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Cómo mantener los valores en un mundo de constantes cambios

La amenaza de las ideologías humanistas desafía los valores de las familias que se basan en la Biblia


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La Biblia se contrapone a las ideas humanistas, muchas de ellas que atacan directamente a los valores cristianos que buscan muchas familias. (Foto: Shuterstock)

En nuestro mundo moderno, las familias que buscan vivir de acuerdo con las enseñanzas cristianas encuentran muchos desafíos. Uno de los más grandes es el crecimiento de las ideas humanistas, que muchas veces colocan al individuo en el centro de todo, valorando las decisiones personales y la libertad por encima de las responsabilidades con los otros.

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Esas ideas pueden contrastar con los valores cristianos que enfatizan cuidar los unos de los otros y seguir las enseñanzas de Jesús, como lo recuerda Filipenses 2:4, “[…] no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”.

Humanismo e influencia en la familia

1. Priorizar lo individual por sobre lo colectivo: el deseo de éxito personal puede hacer que las necesidades de la familia sean colocadas en segundo plano, en contra de lo que dice Efesios 5:21: “Someteos unos a otros en el temor de Dios”.

2. Valores flexibles: el Humanismo promueve la idea de que lo correcto puede variar, lo que contradice a Santiago 1:17, “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.

3. Cuestionar los papeles familiares: desafiar las nociones tradicionales puede crear inestabilidad, mientras que 1 Corintios 14:33 afirma “pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz”.

4. Menos espacio para la fe: en una sociedad más secular, es vital recordar lo que dice Mateo 5:14, “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”.

Qué podemos hacer

En la familia:

  1. Enseñar y vivir los valores: es crucial enseñar sobre la fe por medio de ejemplos prácticos, conforme lo que dice Tito 2:7, “presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad”.
  2. Promover el apoyo mutuo: ser un soporte es esencial, como lo describe Gálatas 6:2, “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”.
  3. Orar y estudiar juntos: reforzar la fe por medio de la oración y el estudio, según Hechos 17:11, en donde los bereanos son elogiados porque “[…] recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”.

En la iglesia:

  1. Educación continua: ofrecer clases que ayuden a mantener los valores cristianos, reforzando la idea de Hebreos 10:25: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.
  2. Construcción de la comunidad: crear un ambiente comunitario robusto, inspirado en Hechos 2:44: “Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas”.
  3. Oración y asesoramiento: mantener la oración y ofrecer asesoramiento, según Santiago 5:16: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”.

Al fortalecer estas bases, reafirmamos la importancia de la familia como un reflejo del amor de Dios, inspirando no solo nuestras casas, sino también nuestra comunidad más amplia. Juntos, podemos garantizar que nuestras familias no solo sobrevivan, sino que también prosperen, manteniendo los valores cristianos fuertes en un mundo que continúa cambiando.

Conversación familiar

Conversación familiar

Conversación familiar

Pasando en limpio las relaciones familiares

Alacy Barbosa es pastor, educador y hace más de 30 años realiza encuentros de parejas y asesoramiento familiar. Está casado con Cristina y es padre de Emily. También es abuelo de cuatro lindos nietos. Es el director actual del Ministerio de la Familia de la Iglesia Adventista para ocho países sudamericanos. Henilson Erthal es pastor, educador, magíster en Terapia Familiar y Psicología de la Educación. Está casado con Giselly, y es padre de Heitor. Hoy dirige los departamentos de Familia, Educación y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista para los estados de Pará, Amapá y Maranhão.