Un pueblo herido, una iglesia en acción: esperanza para Casa Blanca
Hace pocas semanas, el cierre repentino de un frigorífico en el departamento de Paysandú, al interior de Uruguay, sacudió la vida de más de 450 familias, dejándolas sin su fuente principal de ingreso. La crisis golpeó con especial fuerza a pequeñas c...
Hace pocas semanas, el cierre repentino de un frigorífico en el departamento de Paysandú, al interior de Uruguay, sacudió la vida de más de 450 familias, dejándolas sin su fuente principal de ingreso. La crisis golpeó con especial fuerza a pequeñas comunidades cercanas, entre ellas Casa Blanca, un poblado ubicado a solo 18 kilómetros del Colegio Adventista que funciona en la región.
Allí, en medio de la incertidumbre, 34 familias vieron cómo su realidad cambió de un día para otro. Donde antes había rutinas laborales y seguridad, hoy hay preocupación, incertidumbre y necesidad. Pero también, y sobre todo, hubo un llamado a la solidaridad cristiana.
Una respuesta desde el corazón
Al tomar conocimiento de la situación, tanto el Colegio Adventista de Paysandú como la Iglesia local decidieron actuar con rapidez. Lo que comenzó como una conversación entre docentes y alumnos, pronto se transformó en un movimiento de ayuda concreta y con propósito.
Docentes, estudiantes, personal del colegio y miembros de iglesia se organizaron para recolectar alimentos no perecederos, artículos de higiene y productos básicos, logrando armar Canastas de Más Amor. Pero estas canastas llevaban algo más: en cada una de ellas se incluyó el libro misionero "La Clave del Cambio", con la firme intención de no solo entregar apoyo material, sino también sembrar fe, consuelo y esperanza en medio del dolor.

Semana Santa con propósito
El momento elegido para la entrega no fue casual. Durante la Semana Santa, cuando recordamos el sacrificio supremo de amor de Jesús, esta familia adventista decidió salir al encuentro de quienes más lo necesitaban. Con sonrisas, palabras de aliento, oraciones y gestos sencillos pero profundos, la iglesia se hizo presente en la calle, tocando corazones y mostrando el rostro práctico del evangelio.
📸 En una imagen que ya inspira a muchos, se puede ver a la familia unida del Colegio e Iglesia, lista para partir hacia Casa Blanca. Jóvenes, adultos, líderes y estudiantes, todos con un mismo espíritu: ser las manos y los pies de Cristo en la tierra.
Cuando la fe se transforma en acción
Lo que ocurrió en Paysandú no es solo una historia de crisis, sino también de esperanza activa. Es la prueba de que cuando el amor se organiza, la compasión se moviliza y la iglesia se levanta, Dios puede obrar a través de nosotros de maneras extraordinarias.
Hoy, esas 34 familias de Casa Blanca no solo recibieron alimentos. Recibieron un mensaje: “No están solos. Dios no los ha olvidado. Y nosotros tampoco.”
Ahora, tras haber plantado la semilla, la comunidad descansa en la promesa de que Dios hará el resto. Pero mientras, algunos de los beneficiados ya se animaron a participar en Club de Conquistadores, eventos sociales y Temas de Semana Santa en la Iglesia…


