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Facebook, ¿enemigo de mi productividad espiritual?

¿Cuánto tiempo le dedicas a Dios y cuánto a las redes sociales? Un buen texto para reflexionar.


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El estudio de la Biblia debe ser uno de los principales hábitos diarios. (Foto: Shutterstock)

No te asustes. No estoy en contra de Facebook. Tampoco en contra de otras redes sociales. Creo que valen la pena y son una herramienta que, bien usada puede ser una bendición. Pero por otro lado, debo reconocer que necesitamos pensar y hablar de este asunto si queremos ser personas extremadamente productivas espiritualmente hablando. ¿Tienes unos minutos? Así te cuento porque estoy escribiendo esto. Vamos a pensar juntos entonces.

Leí un libro escrito por un joven brasileño llamado Raiam Santos. Cuando él escribió este libro tan solo tenía 24 años. El libro fue record de ventas en las tiendas digitales, año 2015 en Brasil. Lo que me llamó la atención y disparó mi curiosidad al leerlo fue el título: “Hackeando todo, 90 hábitos para cambiar el rumbo de una generación”. (En portugués)

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Aunque es un libro bien “diferente”, en todos los sentidos de la palabra, me llamó la atención el abordaje que el autor hace al hablar de la necesidad de enfocarnos en nuestra productividad personal si queremos ser personas exitosas.

Obviamente que no estoy de acuerdo con todos los abordajes que el autor realiza en el libro. Sin embargo, me hizo pensar. Pensar en que hay hábitos en mi vida personal que sin darme cuenta minan, estorban y a veces hasta matan mi vida espiritual.

Vamos a las reflexiones que surgieron en mi cabeza y que decidí compartirlas contigo en relación a nuestra “productividad espiritual”. (No sé si existe el término, pero lo acabo de inventar… aunque por otro lado es bíblico, porque Jesús nos llamó a tener muchos frutos…  San Juan 15)

El problema

A todos nos cuesta crear o desarrollar el hábito de tener un encuentro personal con Dios en la primera hora de cada día. ¿Sí o no? ¿Será que yo soy el único? ¡Yo sé que no! ¿Sabes por qué digo esto?, porque cada día recibo decenas de mensajes, a través de las redes sociales, de personas sinceras que no pueden dedicar tiempo para Dios. Sí, no tienen tiempo, ¿te suena? O peor, si tienen un momento con Dios sienten que no es productivo. No le pueden sacar provecho. Me dicen: “No entiendo la Biblia.” “No me puedo concentrar.” Etc…

Ahora bien, en este momento no voy a darte técnicas de cómo estudiar la Biblia, no. Lo que me gustaría dejarte son consejos de cómo puedes desarrollar 3 hábitos que pueden potencializar tu vida espiritual para que sea realmente extraordinaria. Por lo menos, yo los estoy poniendo en práctica y es de bendición.

¿Vamos? ¿Estás dispuesto a pagar el precio? Entonces sigue leyendo:

1. Elimina Facebook, twitter y Whatsapp de tu vida en las primeras 2 horas de tu día. ¿Qué es lo primero que haces cuando te levantas? Si eres como la gran mayoría de mortales, seguramente duermes con tu celular cerca de ti. Claro, lo usas como despertador, entiendo. También lo hago. Sin embargo, responde con sinceridad, ¿qué es lo primero que haces cuando tomas el celular en tus manos? Mmmmm, déjame arriesgar la respuesta: lo primero que haces es mirar las notificaciones de Facebook, de Whatsapp, y quien sabe das una pasada por el Instagram o cualquier otra red social.

Déjame decirte lo que hace ya un tiempo descubrí conmigo mismo. Un día, tomé la decisión de eliminar todas las notificaciones de las redes sociales en la primeras horas del día. Necesitaba empezar mi día conectado a Dios y no a este mundo. Y me siento súper bien con mi decisión.

