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Samuel, de apenas 4 años, es el tercer hijo del matrimonio de Wesley y Ludmila Oliveira dos Reis. Los que ven al niño jugando con los hermanos Isaac y Daniel no imaginan que su vida es un milagro realizado en respuesta a las oraciones hechas durante el proyecto 10 Días de Oración, promovido por la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

“La gestación estaba yendo bien hasta el sexto mes, cuando hice un examen de ultrasonido y el médico comenzó a demorar mucho para darme explicaciones. Llamó a un segundo médico y constataron que había un tumor entre el corazón y el pulmón del feto”, recuerda Ludmila sobre la noticia que recibió durante el embarazo, en 2014, cuando la familia vivía en Sao Paulo, en Brasil.

Era un tumor de dos centímetros en un bebé con poco más de 30 centímetros. Después que fue descubierto, la gestante comenzó a ir cada semana al hospital para que los profesionales analizaran si la masa estaba creciendo. Si fuera así, sería necesaria una cirugía intrauterina.

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Días difíciles

Solo Samuel crecía. El tumor permanecía del mismo tamaño. “La preocupación era que cuando él naciera necesitaría ser operado con urgencia”, cuenta la madre.

En ese lapso de tiempo, la familia tuvo que cambiar de maternidad donde se hacía el seguimiento. El parto fue en otro hospital el día 2 de enero de 2015, con un equipo pediátrico preparado para la cirugía. El tumor fue confirmado en los primeros minutos, ubicado en el esófago de la criatura. Samuel comenzó a ahogarse unos 30 minutos después de su nacimiento y fue llevado a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI).

“Aquella imagen de él con sonda fue lo peor que tuve. Pero por lo menos lograba ingerir la leche”, detalla Ludmila.

Después de la batería de exámenes, el médico permitió que la familia llevara a Samuel a casa con la esperanza de que ganara peso. A los doce días de vida, Wesley, que es pastor, y el padre de Ludmila hicieron la unción del niño. Las palabras de la madre, “una ceremonia sencilla, pero muy significativa”.

Con un mes, Samuel volvió al hospital y la situación permanecía igual. El médico pidió un mes más para que el niño ganara peso y aumentara la posibilidad de la cirugía que sería hecha por video. Esa alternativa permitiría una recuperación más rápida del niño.

“Volvimos devastados, pero con confianza”, relata Ludmila, pues esperaba que el tumor fuera retirado pronto. Según el médico, había solo un caso en la literatura médica de una situación similar en que el tumor había desaparecido sin cirugía.

 Respuesta a la oración

En esa misma época, se realizaba el proyecto 10 Días de Oración y la iglesia pastoreada por Wesley pidió a Dios en favor del niño. En el noveno día, Ludmila llevó a Samuel para más exámenes en el Hospital del Cáncer, donde fue necesario aplicar contraste al bebé.

La demora en los exámenes preocupó a la madre. Al preguntarle al médico, él respondió que no estaban encontrando el tumor. La búsqueda siguió sin éxito.

Al día siguiente, el sábado de las 10 horas de ayuno y oración, la familia agradeció a Dios por el milagro y a la iglesia por las oraciones. Otros varios exámenes que fueron realizados constataron que la masa tumoral en Samuel no existía más.

“El no necesitó una cirugía, gracias a Dios. Ahora come bien, hasta demasiado, y nosotros solo tenemos que volver al hospital cada dos años para ver si está todo bien con él. “¡Tenemos la seguridad de que nuestro milagro se realizó en el movimiento de oración!”, declara la madre, que hoy vive con la familia en Maringá, Paraná, Brasil.

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Participe de los 10 Días de Oración y 10 Horas de Ayuno. El proyecto se realiza en ocho países de Sudamérica, del 14 al 23 de febrero, y diariamente presenta reflexiones y motivos específicos de oración. Conozca más detalles en adv.st/10diasoracion