El evangelista de seis años
Historias fascinantes, como la del pequeño Samuel, muestran cómo el desarrollo de una identidad misionera puede - y debe - comenzar temprano
Uno de estos días, me encontré con una historia curiosa de un niño de solo seis años de edad que ya era evangelista. Pero no exactamente como aquellos predicadores que hablan todas las noches en reuniones. Este muchacho, que se llama Samuel, es un evangelista personal.
Todo comenzó una mañana, cuando él escuchó una historia creativa que usaba un molinillo colorido como ilustración. Con los colores del juguete, la psicóloga Vânia explicó sobre el pecado, la gracia y el amor de Jesús, y desafió a los niños a que contaran esa historia a otros amigos. Samuel se llevó de regalo un molinillo y no solo le contó la historia a su amigo Pedro, sino que también lo invitó a aprender más sobre la Biblia.
Una de las cosas que me llamó la atención fue el compromiso de Samuel con Jesús. Encantada con su historia, comencé a descubrir muchas otras historias de niños evangelistas, cada uno con su IDENTIDAD MISIONERA.
Lo que indican los estudios
La infancia es el periodo de la vida más favorable para el desarrollo de la fe y de la compasión. Según el grupo de investigación de George Barna, los niños de entre 5 y 12 años tienden a ser más empáticos y a atender el llamado de Dios para servir en una misión.
Otro estudio, realizado en 2015 por la NAE (National Association of Evangelicals), reveló que el 63% de los entrevistados se convirtieron al cristianismo entre los 4 y los 14 años. Este intervalo de edad es reconocido como una ventana de oportunidad para alcanzar personas para Cristo. En torno a esto, se formó el Movimiento Ventana 4/14, por Luis Bush y Kim Nam Soo, con la intención de reunir personas y organizaciones involucradas en la evangelización y enseñanza de niños y jóvenes.
Elena de White, escritora y educadora cristiana, también afirma que los niños de ocho años ya tienen discernimiento para decidir sobre su fe y religión personal, y que no debemos subestimar su capacidad de entender el pecado y la salvación que Jesús ofrece.
Tres motivos para sembrar la Misión en el corazón de los niños
- Los niños son receptivos a Dios, sienten compasión y les gusta trabajar para Jesús. Ellos dicen “Sí” con más facilidad que los adultos.
- Jesús es el mayor ejemplo de un niño misionero. La Biblia también tiene otras lindas historias de niños, adolescentes y jóvenes que decidieron dar testimonio, aún en medio de un horno de fuego.
- Ellos son la generación que continuará la tarea de compartir las buenas nuevas sobre Jesús.
¿Por dónde comenzar?
Creo que el Espíritu Santo ha despertado los corazones de padres e hijos a lo largo de la historia, y el ejemplo de involucrarse de forma apasionada de un adulto es el modelo más poderoso para la creación de la identidad misionera en el niño. Recuerdo con cariño las actividades misioneras que hacíamos en familia. Nuestros padres nos confiaban tareas simples, ¡pero nos elogiaban en la participación como si hiciéramos algo extraordinario! Eso nos llenaba el corazón de alegría al servir al Señor.
Otra forma poderosa de motivar a los niños es contarles historias de misioneros que viven en países desafiantes; leerles libros, revistas, mostrarles en un mapa los lugares lejanos donde se encuentran los misioneros actuales. ¡A todos los niños les gustan las aventuras! ¿Qué le parece elegir un día para que la familia ore por esos misioneros? ¿Qué le parece ponerse de acuerdo sobre una ofrenda periódica para las misiones? ¡Contar estas historias en la Escuela Sabática también es genial! Algunas iglesias hacen llamadas en vivo para conversar con misioneros que se encuentran en otros lugares del mundo.
También hay que enseñar a los niños que es posible servir de diversas formas. Los misioneros de ultramar nos inspiran, pero siempre hay alguna necesidad cercana en la que la iglesia y la familia pueden ayudar. La semillita sembrada y cultivada en el corazón infantil, en algún momento podrá llevarlo a decidir por servir a Dios tiempo completo.
Un sábado por año, los niños y los aventureros de la Iglesia Adventista conmemoran su día iniciando un movimiento misionero que se extiende durante todo el año. ¡Y estamos muy cerca de su celebración! Este 18 de mayo, nuestras iglesias tendrán el placer de ver a los pequeños involucrados en las diversas actividades motivados por el lema “Yo quiero ir”.
Sugerencias prácticas
A continuación, algunas ideas simples para aplicar en familia o en su comunidad religiosa:
- Exploren noticias, videos e historias misioneras para inspirarse.
- Hagan un estudio, una recolección de datos de las necesidades locales.
- Elijan un proyecto misionero para involucrarse, recordando siempre de celebrar el inicio y la conclusión de dicho evento.
- Enfatice la empatía como una virtud para la vida, no solamente para un momento.
- Arme una exposición de fotos con las cuales los niños puedan contar sus experiencias a sus amigos.
- ¿Qué le parece una fiesta de cumpleaños diferente? En lugar de centrar la atención y los regalos en el pequeño cumpleañero, incentívelo a recolectar regalos y llamar a los amigos para conmemorar la dádiva de la vida en un orfanato o un asilo.
- Desarrolle la mirada de los niños para que vean al compañero que queda aislado, o que sufre bullying, a fin de que lo acojan, lo incluyan y lo amen.
- Cree tareas y oportunidades para que los niños hablen de Jesús a los compañeros. Pueden invitarlos para pasar momentos en su casa, en un grupo pequeño o en la clase de Escuela Sabática.
- Arme una lista de reproducción de canciones misioneras, alegres y motivadoras, para cantar con los niños.
- Promueva paseos a lugares que tienen una historia misionera o donde se pueda hacer una misión especial.
- Arme un calendario y momentos de oración por los misioneros, con sus pequeños.
- Enséñeles a separar de su dinero una ofrenda especial para las misiones. Esto les ayudará a desarrollar su altruismo.
Conclusión de la historia
¿Se acuerda de Samuel y de Pedro de la historia inicial? Ellos viven en el estado de San Pablo, en Brasil. Sus padres se hicieron amigos y hoy todos van a la misma iglesia. Y Patricia, la madre de Pedro, decidió ayudar a que más niños conozcan del amor de Dios, como Vânia, que contó la historia con el molinillo.
Así como Samuel, hay muchos otros niños con historias fascinantes. Estoy convencida de que, si los padres, pastores y líderes oran y actúan en favor de esta nueva generación, verán los resultados y el desarrollo de la identidad misionera en nuestros pequeños, que ya pueden ser GRANDES evangelistas.
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Referencias
White, Ellen G. Testimonios para la Iglesia, t. 1, p. 355.
___________. Fundamentos do Lar Cristão, p. 140, 144.
___________. Conselho aos Pais, Professores e Estudantes, p. 166,167.
Barna, George. Transformando Crianças em Campeões, p.
https://www.adventistas.org/pt/criancas/projeto/sabado-da-crianca/
https://www.youtube.com/watch?v=EH56YX8L_NA
https://www.youtube.com/watch?v=90gMhhHzbs8
Revista AFAM, 4º Trimestre, 2017.
Bíblia Sagrada, NVI: Lucas 18:16, Juízes 2:10, Mateus 21:16, Provérbios 22:6, 2 Timóteo 3:15