7 consejos para ayudar a los niños a disfrutar del sábado
Guardar el sábado, participar en las actividades de la iglesia, estar con la familia, visitar personas... Pero ¿qué hacer para que ese día se vuelva aún más especial?

El sábado puede ser un día agradable y espiritual, pero también un desafío para las familias con niños. Surgen algunas dudas, como: ¿qué actividades puedo hacer con mis hijos? ¿Cómo jugar con ellos sin transgredir el mandamiento de Éxodo 20:8?
Dios dejó una explicación sobre lo que se debe hacer en los seis días de la semana y lo que no debe hacerse en el séptimo. Muchas veces, el enfoque está solo en no trabajar, pero en el caso de los niños, ¿qué se puede hacer para que el sábado sea feliz y ellos participen en la adoración más allá del ambiente de la iglesia?
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Lo que ellos esperan
Pensando en los desafíos actuales, en los diversos estímulos que los niños reciben con frecuencia, en el ritmo acelerado de la semana y, a veces, en la falta de repertorio para las actividades del sábado por la tarde, aquí tiene algunas ideas que pueden ponerse en práctica ese día. Incluso es posible adaptarlas a la realidad de cada hogar y unir aún más a la familia durante el séptimo día.
Para llegar a estos consejos, hablé con algunos niños para entender qué les gusta hacer y unir esas expectativas con la observancia del sábado.
Siete actividades para hacer con los niños en este día especial
1 – Recrear la creación: con masa, arcilla o papel para origami, cada uno puede modelar lo que más le gusta de la creación de Dios.
Es una actividad para todos: desarrolla la imaginación, aporta calma y ayuda a enfocar la mente en las obras del Señor.
2 – Recuerdos felices: cada sábado, registren algunas fotos de momentos familiares y, en un séptimo día especial, armen un álbum creativo y divertido.
Así, los niños asociarán el sábado con un día feliz y guardarán recuerdos hermosos con el paso del tiempo. Esta acción puede incluso convertirse en una tradición familiar, además de un excelente recuerdo para el futuro.
3 – Rescatar juegos tradicionales: si no lo jugaste, seguro escuchaste hablar del stop o tutifruti. ¿Qué tal traer estos juegos con una temática cristiana?
La idea es tener categorías de temas (nombres, cosas, animales, colores, etc.) y con una letra específica del abecedario, todos deben escribir algo de esa categoría que comience con la letra que tocó. Para los más pequeños, puede jugar a la versión hablada. Hay muchas opciones para las categorías, como héroes, libros o ciudades de la Biblia.
Esto genera unión familiar, sonrisas y aprendizaje, sin dejar de lado el espíritu del sábado.
4 – Dígalo con mímica: ¿qué tal despertar la creatividad y la memoria de toda la familia? Mímicas de historias, personajes o incluso versículos bíblicos son una excelente forma de provocar risas y desarrollar la imaginación, además de practicar la comunicación no verbal. Esta actividad traerá muchas carcajadas y momentos de diversión familiar.
5 – Conocer las misiones: cada sábado, una nueva región para ubicar en el mapa, descubrir curiosidades, conversar sobre los desafíos que las personas enfrentan y contar historias sobre misioneros adventistas. Imaginen qué podría hacer su familia si fueran en un viaje misionero a ese lugar y oren por sus habitantes.
Es una oportunidad para mostrar cómo trabaja la Iglesia para ayudar a las personas en todo el mundo y conocer la cultura local. Además, permite enseñar la importancia de las ofrendas que los niños llevan a la iglesia.
6 – Búsqueda del tesoro con versículos: coloque versículos bíblicos por la casa. Cada vez que el niño encuentre uno, debe recordar a qué historia bíblica se refiere el texto y, a continuación, recibir una pista para el siguiente. Al final, el tesoro puede ser una merienda sabrosa para disfrutar en familia.
Se trata de una oportunidad para repasar historias bíblicas de una forma diferente.
7 – Caminar y crear: aquí se pueden realizar varias actividades en diferentes sábados. Caminen y reflexionen espiritualmente en medio de la naturaleza, cantando himnos infantiles durante el paseo.
Pueden hacer un picnic saludable en familia con comidas preparadas el viernes, incluso con la ayuda de los niños. Durante el camino, ellos pueden compartir qué cosas les recordaron a Dios.
También pueden tener un momento creativo: durante la caminata, los niños recogen hojas y flores caídas, e incluso piedritas, y luego crean una obra de arte basada en la Biblia al final del paseo.
Al poner en práctica algunos de estos consejos, es posible involucrar a toda la familia, especialmente a los niños, en el descanso, la adoración y el contacto con la naturaleza. Todo esto sin perder la alegría, la unión familiar y la base sólida de un hogar cristiano.
Hogar fortalecido
En la Biblia, Cristo destaca la importancia de los niños y que nadie debe impedirles acercarse a él. Las actividades familiares con un propósito espiritual los acercan más a Jesús y fortalecen el vínculo con quienes comparten tiempo con ellos.
La escritora Elena de White también recomienda que, en sábado, las familias pasen tiempo juntas, incluso con paseos en la naturaleza. Convertir el día del Señor en un momento de conexión familiar puede influir en cómo el niño verá este día hoy y, sobre todo, en el futuro.
Por lo tanto, procurar transformar la observancia del sábado en un día espiritual, alegre y familiar, sin exigencias ni estrés por los múltiples compromisos y horarios, es lo ideal para que el niño crezca en un hogar donde Cristo es el centro de todo.
Observar la santidad del sábado sin distracciones, quejas ni excesos es fundamental para un hogar cristiano equilibrado y saludable. Involucrar a los niños en actividades lúdicas y apropiadas para su edad hará que cada séptimo día sea más feliz.
Maita Torres es periodista, mamá, maestra de la Escuela sabática para niños y directora del Club de Aventureros.