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Pare para vivir: cómo el descanso transforma el cuerpo y la mente

Una rutina sin pausas puede estar causando perjuicios en tu salud y bienestar que solo notarás cuando sea demasiado tarde.


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Separar un tiempo para descansar y pausar las actividades del día a día mantendrá la salud y bienestar. (Foto: Shutterstock)

En el ritmo acelerado de la vida moderna, el concepto de equilibrio y descanso ha emergido como esencial para mantener la salud y el bienestar. En un mundo donde la productividad se valora en gran medida, la falta de pausas adecuadas afecta no solo el cuerpo, sino también la mente. El descanso va más allá del sueño regular: implica prácticas que sostienen la salud física y mental, y promueven una vida más productiva y satisfactoria.

El sueño es vital para la salud, ya que funciona como un estado restaurador que actúa sobre tejidos y sistemas esenciales, como el cardiovascular y el inmunológico. Durante el sueño, el cuerpo procesa los eventos y la información del día, regulando desde funciones cognitivas hasta emocionales.

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La privación del sueño, por otro lado, puede perjudicar la atención, el tiempo de reacción y la resolución de problemas, comparable a los efectos del consumo de alcohol.[1] Además, la falta de sueño impacta el sistema endocrino, elevando el cortisol, la hormona del estrés, lo cual puede desencadenar un ciclo de insomnio y estrés crónico.[2]

La salud física también sufre con la privación de sueño. Estudios asocian la falta de descanso a enfermedades como diabetes, obesidad e hipertensión, además de perjudicar la inmunidad.[3] Asimismo, hay un impacto directo en el metabolismo, lo que promueve alteraciones hormonales que aumentan el apetito, conduciendo al aumento de peso.[4]

El impacto de las pantallas en el descanso

El uso de dispositivos digitales, especialmente por la noche, interfiere en el sueño debido a la luz azul, que afecta el ritmo circadiano y reduce la producción de melatonina, esencial para el descanso. Además, la presencia constante de redes sociales genera ansiedad y una sensación de alerta que mantiene el cerebro activo y perjudica la relajación. Este escenario de estimulación constante es comparable a una “cafeína virtual” que afecta la calidad del descanso y aumenta el estrés.[5]

Equilibrio trabajo-vida

Mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal es más importante que nunca. Los estudios muestran que el desequilibrio entre ambos aumenta el estrés crónico, afectando negativamente la salud mental y física⁵. Asimismo, reservar un día de descanso semanal es fundamental para reducir el estrés y permitir la recuperación mental y física. Las pausas frecuentes son cruciales para el bienestar emocional y la disminución de la fatiga.

Ejercicio físico y calidad del sueño

La práctica regular de ejercicio resulta beneficiosa tanto para la salud física como para el sueño. Los estudios sugieren que el ejercicio puede mejorar la calidad del sueño, siendo comparable, en algunos casos, a medicamentos para el insomnio, pero sin los efectos adversos.[6] Al promover una mejor calidad del sueño, el ejercicio ayuda a equilibrar el organismo, contribuyendo a una recuperación más efectiva del cuerpo y la mente.

Estrategias para el equilibrio y el descanso

Para fomentar el descanso y el equilibrio, algunas estrategias prácticas incluyen: establecer rutinas de sueño, limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y destinar un ambiente propicio para el descanso. La adopción de técnicas de relajación, como estiramientos y momentos de oración y lectura, también puede ayudar a combatir el estrés y mejorar el bienestar. La orientación bíblica para la observancia del sábado refuerza la importancia de un descanso regular.

Priorizar el equilibrio entre actividades y descanso es esencial para una salud plena. La combinación de prácticas regulares de descanso, ejercicio físico y relajación tiene un impacto positivo en la productividad y la calidad de vida. Integrar estos hábitos en su rutina puede ayudarlo a alcanzar un estado más pleno de salud mental y física.

Everton Padilha Gomes es médico cardiólogo, doctor en ciencias médicas por la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo y coordinador de la carrera de Medicina del Centro Universitario Adventista de São Paulo (UNASP).


Referencias:

[1] Walker, M. P. (2017). *Why We Sleep: Unlocking the Power of Sleep and Dreams*. Scribner.  

[2] Sapolsky, R. M. (2004). *Why Zebras Don't Get Ulcers*. Henry Holt and Co.   

[3] Spiegel, K., Leproult, R., & Van Cauter, E. (2004). Impact of sleep debt on metabolic and endocrine function. *The Lancet, 354*(9188), 1435-1439.   

[4] Taheri, S., Lin, L., Austin, D., Young, T., & Mignot, E. (2004). Short Sleep Duration Is Associated with Reduced Leptin, Elevated Ghrelin, and Increased Body Mass Index. *PLoS Medicine, 1*(3), e62.   

[5] Kossek, E. E., & Ozeki, C. (1998). Work-family conflict, policies, and the job-life satisfaction relationship: A review and directions for organizational behavior-human resources research. *Journal of Applied Psychology, 83*(2), 139. 

[6] Kelley, G. A., & Kelley, K. S. (2017). Exercise and sleep: a systematic review of previous meta-analyses. Journal of Evidence-Based Medicine, 10(1), 26-36.