Perú: estudiante de la Educación Adventista es campeón nacional en bádminton
A sus 16 años logra este éxito, representando a la Educación Adventista. No solo en medallas, sino a través de su vida.
A los 14 años, Miguel Mallqui, empezó con un raqueta de bádminton y una pluma. Su entrenador y tío, Orlando Mayta, lo motivaba para que pueda continuar en este deporte. Sin embargo, los campeonatos en ese entonces, se realizaba los días sábados. Es allí, que decide enfocarse entrenar otros deportes, como el básquet.
Durante todo ese tiempo, logró fortalecer su físico, para jugar en La Liga de Basket de Lima. Desde muy pequeño conoció sobre Jesús por parte de su mamá, pero aún sentía un vacío en su corazón. Las enseñanzas que aprendió en casa, lo aplicaba en su entorno social, dando un buen testimonio. Como resultado, el entrenador de básquet, le brindó apoyo y ayuda para que continúe creciendo como un deportista profesional. "Dios ha puesto mentores en mi vida, a través de ellos veo su amor", señaló Miguel.
Cabe resaltar, que este año, ingresó a estudiar su cuarto año de secundaria, en el Colegio Adventista Unión de Ñaña, ubicado en la Universidad Peruana Unión en Lima. Durante todo este tiempo, su maestra Cecilia, lo ayudó a interesarse en la Palabra de Dios y nació en su corazón el deseo de ser bautizado.
Hace unos meses, su tío Orlando, lo llamó para comentarle que se desarrollará un campeonato nacional de bádminton, una gran oportunidad para él y para representar al colegio. Entonces, el 16 de agosto, inició su entrenamiento. Empezó a competir con otros adolescentes, ganando cada set del juego.
Días antes de la gran final, Miguel decidió bautizarse, el viernes 8 de septiembre, aceptó el llamado en la última noche del campamento "A Message For You" (Un mensaje para ti). Evento que realizan los Colegios Adventistas anualmente para fortalecer el crecimiento integral de sus estudiantes. Con 16 años, decidió ser campeón para el reino de los cielos y seguir a Cristo. Pero no imaginó, que ese domingo, 10 de septiembre, se volvería el campeón nacional de bádminton.
De esta manera, Miguel, a su corta edad, más que medallas y aplausos, él lleno ese vacío en Cristo Jesús. Ahora su vida está en las manos del mejor entrenador y guía para su futuro.