El hábito de mirar primero el celular antes de cualquier cosa está destruyendo la productividad espiritual de millones de cristianos. ¿Por qué? Me puedes decir,  ojear mi celular antes de hacer mi culto no me afecta. ¿Ahá? Déjame decirte como puede afectar:

Facebook y casi todas las redes sociales están hechas para enviciarnos: notificaciones, Me gusta, mensajes. Y la lista puede seguir. Todo está preparado para crear dependencia. Lo digo de otra manera, si no puedes controlar este deseo de ir a tu celular cuando te levantas, tienes que pensar en la posibilidad de ser un “viciado digital”. Puede ser que estés teniendo un cierto grado de dependencia digital. ¿Existe el término? No lo sé. Pero creo que todo lo que no se puede controlar y que te controla acaba siendo, en cierto sentido, una adicción. Y cualquier adicción puede llegar a ocupar el lugar de Dios.

2. Concentración. Este hábito debilita nuestra fuerza de voluntad y nos hace ser menos asertivos. Perdemos el foco y la concentración. Piénsalo de esta manera. Una vez que viste una publicación de un amigo, saltas a otra. Pasas de una linda imagen de bendición, un video inspirador, después un meme (imagen graciosa), un chiste o un video completamente irrelevante. Perdiste el foco. Te concentraste en cosas superfluas en vez de dedicar tu atención a Dios. Así, es súper difícil llegar a Dios con la cabeza abierta para escuchar su voz.  ¿Qué piensas tu?

Una pasada por el celular te hará perder por lo menos 10 minutos o más. Haz la prueba y controla el tiempo que “perdiste” en el teléfono. No hace falta decirte que este tiempo podría haber sido dedicado a Dios. ¿No te parece? – ¡Después no me digas que no tienes tiempo para tu culto personal!

3. Elimina el Multitasking de tu momento con Dios. Término en inglés que traducido al español significaría lo siguiente: multitarea. Este término se usó, inicialmente, para los sistemas operativos de computadoras que podían hacer varias tareas al mismo tiempo. En el ámbito de la conducta humana hay varios estudios a favor y contra esta conducta. No voy a discutir sobre este asunto ahora. Personalmente me considero una persona que puede hacer varias cosas al mismo tiempo. Puedo estar respondiendo correos electrónicos en cuando la TV está encendida en un canal de noticias o en una llamada telefónica. Ahora bien, ¿por qué no es bueno este hábito para el desarrollo de una vida espiritual extraordinaria? Sigue leyendo:

4. Atención. Cuando tu tienes interés en escuchar a una persona, ¿qué haces? ¡Sí! Prestas atención. Con Dios lo mismo. Él te va a decir, a través de la Biblia, lo que Él quiere para ti en ese día. Lo mínimo que debes hacer es prestarle atención. “Apaga” la radio, la TV, Internet, a los niños, tu esposo, tu esposa y la lista puedes seguir. Creo que se entiende el concepto, ¿no?

Busca un lugar tranquilo donde nada ni nadie estorbe tu encuentro con Dios. Y empieza a disfrutar de una conversación íntima con Él.

En este sentido te voy a decir algo importante. Para tu encuentro con Dios: ¡usa tu Biblia en papel! – ¡LISTO! Lo dije. ¿Por qué en papel? Porque en el papel tú puedes subrayar, pintar, escribir. Claro que lo puedes hacer en tu dispositivo digital. Sin embargo, el hecho de escribir con una lapicera, un lápiz o un marcador en una hoja de papel, potencializará la calidad de ese momento con Dios. Haz la prueba.

5. Desconexión. Cuando te sientes para tener tu encuentro con Dios te sugiero que hagas algo que será muy difícil. Lo fue para mí. Si tienes un smartphone o cualquier otro dispositivo conectado a la red, insisto, sé que va a doler… pero vale a la pena: desconéctalo del WIFI, 3G, 4G o lo que sea. Una buena opción es colocarlo en modo avión. Más aún si estás usando ese dispositivo para tu lectura devocional. ¿Por qué? Es claro, si no te desconectas las notificaciones de los 400 grupos de whatsApp que tienes, sumado a las del Facebook, Instagram, Snapchat, más las alertas del Twitter y sitios de noticias, no te dejarán centrarte en Dios y tu encuentro con Él. Todo conspirará para que ese encuentro no sea productivo, o sea poco menos que, un momento mecánico. En resumen, tu vida espiritual no llegará a ser para nada productiva.

