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Teoría del Diseño Inteligente reconoce a un ser creador

Especialista explica cuál es el argumento principal de los que defienden la Teoría del Diseño Inteligente y por qué es más plausible que la evolución.


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Eberlin: importancia de fortalecer la idea del diseño inteligente como algo mucho más evidente en la vida de las personas que lo que enseña la evolución. (Foto: Debora Dantas)

La Teoría del Diseño Inteligente (TDI) tiene muchos adeptos y posee una relación bastante aproximada al creacionismo. Como el propio sitio oficial del TDI Brasil lo define, se trata del “estudio científico de padrones en la naturaleza que puedan corroborar –o descartar- la acción de una mente inteligente como la causa de un efecto”.

El presidente de la Sociedad brasileña de diseño inteligente, doctor Marcos Eberlin, estuvo en Brasilia el viernes y sábado, 19 y 20 de octubre, para dar disertaciones en la Iglesia Adventista Central de la ciudad. En la oportunidad, conversó con el reportero de la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN).

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Eberlin tiene una maestría y doctorado en Química de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) y un posdoctorado de Espectrometría de Masas de la Universidad de Purdue (EUA). Es miembro de la Academia brasileña de cienciasy comentador de la Orden Nacional del Mérito Científico. Orientó cerca de 180 magísteres, doctores y posdoctorados. Ya publicó cerca de 800 artículos científicos y fue citado en aproximadamente 16 mil trabajos en áreas científicas diversas, como Química, Física, Bioquímica, Biología, Forense, Farmacéutica, Alimentos, Veterinaria, Ciencias Médicas y de Materiales.

¿Cómo trabajan los defensores del TDI para hacer comprensibles los conceptos al público en general?

Primero, me gustaría decir que la idea del diseño inteligente es evidente. No necesitamos de mucho esfuerzo. El esfuerzo lo tiene que hacer la evolución para probar tantas cosas absurdas. Que un dinosaurio se haya convertido en pájaro. Que un cuadrúpedo, o cualquier animal, que nadaba con la boca abierta se convirtiera en ballena. Ellos apelan a millones y millones de años, y tienen consigo a todo el mundo. Al contemplar el universo y la vida, notamos que hay una mente inteligentísima por detrás de todo eso, que habría programado el universo y la vida. Cuando alguien habla, en un primer momento, todo el mundo habla. Por supuesto yo ya sabía esto, solo que no tenía argumentos para refutar todo lo que se está contando.

Lo que estamos tratando de transmitir es un mensaje sencillo, un mensaje basado en las experiencias del día a día de las personas. Ayer estaba con jóvenes y dije lo siguiente: Cuando un niño toma un chocolate que está sobre la mesa, y nota que fue mordido y tiene marcas de diente en el chocolate, ¿qué le dice el niño a la mamá? Mi hermano mordió mi chocolate. Ella sabe que fue el hermano, porque solo estaba el hermano en casa. Estaba la marca del diente del hermano allí. La vida es así. Es un chocolate mordido. Las marcas de diente de ese diseñador están en todos los rincones, en todo lugar.

Cuando vemos una ballena con todo el sistema magnífico que le permite sobrevivir en alta mar; cuando vemos un pájaro volando con sus alas, toda una arquitectura fantástica, diferentes tipos de alas; las alas tienen un diseño magnífico que les permite volar. Y cuando alguien intenta volar sabe la dificultad que eso representa, es obvio que realmente fue diseñado por un ser de extrema inteligencia. Queremos transmitir algunos conceptos sencillos de la ciencia.

En su área de estudios, en la que se lo conoce a usted mundialmente, ¿cómo ve en rápidas pinceladas, conceptos que ayudan a fortalecer la idea de un diseñador por encima de todo y de todos?

Cuando le hablo a personas que no tienen un conocimiento muy profundo de química, les digo: Miren la aurora boreal; miren qué conjunto magnífico de colores y todo lo demás.

Ahora, cuando le hablo a los químicos: miren las órbitas atómicas y moleculares; miren las ecuaciones de Schrödinger; miren la mecánica cuántica; miren como todos esos niveles energéticos fueron calibrados con una precisión absurda y absoluta para estabilizar el átomo de nitrógeno, y de oxígeno que constituye nuestra atmósfera.

Vean como las explosiones solares produjeron la energía correcta para que cuando fueran desviadas por nuestro campo magnético, pudieran activar los electrones del nitrógeno y del oxígeno en orbitas moleculares. Y al volver a sus estados fundamentales, emitieran luz en ondas que son visibles. Extremamente fino, no necesita emitir en lo visible, no necesitaba ser colorida.

En verdad, la chance sería absurdamente mínima. Pero no, es ese capricho que ellos llaman capricho de la naturaleza. Y hablo de naturaleza porque no quiero identificar quién realmente lo hizo: un ser de extrema inteligencia. Es un capricho de ese diseñador que yo suelo decir que es un ostentador y exagerado. Es un show de luces y colores. Y cuando observamos el show decimos: ¡Guau!  ¡Fue alguien inteligente! Cuando vemos los fundamentos del show desde el punto de vista físico-químico, las ecuaciones y todo lo demás, ahí si, comenzamos a cambiar de idea.

¿Cómo ve usted la enseñanza de creacionismo en escuelas públicas?

Soy presidente dela Sociedad brasileña del diseño inteligente. En nuestro primer congreso, hicimos un documento en relación a esto, y allí nos manifestamos contra el creacionismo en las escuelas, inclusive en escuelas confesionales. Porque esa enseñanza presupone que sea en las clases de ciencia. Y la ciencia no tiene esa capacidad, ese poder, esa amplitud, para debatir una tesis tan amplia, tan diversificada, sobre quién sería el autor de nuestros orígenes.

Lo que decimos en el documento es: que se enseñe ciencia en las clases de ciencia. Tenemos que admitir que la ciencia es limitada, que tiene un poder muy amplio de explicar las cosas, pero ese  poder no es absoluto, tiene fronteras, tiene límites que ella no puede traspasar. Lo que la ciencia puede decir sobre nuestros orígenes es que un ser de extrema inteligencia hizo todas las cosas. Parece que hay huellas muy claras de ese ser permeando el universo y la vida. Pero ¿quién es ese ser, de acuerdo con las investigaciones científicas? Nunca lo descubrimos y tal vez nunca lo descubriremos. La ciencia no tiene herramientas para acceder a ese ser.

Yo creo que en las clases de ciencia debemos enseñar ciencia. Debemos enseñar las evidencias que señalan, o para la evolución o para el diseño inteligente. Que se enseñe evolución de una forma justa, leal, honesta. Miren, la teoría es esa, pero hay varios problemas. Y está la teoría del diseño inteligente que dice eso, eso y eso. ¿Y quién es el diseñador? El creacionismo va a asumir una identidad para ese diseñador, que no deberíamos presentar en una clase de ciencias.

Ahora, en una clase de filosofía y de teología, podemos expandir esos conceptos, podemos colocar quiénes serían los candidatos a ese ser diseñador. Y por filosofía y teología, decidir cuál sería la mejor opción. Yo creo que la filosofía y la teología, no la ciencia, señalan al Dios de la Biblia y él gana por goleada. Pero solo gana cuando usted expande el conocimiento humano, no solo en el límite de la ciencia, sino que también cuando usa buena filosofía y buena teología. ¿Destruimos el conocimiento con ciencia? No. La ciencia da la base y da los datos. La filosofía es la que hace las buenas preguntas, y finalmente quien responde es la teología.