Fideísmo: la mayor barrera de la fe
Algunos meses atrás, al conversar con un miembro de nuestra iglesia, entramos en el asunto de la maestría que estoy haciendo: Filosofía de la religión. Al notar que el joven no entendía exactamente de qué se trataba, comencé a explicarle de manera en...
Algunos meses atrás, al conversar con un miembro de nuestra iglesia, entramos en el asunto de la maestría que estoy haciendo: Filosofía de la religión. Al notar que el joven no entendía exactamente de qué se trataba, comencé a explicarle de manera entusiasta que la filosofía de la religión trataba básicamente de la forma cómo podemos pensar en la religión y en nuestras creencias religiosas de manera racional, y también prepararnos para responder los interrogantes que surgen de parte de personas que no creen en Dios. La reacción de él no fue tan entusiasta como mi explicación. Frunció la frente y preguntó honestamente lo que le intrigaba durante toda la conversación: “¿Pero nuestra creencia no debería ser por fe y solo por fe? ¿No dice en Hebreos 11 que la fe es la certeza de las cosas que no se ven? ¿Por qué necesitamos evidencias racionales?
Ese razonamiento no es aislado. Al realizar series de apologética (defensa racional de la fe cristiana) por algunas ciudades de Brasil, algunos miembros tenían el mismo cuestionamiento y creaban automáticamente una barrera para abordar ese asunto. En términos más técnicos, llamaríamos a eso fideísmo. ¿Qué significa eso? Fideísmo viene del latín fides que significa fe. Esta creencia se basa en la idea de que todos los conceptos religiosos como creer en Dios, fidelidad a la Biblia como palabra revelada de Dios, entre otros, son inalcanzables a la razón y por lo tanto deben ser justificados solo a través de la fe. Para estos, la apologética es casi un instrumento del “enemigo” para que nos apeguemos solo a nuestra capacidad mental de razonar y no en la fe que debemos tener en vista de estas cuestiones.
Creo que ese tipo de pensamiento viene de un concepto falso de lo que es “fe”. Muchos mantienen el concepto de que fe es un salto ciego a un abismo divino donde no existe racionalización o racionalidad. Fe es mucho más que eso. Significa confiar la vida, las acciones, los pensamientos y las creencias a algo/alguien. En términos cristianos se trata de una vida depositada en las manos de Dios. Ahora, deténgase a pensar un poco conmigo. ¿Cómo se obtiene la fe? La Biblia da una alternativa: “Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:16-17). O sea, una de las formas de obtener esa confianza en Dios es oír su Palabra. ¿No sería eso una evidencia de lo que Dios hizo y de quién es? ¿No es usar la razón para creer? Claro que sí.
El gran problema del fideísmo es que no importa cuánto digamos, no necesitamos de la razón para creer en Dios, cuanto más se cava, más aparecen las “bases” para la fe, o sea, pruebas. No se puede divorciar la fe de tales bases que Dios mismo nos proporcionó. Vamos a pensar un poco más: ¿Por qué será que Dios nos dio la capacidad de razonar? ¿Será que era para no usarla? ¿Con qué motivo Dos se revela en las historias de la Biblia, o clama a través de la naturaleza sobre su existencia si no fuera para darnos las bases para nuestra fe?
La apologética es un lindo campo de estudio que demuestra cuánto Dios quiere revelarse a mí y a usted. No existe ceguera espiritual tan fuerte que no pueda ser curada por ese Dios que de muchas formas puede crear en nosotros la fe que él tanto quiere que tengamos. Basta “abrir los ojos”.