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Salud

Reafirmando la respuesta de la Iglesia Adventista del Séptimo día al COVID-19

Líderes adventistas comparten comunicado sobre la posición actual de la Iglesia.


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La declaración presenta la perspectiva adventista sobre la inmunización y sus resultados. (Folo: Divulgación)

Este documento fue producido por la administración de la Asociación General, el Instituto de Investigación Bíblica, el Ministerio de Salud de la Asociación General, el departamento de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa, el estudio de Abogacía General de la Asociación General y el Centro de Salud de la Universidad de Loma Linda. Se basa en la declaración de inmunización votada en abril de 2015 y confirma tanto esta última declaración como las informaciones sobre las vacunas de COVID-19 compartidas el 22 de diciembre de 2020.

La pandemia de COVID-19 es la mayor crisis de salud pública de los últimos 100 años. Este flagelo ha devastado poblaciones en todo el mundo y afectó gravemente la salud física, espiritual, mental, emocional y relacional. En su transcurso siguen el aislamiento, brotes recurrentes, problemas económicos y muerte. Enfrentamos medidas de mitigación, como el uso de barbijo, distanciamiento social (físico), lavado de manos, detección precoz, prueba y rastreo de contacto, que se incorporaron como parte de nuestra vida diaria.

En medio de este tiempo de crisis y trastornos, la Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene el compromiso con la misión de exaltar a Cristo, su Palabra, su justicia y la proclamación del mensaje de los tres ángeles al mundo para la preparación de personas por medio del poder del Espíritu Santo, para el pronto regreso de Jesús. El mensaje de salud es el brazo derecho del evangelio y, por lo tanto, un estilo de vida saludable es una parte importante de las creencias de la Iglesia Adventista desde sus primeros años. Todavía estamos comprometidos con vivir, compartir y promover una vida saludable, según lo expresado por el mensaje adventista de salud confiado a la Iglesia. Los estudios adventistas de salud confirmaron los beneficios inequívocos del aumento de la longevidad y de la calidad de vida por medio de la implementación de esas prácticas de salud, las que incluyen una dieta vegetariana balanceada, ejercicios regulares, beber agua en cantidad adecuada, una exposición cuidadosa al sol, el aire puro, la abstinencia de alcohol, tabaco y otras sustancias perjudiciales, el descanso y sueño adecuados, y lo más importante, la confianza en Dios. Esas prácticas aumentan y mantienen la inmunidad saludable. Además de los beneficios de los principios de estilo de vida saludable y las prácticas preventivas de salud pública, la Iglesia afirma y recomienda el uso responsable de vacunas como una medida importante de salud pública, especialmente durante una pandemia. Al mismo tiempo, la Iglesia respeta los derechos de libertad de elección de los individuos que optan por no ser vacunados.

La posición actual de la Iglesia sobre inmunización y vacunas, incluyendo el COVID-19, se basa en las percepciones del amplio mensaje de salud que los adventistas del séptimo día incorporaron desde el principio, con amplio apoyo en las Escrituras y en los escritos de Elena de White que se refieren a la importancia de la prevención de enfermedades. Como denominación hemos defendido la sinergia de un estilo de vida saludable y la inmunización responsable por más de 100 años. A la luz de la magnitud global de la pandemia, muertes, incapacidad y efectos de largo plazo del COVID-19 que están surgiendo en todas las franjas etarias, alentamos a nuestros miembros a considerar la inmunización responsable y la promoción y facilitación del desarrollo de lo que es comúnmente denominado inmunidad de rebaño (inmunidad comunitaria preexistente de aproximadamente el 80% de la población o más como resultado de infección anterior o vacunación). Estamos conscientes de que las vacunas pueden tener efectos colaterales, y estos pueden ser graves en un pequeño porcentaje de los casos, incluyendo la muerte en raras situaciones. Ninguna vacuna es 100% eficaz. Por lo tanto, nuestras decisiones deben considerar cuidadosamente el riesgo de tomar la vacuna en comparación con los riesgos de ser infectado con el COVID-19. La inmunidad adquirida por la infección natural y por la vacuna es limitada en el tiempo, y puede ser necesaria la administración de dosis de “refuerzo”. Tomar una inyección de refuerzo, mediante recomendación de un profesional de salud, puede promover todavía más la salud personal y pública. La necesidad de una dosis de refuerzo no indica el “fracaso” de una vacuna, sino refleja la naturaleza de los niveles de anticuerpos que pueden disminuir con el tiempo.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día respeta la libertad de elección de cada individuo para tomar decisiones responsables con relación a su propia salud. Siendo que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo y somos de Cristo tanto por creación como por redención, debemos buscar personalmente la voluntad de Dios sobre las vacunas contra el COVID-19. La decisión de ponerse o no la vacuna no es una cuestión de salvación, ni está relacionada, como algunos pueden sugerir, a la marca de la bestia. Es una cuestión de elección personal. (Haríamos bien en recordar que Dios dio a Adán y Eva libertad de elección en el Jardín del Edén, aunque esa elección haya resultado en consecuencias significativas). Creemos firmemente que, en cuestión de convicción personal, debemos ser guiados por la Palabra de Dios, nuestra conciencia y la decisión informada. A pesar de varias opciones, bebemos considerar también que los beneficios de la vacunación van más allá de nosotros mismos y ayudan a proteger la comunidad local y global en general. Después de investigar personalmente todos los lados de la cuestión, considerando su propia situación de salud única, buscando el consejo médico y orando, los individuos deben entonces, en consulta con su médico, hacer la mejor elección posible (ver 1 Corintios 6:19, 20; Salmo 32:8; Proverbios 11:14; Santiago 1:5; Isaías 58:11). Según las informaciones de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día sobre las vacunas para el COVID-19 divulgadas el 18 de diciembre de 2020, y basadas en la declaración de inmunización de 2015, se confirma que:

 “LA DECISIÓN DE SER INMUNIZADO O NO ES LA ELECCIÓN DE CADA INDIVIDUO, Y DEBE TOMARSE EN CONSULTA CON SU PROVEEDOR DE CUIDADOS DE SALUD. LA INVESTIGACIÓN PERSONAL SOBRE EL ASUNTO ES IMPORTANTE. DEFINITIVAMENTE CONFIAMOS EN SEGUIR LAS PRÁCTICAS DE SALUD BÍBLICA Y DEL ESPÍRITU DE PROFECÍA Y SEGUIR EL LIDERAZGO DE DIOS EN NUESTRA VIDA, LO QUE NOS DARÁ PAZ Y SEGURIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES”.

Países y sociedades en todo el mundo ya enfrentaron decretos de salud pública de varias formas. Fueron puestos en práctica como una protección, reconociendo que la salud de la comunidad es el principal determinante de la salud individual y de la susceptibilidad de enfermedades. Las prácticas de salud pública fueron ordenadas desde la época de Moisés y probablemente antes. Ejemplos más recientes de prácticas obligatorias de salud pública incluyen la prohibición de fumar en aeronaves y el uso de cinturones de seguridad como un requisito general para todos los vehículos motorizados. En los últimos 120 años, la vacunación obligatoria contra la viruela fue implementada en la población general de los Estados Unidos y en países alrededor del mundo, lo que dio como resultado en un mundo libre de viruela en el momento. Numerosas otras enfermedades infecciosas fueron controladas por vacunas y también están sujetas a derechos (por ejemplo, poliomielitis, sarampión, difteria). Los misioneros adventistas del séptimo día en la década de 1930 fueron instruidos por la Iglesia, como su empleador, a ponerse vacunas contra viruela y fiebre tifoidea. Esos requisitos fueron ampliamente compartidos a lo largo de los años en las publicaciones oficiales de la Iglesia, y la aceptación de ese requisito por los miembros de la Iglesia ha sido positiva en general. Las exigencias para que los misioneros sean vacunados de manera adecuada y responsable continúan hasta hoy. Elena de White no hizo comentarios sobre la cuestión de la libertad religiosa con relación a los decretos de vacunación durante su vida. Ella entendió claramente el mensaje completo de salud confiado a la Iglesia mejor que la mayoría. 

La Iglesia Adventista del Séptimo Día no se opone a los decretos de seguridad pública y de salud del gobierno. La sumisión a las autoridades gubernamentales es un principio bíblico, a menos que entre en conflicto con la obediencia a Dios (Mateo 22:21; Romanos 13:1-7). En muchos casos, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha apoyado decretos de gobierno en apoyo a cuestiones de salud y seguridad. Cuando se trata de vacunas del COVID-19, creemos que los individuos tienen el derecho de declarar y defender su convicción de vacunarse o no. Los decretos generalmente permiten exenciones para convicciones religiosas individuales o condiciones de salud. Con la amplia disponibilidad de pruebas personales los individuos pueden optar por someterse a pruebas regulares si fuera necesario.

El Departamento de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa (RPLR) de la Asociación General considera el COVID-19 como una crisis de salud pública y ve la conexión con las vacunas en conformidad. El RPLR provee apoyo y asistencia a los miembros que defienden las enseñanzas religiosas y doctrinas de la Iglesia, conforme a lo expresado en su sistema de creencias y declaración de política (y también a otros grupos religiosos). Reconocemos que a veces nuestros miembros tendrán preocupaciones personales y hasta convicciones de conciencia que van más allá de las enseñanzas y posiciones de la Iglesia. En esos casos, los líderes de libertad religiosa de la Iglesia harán lo que puedan para proveer apoyo y consejo con base personal, no como una posición de la Iglesia, aun a veces ayudando a los miembros a escribir sus propios pedidos de comodidad personal para empleadores y otros. Para evitar confusión sobre las propias posiciones de la Iglesia, sin embargo, muchas veces, en tales circunstancias, la Iglesia no deseará que su apoyo o defensa del miembro se refleje en correspondencias o comunicaciones públicas. Es importante que la Iglesia conserve su habilidad de hablar sobre cuestiones que son centrales para su sistema de creencias e identidad, y que su influencia no sea diluida por la búsqueda de convicciones y agendas personales que no son centrales para sus preocupaciones de evangelismo y proféticas.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día, en consulta con el Ministerio Adventista de Salud y el Departamento de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, está convencida de que los programas de vacunación que generalmente se realizan son importantes para la seguridad y la salud de nuestros miembros y de la comunidad en general. Por lo tanto, las reivindicaciones de libertad religiosa no son usadas de manera apropiada en objeciones a las órdenes del gobierno o de los programas del emprendedor proyectados para proteger la salud y la seguridad de sus comunidades. 

Esta ha sido generalmente la posición de la Iglesia en el último siglo, desde que el programa de vacunas moderno fue desarrollado. Si usamos nuestros recursos de libertad religiosa en tales esfuerzos de defensa de decisiones personales, creemos que debilitaremos nuestra posición de libertad religiosa a los ojos del gobierno y del público. Tales esfuerzos harían menos probable que esos argumentos sean oídos y apreciados cuando sean usados para asuntos de culto y práctica religiosa. Entendemos que algunos de nuestros miembros ven las cosas de manera diferente y respetamos esas convicciones. Ellos pueden, a veces, tener derechos que pueden buscarse de acuerdo con la ley, y nosotros recomendaremos materiales y recursos para hacerlo, pero no podemos realizar ese esfuerzo personal directamente por ellos.

¿Cómo reaccionaron durante la pandemia el Centro de Salud de la Universidad de Loma Linda (CSULL), una de nuestras mejores universidades denominacionales de salud, y su facultad de medicina?  Actualmente, el 90% de nuestros alumnos de la CSULL están vacunados, así como el 97% de nuestros médicos. La declaración de rehusarse por motivo religioso se ofrece en los hospitales para los que desean no ponerse la vacuna, pero esa decisión debe estar acompañada por pruebas semanales. Como resultado, los informes sobre COVID-19 entre alumnos y empleados disminuyeron significativamente desde diciembre de 2020.

 Lo que realmente va a contar durante esta pandemia y después es cómo nos tratamos unos a otros, particularmente dentro de la Iglesia, pero también dentro de nuestra comunidad más amplia. Ira, discriminación o difamación no deben existir en el cuerpo de Cristo. Necesitamos relacionarnos con respeto, amor y compasión.

En vez de enfocar nuestras convicciones individuales, debemos acercarnos más en una relación con Cristo y con los demás. Debemos alentarnos mutuamente y llevar esperanza a las personas del mundo al compartir los tres mensajes angélicos importantes de Dios y la anticipación del pronto regreso de Cristo. Debemos trabajar más activamente en nuestras iglesias y no crear divisiones dentro del cuerpo más amplio de la Iglesia. Como adventistas debemos ser un ejemplo para otros, teniendo en mente que el Universo nos ve. 

 Es importante cuidar unos de otros, considerando a los otros en nuestras prácticas. Esto incluye la prevención de la propagación de enfermedades mortales, y al considerar la vacuna o no, tener amor por los demás y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Entonces, juntos, podemos avanzar en la fe, “soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor” y acatando el consejo del Cielo: “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:2, 3). Cristo nos llama a no tener miedo y a poner nuestra seguridad en él, pues nada puede separarnos de su amor (Romanos 8:31-39). “Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides” (Deuteronomio 31:8; también Juan 16:33). Pongamos nuestra esperanza en Jesús y seamos alentados por él, pues él venció al mundo.

Como una organización global, la Iglesia Adventista del Séptimo Día no aborda y no puede abordar las circunstancias legales únicas y las exigencias de la vacunación que pueden requerirse en las más de 200 naciones en que la Iglesia opera. Debe consultarse la ley de cada nación sobre la posibilidad y disponibilidad de exención religiosa para los que tienen opiniones firmes sobre ser vacunados contra COVID-19. La Iglesia Adventista del Séptimo Día no defiende exenciones religiosas a la vacunación en el ámbito global o nacional, en base a su entendimiento de la Biblia y de los escritos de Elena G. de White, y según lo expresado en esta declaración.


Referencias y fuentes:

“Inmunización”, directrices votadas por la Comisión Administrativa de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, el 15 de abril de 2015, https://www.adventist.org/official-statements/immunization/

“COVID-19 Vaccines: Addressing Concerns, Offering Counsel,” Ministerio Adventista de Salud, 22 de diciembre de 2020, https://www.healthministries.com/covid-19-vaccines-addressing-concerns-offering-counsel/

“COVID-19 Advice for the Public: Getting Vaccinated,” Declaración de la Organización Mundial de la Salud, actualizada por última vez el 14 de julio de 2021, https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/covid-19-vaccines/advice

“COVID-19 Science and Research,” Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los EE.UU, https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/science/science-and-research.html?CDC_AA_refVal=https%3A%2F%2Fwww.cdc.gov%2Fcoronavirus%2F2019-ncov%2Fmore%2Fscience-and-research.html

“Science Brief: COVID-19 Vaccines and Vaccination,” Centros de Control y Prevención de enfermedades de los EE.UU, https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/science/science-briefs/fully-vaccinated-people.html

“Frequently Asked Questions: COVID-19 Vaccines,” Organización Panamericana de Salud, https://www.paho.org/en/covid-19-vaccines/frequently-asked-questions-covid-19-vaccines

Eficacia de la vacuna contra hospitalización en Israel. Lancet 2021.

Eficacia de la vacuna contra infecciones, infecciones graves y muertes en Italia. Vaccines 2021.

Eficacia de la vacuna en profesionales de salud de los EE.UU. New England Journal of Medicine 2021.

Seguridad de la vacuna Pfizer. New England Journal of Medicine 2021.


La versión original de esta declaración fue publicada por primera vez en Adventist Review.