Iglesia Adventista reorganiza gastos en medio de la pandemia
Se tomaron medidas para reducir los gastos a fin de optimizar los recursos y fortalecer aún más la misión de predicar el evangelio.
En su informe más reciente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgó proyecciones que tienen en cuenta los efectos económicos causados principalmente por la pandemia del COVID-19 en todo el planeta. De acuerdo con estos datos, la estimación del Fondo es una disminución del 4,9% en el crecimiento mundial en 2020.
Para 2021, la proyección es de un crecimiento del 5,4%, sin embargo, el Fondo alerta que, en el caso que haya una ola de infecciones el año que viene, este número podrá sufrir una caída del 0,5%. En Brasil, de acuerdo con el FMI, se espera que la economía se reduzca un 9,1% este año.
El escenario de cautela y preocupación provocó, hace algunos meses, reacciones inmediatas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica. Diversas medidas han sido tomadas, hace algún tiempo, para reducir los gastos administrativos con una finalidad bien clara: optimizar recursos para seguir cumpliendo la misión de predicar el evangelio con fuerza.
“El momento es de gratitud a Dios, porque el Señor está enviando los medios para que los proyectos misioneros sigan fuertes, relevantes y tengan un profundo impacto en la vida espiritual de miles de personas", comenta el pastor Erton Köhler, presidente de la Iglesia Adventista en Sudamérica. Él, también, agrega que "en medio de este escenario social y económico desfavorable, la Iglesia Adventista vuelve a hacer las cuentas y hace todos los esfuerzos posibles para mantenerse activa, presencialmente o de forma virtual, y, por lo tanto, profundamente enfocada en la misión”.
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Menos gastos
El pastor Marlon Lopes, director financiero de la sede adventista sudamericana, explica que las mayores reducciones ocurrieron en tres frentes: gastos con personas, gastos administrativos y gastos en eventos y materiales. Un levantamiento muestra la comparación de estos gastos, en reales (moneda brasileña), entre enero y mayo del 2019 y el mismo periodo, ahora en 2020, en la sede ubicada en Brasilia.
Los números son los siguientes: caída del 18,43% en los gastos con el personal (pago de salarios a personas que trabajan en las sedes administrativas de la organización adventista); caída del 31,34% en los gastos administrativos, y del 83,56% en los gastos en eventos y materiales. La perspectiva es que, de manera global, las reducciones sean aún mayores, pues la tendencia es que estos cambios alcancen a todas las sedes administrativas del territorio, como es el caso de las asociaciones, misiones, uniones e instituciones.
Al mismo tiempo, un dato interesante muestra que, en este mismo periodo evaluado (acumulado hasta mayo de 2020 en comparación con el periodo acumulado hasta mayo de 2019), la entrada de diezmos tuvo un crecimiento del 1,07% y el de ofrendas se mantuvo en 0,19%.
Simplificación y automatización
Hace algún tiempo, los estudios de reducción de gastos de las sedes administrativas adventistas son una realidad. Varias medidas son adoptadas, muchas de ellas volcadas a la simplificación y automatización de procesos. En la práctica, eso reduce la necesidad de más personas y vuelve viable realizar más actividades con menos recursos.
El pastor Marlon Lopes, ejemplifica el dato. Él explica que el área de contabilidad de la sede sudamericana, en Brasilia, trabaja con el concepto de papel cero (es decir, menos impresiones, con el avance de la digitalización de servicios y registros) y la centralización de algunos sistemas de Business Intelligence (BI). Estos procesos de BI ayudan a organizar datos para análisis y monitoreo a fin de garantizar que la información necesaria para la toma de decisiones en todos los niveles jerárquicos se haga de forma más organizada y rápida.
Al mismo tiempo, los directores de departamentos de la sede de la Iglesia Adventista para ocho países sudamericanos tuvieron reducciones en sus presupuestos para este y el próximo año, sin que eso comprometa el trabajo misionero que ocurre especialmente en las congregaciones locales.
“Estamos volviendo a discutir todo y proyectando el avance en los próximos años. La iglesia ya trabaja, hace un buen tiempo, para optimizar aún más los recursos en las áreas administrativas, a fin de fortalecer la misión de predicar el evangelio de salvación. Trabajamos de forma incesante y vamos a aumentar los esfuerzos en este sentido, porque entendemos que Dios espera eso de nosotros y solo tenemos motivos para agradecer por todo lo que ha ocurrido”, concluye el director financiero.