Influenciadores digitales ¿marketing o ministerio?
Una característica importante de los influenciadores digitales, cristianos o no, es la forma en que presentan los contenidos y acaban convenciendo a su público.
Resumen: Los medios sociales están produciendo una generación nueva de comunicadores: los influenciadores digitales. ¿Cómo puede aprovechar la Iglesia este momento en beneficio de la predicación del evangelio?
En el 2008, los norteamericanos estaban admirados cuando un candidato a la carrera presidencial de los Estados Unidos llegó a ser el más votado en la historia del país por usar las redes sociales de manera innovadora. Diez años después, los brasileños también vivieron una experiencia semejante al elegir un candidato a presidente que, durante su campaña, aunque con una aparente desventaja comunicacional, usó las redes sociales como palanca e influenció a un ejército de multiplicadores con celulares.
Lea también:
El hecho es que la comunicación digital está revolucionando la forma como interactuamos con el mundo que nos rodea. Pocas veces en la historia de la humanidad, un medio de comunicación dio tanto poder y voz a individuos comunes haciendo que superen el alcance y la influencia de las organizaciones. Ese momento coincide con el gran desafío que el cristianismo posee de predicar el evangelio a todo el mundo. ¿Será que podemos usar esos métodos nuevos para cumplir nuestra misión? ¿Cuáles son los riesgos y oportunidades de ese camino?
Marketing de influencia
Antes de responder a estas preguntas, necesitamos entender como la influencia se convirtió en algo tan valioso para las organizaciones, incluyendo las iglesias. Actualmente, muchas empresas entendieron que el consumidor, cuando piensa en comprar algo, confía más en la indicación de un amigo o en alguien que sigue en las redes sociales que en la publicidad de los medios tradicionales de comunicación. El mundo religioso también enfrenta una crisis de credibilidad. Muchos dicen “detesto la religión, pero amo a Jesús”, o en otras palabras, “no quiero iglesia, pero soy cristiano”. Las personas están más dispuestas a oír y seguir a individuos semejantes a ellas que a instituciones sin rostro. Eso explica el éxito que algunos gurús, pastores y otros religiosos tienen en los medios digitales.
Para superar ese momento de desconfianza, las empresas desarrollan estrategias para relacionarse con quien influencia al consumidor final. Explicando de forma simple, una empresa va a realizar acciones y relacionarse con influenciadores en las redes sociales que tengan buena reputación y que alcancen el público potencial de su producto. Una iglesia posee objetivos diferentes de una empresa secular, pero el “marketing de influencia” (como se llama a esa estrategia) puede servir como incentivo para humanizar y “desinstitucionalizar” la predicación del evangelio, con personas influenciando personas.
Influenciador digital cristiano
La influencia es algo que todos poseen, pero algunos más que otros. Algunos la utilizan para el bien, mientras que otros la utilizan para el mal. Es un don dado por Dios que debe ser buscado y desarrollado.
“En el transcurso de nuestra vida se nos presentan muchas oportunidades de servir. Alrededor de nosotros hay puertas abiertas que conducen al servicio. Mediante el uso correcto del talento del habla podemos hacer mucho para el Maestro. Las palabras ejercen una influencia benéfica cuando están contrapesadas por la ternura y la simpatía de Cristo. El dinero, la influencia, el tacto, el tiempo y la energía, son talentos que se nos han confiado a fin de que seamos más útiles para los que nos rodean, y para que honremos más a nuestro Creador”. [1]
De esa forma entendemos que el influenciador digital cristiano es aquel que usa los canales digitales para alcanzar determinada audiencia con mensajes amables y transformadores basados en el evangelio. Más que una estrategia de marketing, la influencia es un ministerio.
Oportunidades de Marketing/Ministerio de influencia para Iglesias
Las iglesias pueden ser tremendamente beneficiadas por el ministerio de la influencia. Los niños, los jóvenes y los adultos pueden desarrollar ese ministerio en sus redes sociales para transmitir el evangelio de manera sencilla, práctica y contextualizada. El influenciador digital cristiano no siempre usa una temática teológica para conversar con su audiencia, pero los principios bíblicos y cristianos están impregnados con el mensaje. Por ejemplo, un influenciador de salud puede enseñar recetas saludables o el uso de los ocho remedios naturales.
Riesgos del Marketing/Ministerio de Influencia
El influenciador necesita libertad para desarrollar el lenguaje y el abordaje que tenga más sentido para su audiencia. Eso exige confianza de parte de la iglesia y responsabilidad por parte del influenciador. Expresarse de manera equivocada puede provocar daño a la reputación de la iglesia o del evangelio. Por otro lado, dictarle lo que el influenciador tiene que decir, es perjudicar su confiabilidad ante su audiencia.
La iglesia necesita usar criterios en la elección de los influenciadores y no mirar solo el número de seguidores. La vida, el discurso y la presentación del influenciador deben ser coherentes con los que la iglesia predica.
Actualmente, varios influenciadores se hicieron profesionales y por eso ganan dinero con esa actividad. Tienen costos de equipos, producción y dedican bastante tiempo para realizar un trabajo de calidad. Dependiendo de los objetivos que se tienen y del tipo de influenciador que se desea, puede ser necesario recompensarlos como se hace para anunciar en un medio de comunicación convencional, al final “el trabajador es digno de su salario”. Pero, sea cual fuere la condición, si por profesión o misión, es importante que en todos los casos la iglesia sepa mantener una relación de amistad y confianza con el influenciador.
El influenciador digital cristiano que desarrolla esa carrera como una misión no debería tener como único objetivo el ganar dinero. Su blanco supremo es influenciar a las personas con el mensaje sagrado de Jesús. Servir a las necesidades del prójimo, ofrecer una palabra o instrucción que genere crecimiento, ánimo y esperanza en la vida de alguien, debe ser su meta principal.
Conclusión
Las redes sociales también están impactando la manera como predicamos el evangelio. La nueva generación de cristianos encuentra en los medios digitales una manera diferente de atraer la atención de las personas y compartir su fe. La forma cambia, pero permanece la esencia. El poder de la influencia que siempre existió en la humanidad continúa siendo valiosa, pero ahora en un ambiente virtual y digitalizado. Personas comunes influenciadas por el Espíritu Santo recibirán sabiduría y poder para atraer a muchas otras personas a Cristo.
Si usted es o desea ser un influenciador cristiano, haga contacto con nosotros. Queremos conocerlo. Ingrese a: https://www.feliz7play.com/pt/contato/
[1]Elena G. White. Cada día con Dios, p. 66. https://m.egwwritings.org/pt/book/1920.694#700