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Consejos prácticos de la especialista sobre cómo los padres pueden animar y participar en la vida escolar de los hijos y ayudarlos en ese camino.


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Foto: Shutterstock

En el libro Aventuras de um menino passarinho [Aventuras de un niño pajarito], el autor, al describir aspectos de su infancia, cuenta cómo consiguió un pantalón nuevo. Doña Maura, costurera y madre de su mejor amigo, lo llamó a la cocina un día, le dio un pedazo de dulce y le dijo que, si él le enseñaba a su hijo ayudándolo a pasar de año, le daría un pantalón nuevo. El pequeño profesor cuenta que su misión no fue nada fácil. Convenció a su amigo de que primero tenía que estudiar y después jugar. Hizo cuestionarios, le enseñó a decir la hora, aprender las tablas, y separar en sílabas. El amigo pasó de año. Doña Maura cumplió su promesa y le hizo un lindo pantalón, lleno de bolsillos y aún le dio un alto valor en dinero.

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Me gusta la actitud de Doña Maura. Ella, probablemente, no podía ayudar a su hijo para que le fuera bien en la escuela, pero tuvo la sensibilidad de ver ese potencial en otra persona y de pedir ayuda. La postura de los padres o responsables puede hacer la diferencia y contribuir para el éxito escolar.

¿Por qué es importante participar de la vida escolar de los hijos?

No es suficiente decir que la escuela es importante, pues es necesario participar de su contexto e intentar que sea un espacio en el que a los hijos les guste estar, donde se desarrollen, progresen, establezcan nuevas relaciones, y tengan su identidad construida y su individualidad respetada. Cuando esos aspectos no son contemplados, se convierte en un lugar indeseable, donde el niño hará de todo para eludir a los padres y profesores. Por el contrario, cuando los niños se sienten valorizados, seguros y con autocontrol, manifiestan comportamientos de cooperación y autoestima disminuyendo así, muchos problemas comportamentales.

¿De qué forma los padres pueden involucrarse en la vida escolar de los hijos?

  1. Aprovechando cada oportunidad:En la ida y a la vuelta de la escuela, durante las comidas, en los viajes, etc., el diálogo puede ser muy provechoso. Los padres pueden compartir sus experiencias ayudando, por ejemplo, en el desarrollo de las habilidades sociales de sus hijos que a veces son muy tímidos;
  2. Siendo un mentor particular:Muchos padres tienen estudios en áreas que contribuyen para el éxito escolar de los hijos. Ellos pueden seleccionar aquellas materias en las que su formación profesional es más cercana y ayudar a sus hijos a ser realmente buenos en ellas;
  3. Marcando presencia:No vaya a la escuela solamente cuando hay un problema. Priorice sus eventos, las fechas y las reuniones de padres y maestros. Hay respeto hacia los padres y consecuentemente con los hijos de padres comprometidos;
  4. Siguiendo el desempeño académico:Cuanto mejor el hijo, más deben ser acompañados. A medida que crecen, la ayuda debe disminuir a fin de que los hijos adquieran responsabilidad y madurez para manejar sus tiempos y aprendizaje. En el caso en el que el hijo traiga notas bajas a casa, recuérdele que es su responsabilidad no sacar notas bajas. Los padres también deben ayudar a identificar si las razones fueron por falta de estudio, por un mal hábito de estudio o por otros motivos;
  5. Proporcionando contextos diversos:El foco de la familia no debe estar solo en las exigencias de un buen desempeño académico, sino también en el juego, en el desarrollo de la creatividad, en la resolución de problemas, práctica de deportes, fortalecimiento de la relación con los demás familiares, especialmente los abuelos, tareas del hogar, y compromiso personal con actividades espirituales.

¿Cómo incentivar al hijo a ser un buen alumno?

Es necesario estar atentos a las alteraciones comportamentales de los hijos como la irritación, tristeza, llanto fácil, pensamientos negativos, apatía, enfermedades constantes, aislamiento y sueño, entre otros. Cuando son identificados y solucionados cualquier problema, el mayor énfasis debe ser siempre en el sentido de motivar al hijo, y esto se puede hacer de la siguiente forma: Involúcrelo en sus diálogos sobre política, profesión, conocimientos generales, etc.; elógielo en el caso que sea un buen hijo e inteligente frente a las personas que son significativas para él/ella; en la medida que sus condiciones financieras lo permitan, planee viajes a lugares interesantes. Proporcione actividades como juegos, campamentos, visitas a lugares turísticos con sus amigos y familiares y hágalo partícipe de las programaciones de la iglesia como colectas y distribución de alimento o incluso una misión en comunidades carentes o no creyentes.

No deje de premiar a sus hijos por sus esfuerzos extra en la escuela. Solo esté atento para no transmitir la idea de que se les está “pagando”. A fin y al cabo, si la responsabilidad de los padres de 10 es sustentar a la familia y estar atentos a la vida escolar de los hijos, la responsabilidad de los hijos es estudiar y ser buenos alumnos. ¡Que Dios lé de sabiduría en esta misión linda y única de educar a  “sus hijitos”!

Referencias:

OLIVEIRA, C. S. Aventuras de um menino passarinho [Las aventuras del niño pajarito]. Baraúna, 2005.

STEINBERG, L. 10 princípios básicos para educar seus filhos[10 principios básicos para educar a sus hijos].Sextante, 2005

WHITE, E. G. La Educación. Casa Publicadora Brasileña, Tatuí, 2008.

 

Janete Suárez

Janete Suárez

Educación familiar responsable

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Janete Tonete Suarez es graduada en Letras y Psicología, es magíster y doctora en Psicología por la Pontificia Universidad Católica de Campinas. En la actualidad, es profesora temporaria en la Universidad de Brasilia, en el departamento de Desarrollo Humano y Aprendizaje y psicóloga clínica de PsySon – Christian Mental Care – terapia online. Investiga sobre la identificación y el desarrollo de talentos a través de la mentoría.