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Trabajador de un hospital acepta desafío de plantar iglesias en Paraguay.

“Comencé esto con culpa, pero lo logramos”, dice Hugo Sanz.


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"Tenía miedo", dice Hugo Sanz, de 64 años. "No me sentía capaz de dirigir una iglesia solo". (Andrew McChesney / Misión Adventista)

Hugo Sanz se asustó cuando el pastor le pidió que fuera a plantar una iglesia en un barrio sin presencia adventista de Asunción, la capital de Paraguay.

El director canoso del departamento de seguros del Hospital Adventista de Asunción había trabajado por 20 años con otros miembros de iglesia en la Iglesia Adventista del séptimo día central, la más grande de la ciudad, con cerca de 300 miembros. Pero nunca había trabajado con personas que no eran de la iglesia.

“Tenía miedo”, dijo. “No me sentía capaz de dirigir una iglesia solo”.

Hugo habló con su esposa, quien tenía algo de experiencia con personas de otros credos, luego de trabajar con la Agencia de Desarrollo y Recursos Asistenciales. Ella accedió a ayudar.

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El hombre oró por varias semanas y comenzó a sentir culpa cuando se dio cuenta de que el lugar en el que planeaban construir la iglesia, en el barrio Nueva Sajonia, estaba ubicado solo a dos cuadras de su casa. Quiso supervisar la iniciativa de la plantación de la iglesia.

“Comencé esto por culpa”, expresó. “Pero lo hicimos con la ayuda de Dios y muchas personas. Vinimos, plantamos la semilla y comenzamos a trabajar”.

Hugo dice que su vida ha cambiado mucho.

Los primeros pasos fueron pequeños. Hugo alquiló un edificio, un “centro de influencia”, y organizó seminarios como clases de cocina saludable y cursos para dejar de fumar con la ayuda de otros miembros de iglesia del hospital. Él y otros miembros de iglesia hicieron amistad con las personas del barrio.

La noticia sobre el nuevo centro comunitario comenzó a difundirse. Un miembro de iglesia creó una página de Facebook y publicaba fotos. La Radio Nuevo Tiempo, hizo la publicidad.

Después de un año, en 2015, el centro de influencia comenzó a tener sus reuniones sabáticas llamadas “Un día fuera del mundo”.

“Este es un día en el que las personas pueden olvidarse del estrés y enfocarse en la Biblia”, comentó Hugo. “Cantamos y estudiamos juntos la Biblia, y las personas que habían asistido a nuestros seminarios de salud se dieron cuenta de que somos saludables por la Biblia. Comenzaron a orar a Dios”.

Al estudiar la Biblia, los miembros de la comunidad expresaron sorpresa al leer los consejos prácticos sobre salud en sus páginas. Aprendieron que se puede encontrar buena salud a través de una dieta adecuada y también a través de la oración, la paz y Jesús. Uno de sus versículos favoritos de la Biblia es 3 Juan 2, que dice: “Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente” (NVI). Otro favorito es Filipenses 4:7, que dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”.

Una serie de vandalismos corrompieron el trabajo en el centro comunitario en 2016. Cuatro veces, ladrones rompieron las ventanas de vidrio y robaron aparatos electrónicos, sillas y mesas. Los seminarios pasaron a la casa de Hugo.

Ese mismo año, la Iglesia Adventista Mundial recogió la ofrenda del decimotercer sábado para ayudar a que el centro comunitario se transforme en iglesia. Con el dinero, la iglesia adventista local compró el terreno del centro comunitario, ampliaron y mejoraron las instalaciones, y reforzaron la seguridad.

La nueva Iglesia Adventista Nueva Sajonia y el centro comunitario abrieron sus puertas a principios de 2018 con su propio pastor. Hugo continúa siendo miembro laico, y dice que no podría estar más feliz.

“Trabajé 20 años para la iglesia, pero los pocos años que llevo aquí son los más felices de mi vida, porque he trabajado con las personas del mundo”, dijo Hugo, de 64 años. “Antes trabajaba por las personas que ya estaban en la iglesia. Pero ahora, no solo hablo, también actúo, y muestro el amor de Dios de una manera nueva. Siento que estoy cumpliendo la misión que Dios tiene para mi vida”.