El Ministerio Joven de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica abrió la temporada de preinscripciones para el proyecto Un Año en Misión. La idea es reunir jóvenes solteros, entre 18 y 35 años de edad, que hayan finalizado la educación media, y estén dispuestos a dedicar integralmente un año de sus vidas a la misión de predicar el evangelio.

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Para entender la esencia de Un Año en Misión (o One Year in Mission - OYiM), es necesario conocer la experiencia de personas como Luana Oliveira, oriunda de Minas Gerais, de 23 años. En la actualidad, ella participa del proyecto en la región de Vargem Bonita, en Brasilia, junto a 12 jóvenes de diferentes lugares del país. Nacida en Betim, Minas Gerais, siempre tuvo una fuerte vocación para ser líder. A los 18 años coordinaba las áreas misioneras en su iglesia local. En 2016, recibió el llamado para ser misionera en una comunidad carenciada de Preventório, en la ciudad de Niterói, Río de Janeiro.  En la práctica, Luana y otros participantes se involucraron con proyectos que claramente beneficiaban a la población local en un contexto caracterizado por la violencia y el crimen. Y, claro, el trabajo de enseñanza de la Biblia era una de las actividades más importantes desarrolladas. “Somos felices al ver el resultado del trabajo allí. Fundamos un club de conquistadores con 35 participantes y hoy tenemos más de 70 adolescentes que se reúnen allí”, recuerda.

Contacto con las personas y crecimiento

Lo que sería la experiencia de solo un año duró el doble de tiempo. Cuando terminó el proyecto, Luana pensó que era hora de ir a la facultad de Psicología. Pero los planes de Dios parecían ser otros. Hizo una oración sincera en busca de una definición con respecto al futuro, y la respuesta vino de forma inusitada. Un pastor la llamó, y le dijo que la esperaba en un nuevo desafío del proyecto Un Año en Misión. Esta vez, en Brasilia. Luana dice que no pudo resistirse a la invitación.

La joven reconoce que su vida cambió completamente al participar del proyecto Un Año en Misión. El crecimiento y el aprendizaje espiritual fueron notables, especialmente debido al contacto directo con las personas. “Entiendo que la misión es mostrarles a las personas que somos sus amigos. Siempre le digo al equipo que tenemos que hacer que las personas se sientan parte de una familia”, resalta. Luana y los otros jóvenes mantienen un programa de aproximadamente 100 estudios bíblicos con adultos, niños, jóvenes y adolescentes, y atienden a 20 familias. Hasta el mes de octubre, al menos seis personas tomaron la decisión de bautizarse y unirse a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Selecciones regionales

Según el organizador sudamericano del proyecto Un Año en Misión, el pastor Carlos Campitelli, los jóvenes pueden seguir el ejemplo de Luana e inscribirse para participar en el proyecto. En el mundo, 2 mil misioneros sirven por medio de esta iniciativa. En los ocho países sudamericanos que son atendidos por la División Sudamericana de la Iglesia Adventista, actualmente hay 106 equipos, con un total de 1.187 misioneros. Desde 2014, solamente en Sudamérica, 3.794 jóvenes han pasado por la experiencia de Un Año en Misión.

El pastor Campitelli explica que, después de la preselección, los jóvenes registrados pasan por selecciones regionales realizadas por los líderes del Ministerio Joven. Los elegidos son llamados a participar de los equipos. Y siempre existe la posibilidad de poder servir en un estado o incluso en un país diferente al de origen.

Video sobre el proyecto para 2020: