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Solidaridad en acción: cómo la Iglesia Adventista transformó vidas en 2024

Millones de personas fueron impactadas por proyectos sociales realizados por los adventistas el año pasado en diversas regiones de Sudamérica.


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Janeide usa un espacio en la feria pública para vender ropas que son higienizadas y arregladas antes de ser comercializadas. (Foto: Archivo personal)

¿Qué hace con su tiempo? Janeide Farias dedica sus días a cuidar de las personas. Desde 2015, encontró en Acción Solidaria Adventista (ASA) un nuevo propósito de vida. Dos años antes, la mayor tristeza que podría imaginar alteró su historia. Un día común, su marido tuvo que ser llevado rápidamente al hospital. En una semana, lo peor ocurrió y eso la llevó a un gran sufrimiento debido a la pérdida de su esposo. Eso ocurrió hace 12 años.

Janeide se convirtió en una persona diferente a partir de ese momento. Siempre estuvo allí en la iglesia, pero aún no había encontrado su misión. Fue cuando un desafío la sacó de un lugar difícil e hizo que mirara a las personas a su alrededor. Ella fue elegida para ser la directora de ASA en su templo local, en el barrio Cidade de Deus, en Manaos, Amazonas.

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“Le dije al anciano que yo no sabía cómo hacer eso, pero él me enseñó”, recuerda. Comenzó a trabajar y a buscar medios de recaudar recursos para las decenas de familias carenciadas de su comunidad. Fue aprendiendo, de a poco, a mirar a las personas y, antes que nada, ofrecer una sonrisa y un abrazo acogedor.

Sin embargo, al final de 2017, tuvo que apartarse de esa actividad por cuestiones de salud. Comenzó en otro trabajo para mantenerse, y, en 2020, fue invitada a volver a ASA. Desde entonces, ha sido un instrumento para llevar alimentos, ropas y esperanza a miles de personas.

Creatividad y participación para ayudar a más personas

Ella también organiza ventas de ropa usada, campañas de ropa usada, campañas en supermercados y, según ella, “recibió de Dios” la idea de invitar personas para apadrinar familias en Más Amor en Navidad. Este proyecto, que nació en Rio de Janeiro, alcanzó a Sudamérica y consiste en hacer que la Navidad de muchas familias sea un poco mejor por medio de la donación de alimentos.

Las personas que frecuentan y las que no frecuentan las reuniones de la iglesia hacen donaciones mensuales que se transforman en cestas básicas a fin de año. En 2024, el proyecto recaudó más de 31 mil reales (moneda brasileña), que se sumaron a más de 6 mil reales recaudados por las ventas de ropa usada, y fueron transformados en alimentos.

Estas donaciones son parte de los 4,3 millones de kilos recaudados por los adventistas en ocho países sudamericanos que beneficiaron a 2.077.399 personas el año pasado. Janeide cuenta que una de las personas que fue ayudada en 2024 la buscó a inicios de este año. Ella imaginó que sería para pedir ayuda de nuevo, pero no fue así. La mujer le dijo que ella también quería contribuir y ser madrina en el proyecto.

El objetivo de ASA no es que el apoyo sea permanente, sino que sea una ayuda en un momento de urgencia, ofreciendo aliento para que la persona pueda reestablecerse.

El abrazo que cambió una historia

Pero una de sus historias más destacadas ocurrió en la puerta de un supermercado de barrio. Todos los años, junto con esta empresa, ella coloca cajas para recibir donaciones de los clientes entre los meses de octubre y diciembre. Ella describe: “Estamos en frente de la escalera mecánica recibiendo a las personas con una sonrisa, un abrazo, conversando y entregando el panfleto que explica nuestra campaña”. En uno de esos abrazos, ella conoció a una mujer que preguntó si, además de las donaciones, ella necesitaba algo más, tal vez un plato de comida.

La misionera de 63 años agradeció, pero dijo que solamente el alimento para el proyecto era suficiente. A la salida, la misma mujer dejó las donaciones y recibió una invitación para conocer la Iglesia Adventista. Ella fue. El resto es historia. Recibió estudios bíblicos, se casó, fue bautizada junto con su familia y hoy se desempeña en el Ministerio de Recepción.

El trabajo de Janeide se expande más allá del barrio. Atiende a personas de otras regiones de la capital amazonense, además de comunidades ribereñas del interior. Y ella ya está ansiosa por su próxima misión, que será en medio del año.

El desafío de mantener viva a la solidaridad

¿Pero cuáles son los mayores desafíos que enfrentan quienes quieren ayudar al prójimo? Según el pastor Herbert Boger, director de Acción Solidaria Adventista para ocho países sudamericanos, muchos quieren ayudar, pero se olvidan. Quienes no están involucrados directamente con una acción terminan siendo arrastrados por la rutina y los stocks de alimentos y otros ítems terminan sufriendo. Y es allí que la creatividad de las acciones, como las desarrolladas por Janeide, terminan haciendo la diferencia.

Ayuda humanitaria para los momentos difíciles

Pero los adventistas también actúan en otros frentes para aliviar el sufrimiento de las personas. La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) benefició a 1.746.293 personas en Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú, Bolivia, Ecuador y Chile por medio de proyectos fijos y atención a emergencias, como la que ocurrió en Rio Grande do Sul en mayo de 2024, que devastó el estado.

Voluntarios llevan esperanza a miles de personas en los lugares atendidos por ADRA a lo largo de los años. (Foto: Divulgación/ADRA)

Por medio del Vida por Vidas, proyecto de donación de sangre del Ministerio Joven, más de 213 mil personas donaron sangre. Se estima que cerca de 853 mil personas fueron beneficiadas por esa acción, al considerar que una donación de sangre puede salvar hasta cuatro vidas.

Educación que enseña solidaridad

La Red de la Educación Adventista en Sudamérica también contribuyó para apoyar a la comunidad escolar por medio de donaciones de cestas básicas, ropas, kits de higiene, entre otros. Especialmente en 2024, muchas de las escuelas desarrollaron acciones para apoyar a las víctimas de la inundación en Rio Grande do Sul, despertando aún más la solidaridad entre los alumnos.

Fueron donadas 435.105 piezas de ropa, 54.325 cestas básicas, 79.594 kits de higiene, además de otras acciones para recaudar fondos para diversos fines de ayuda humanitaria.

“Hágalo con amor que todo saldrá bien”

Janeide deja un mensaje para quienes se dedican o quieren participar en la obra de ayudar al prójimo: “Todo lo que haga, hágalo con orden y con dedicación, con amor, con alegría en el corazón. No crea que ese cargo que le dieron, ese ministerio que le dieron para trabajar, no crea que es un peso, que es mucho trabajo. Mire hacia Cristo, mire a Dios, mire a Jesús, vea lo que él hizo, lo que él pasó por nosotros”, enfatiza. Para ella el hecho de reconocer que toda acción siempre será pequeña ante el amor de Jesús. “Entonces, es hacer con el alma, con alegría. Hágalo con amor que todo saldrá bien”, exclama.

Vea más informaciones en el siguiente infográfico:


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