6. Elimina las excusas y dedique tiempo de calidad para Dios. Un buen consejo del libro que cité anteriormente dice que necesitamos controlar el tiempo que dedicamos para cada actividad, de tal manera que podamos controlar nuestros avances personales. Entonces, empieza a controlar tu tiempo con Dios. ¡Sí!, cronometrar, el tiempo que vas pasar con Dios. En base a tu rutina diaria define cuál será el tiempo que vas a dedicar para tu meditación y encuentro con Dios. ¿Van a ser 5 minutos, 10, 20 o una hora? Muy bien, coloca un cronometro a andar y dedica ese tiempo solo para Dios. Repito, solo para Él y nadie más. Tiempo de calidad. Los resultados serán impresionantes. ¡Haz la prueba!

Sé que estos consejos que acabo de escribir son difíciles de seguir. Sin embargo, creo que tú y yo queremos ser personas exitosas espiritualmente, productivos. Queremos tener un relación sólida y personal con Dios. Queremos recibir la herencia eterna que Él nos prometió. ¿Es así? ¡Claro que sí!

Sin embargo, Satanás está haciendo todo lo posible para hacernos perder el foco y para que no alcancemos una vida espiritualmente productiva. Lo peor es que lo está logrando.

¿Por qué digo esto? Porque, somos la generación más conectada que ya existió sobre la tierra. Hoy, casi todos, o por lo menos una gran mayoría de los seres humanos tenemos algún dispositivo digital que nos conecta al mundo virtual, pero que nos “desconecta” del mundo real.  Perdemos tiempo. Somos expertos procrastinadores (dejamos todo para después). Y nos mentimos a nosotros mismos diciendo que no tenemos tiempo para Dios. Dejamos todo para después y ese después nunca llega. O lo que es peor, tenemos momentos con Dios de una calidad pésima. Somos débiles y pobres en la oración. Pero somos expertos en conocer y seguir la vida virtual de los otros. ¡Es necesario pensar!

La recomendación

No me mal interpretes. Creo que la tecnología es buena en sí misma. El problema está en como la usamos. Insisto en este concepto: yo debo usar, controlar la tecnología y no ella a mí. Personalmente, yo la uso, y mucho. Me considero un pastor digital e hiper-conectado, porque creo que podemos usarla para la misión. (De paso puedes seguirme en todas las redes sociales… (risas))

Sin embargo, necesitamos eliminar los malos hábitos que nos impiden llegar a tener una relación con Dios extraordinaria. Para eso, necesitamos adquirir hábitos que nos ayudarán a romper los límites de nuestra productividad espiritual y llegar a donde nunca hemos llegado antes.

Ahora es un buen momento para arrodillarte y pedirle a Dios que te ayude a cambiar los malos por buenos hábitos. Que te ayude a eliminar todo lo que te impide tener una relación fuera de lo común con Dios. Pide la unción del Santo Espíritu para que Él santifique tu fuerza de voluntad y así puedas ser victorioso en el Nombre de Jesús.

Recuerda que hay una bendición especial prometida para aquellos que “leen, oyen y guardan” la Palabra de Dios. (Apocalipsis 1:3) – Esto requiere esfuerzo, foco, trabajo duro de tu parte. La parte de Dios es la unción y la santificación a través del Santo Espíritu. En resumen: una vida espiritual plenamente productiva.

Estaré orando para que Dios te dé la victoria.

Un súper abrazo cibernético para ti.

Pr. Jorge Rampogna

Jorge Rampogna

Jorge Rampogna

Biblia360

“Pensando la vida desde el punto de vista de Aquel que todo lo ve”

Graduado en Teología en la Universidade Adventista del Plata, Argentina. Post graduado en Comunicación corporativa en UNASP-EC, Brasil. Trabajó en la Rede Novo Tempo de Comunicação como director asociado para el área hispana y también como director de la TV Nuevo Tiempo para español y portugués. Actualmente se desempeña como director del departamento de Comunicación de la sede sudamericana adventista.