabricación de moléculas. Eso beneficiará a todos los tipos de fábricas, ya que la mayoría de los productos hechos por el hombre comienza en el nivel molecular. Por ejemplo, nosotros actualmente estamos modificando nuestra máquina para que pueda fabricar penicilina”.
Inspiración en el ribosoma
Según el tema del sitio, la máquina molecular, que mide solo algunos millonésimos de milímetro, fue inspirada en el ribosoma, “una especial máquina molecular natural que se encuentra en todas las células vivas. El ribosoma es una organela que fabrica proteínas enzimas para los seres vivos: hace eso juntando aminoácidos”.
El sitio explica que Bartoz Lewandowski, idealizador de la máquina molecular artificial, usó un rotaxano, una molécula que ya fue usada para fabricar nanomotores, nanoválvulas y hasta una memoria para computadores moleculares. “El rotaxano consiste en un pequeño anillo unido a un bastón. Al deslizar a lo largo del bastón, la molécula captura los aminoácidos que los investigadores colocan en su camino”.
El prototipo de máquina molecular logró juntar tres aminoácidos para fabricar algunos miligramos de péptidos. En verdad, son trillones de máquinas que funcionan simultáneamente. “El ribosoma puede juntar 20 bloques por segundo hasta que 150 de ellos estén unidos. Hasta el momento, nuestra máquina logra juntar hasta cuatro bloques, y le lleva 12 horas conectar cada bloque”, contextualiza Leigh. “Pero usted puede hacer ese proceso masivamente: nosotros ya estamos usando 1.018 de esas máquinas en paralelo en nuestro laboratorio para fabricar moléculas”, agrega.
El próximo paso, según el sitio, es construir máquinas capaces de tratar con un número mayor de piezas, para fabricar moléculas más complejas, sobre todo moléculas artificiales que no se encuentran naturalmente.
Referencia divina
Es curioso cómo los seres humanos se maravillan con sus acciones que consisten en imitar la creación de Dios, pero no reconocen la Inteligencia por detrás de los mecanismos y procesos que copian. Si Dios cobrara por derechos de autor...
Imagine que alguien le dijera que una fábrica es fruto de la casualidad, de adhesiones aleatorias de piezas metálicas, cables eléctricos y otras tantas partes. ¿Qué pensaría usted? ¿Y si alguien le dijera que las nanofábricas creadas por los investigadores son, también, resultado de fuerzas naturales que dispensan la inteligencia creadora? Pero ¿qué decir, entonces, del ribosoma, mucho más eficiente que las máquinas moleculares sintéticas (20 bloques por segundo contra cuatro bloques cada doce horas)?
Alguno puede decir que el Diseño Inteligente no es ciencia, que no se puede hacer ciencia a partir de esa teoría, pero ¿y cuando la ciencia imita ese Diseño Inteligente? Por lo visto, la apertura de la “caja negra de Darwin” continuará maravillando al observador atento e inspirando mucho “plagio” en los laboratorios.
Referencia
[1] Sitio Innovación Tecnológica – https://www.inovacaotecnologica.com.br/noticias/noticia.php?artigo=maquinas-moleculares-moleculas-fabricam-moleculas&id=010165130111#.Xs1HQhNKh24