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Jóvenes confeccionan ponchos para personas en situación de calle

El grupo de Ayuda Urbana de la Iglesia Adventista abre la posibilidad de colaborar para brindar abrigo en esta época del año con temperaturas muy bajas.


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Por Alexis Villar

La plaza del Congreso es un lugar emblemático para todos los argentinos. Muchas cosas sucedieron allí. Pero no es importante solo para cuestiones políticas o protestas de sindicatos, sino también para acciones solidarias.

Este frío ha motivado a un grupo de jóvenes a luchar contra ello, ayudando a personas en situación de calle. Con el proyecto denominado Emponchando el Congreso, el grupo de Ayuda Urbana de la Iglesia Adventista abre la posibilidad de colaborar para brindar abrigo en esta época del año con temperaturas muy bajas.

Con $100 puedes ayudar a regalar un poncho para personas que pasan frío durante las noches. Inclusive, puedes comunicarte directamente con la persona responsable de tu zona. Ya sea para Capital Federal, zona sur, norte y oeste.

Esta prenda tiene un significado muy fuerte en nuestro país ya que es una vestimenta ancestral y contemporánea a la vez, que atraviesa las fronteras y el tiempo. La utilizaron los nazcas y los incas como abrigo y objeto preciado en sus entierros. Lo vestían en 1529 los indios que vio Sebastián Gaboto al remontar el río Paraná y los tejieron las mujeres a sus amados para protegerlos durante las guerras de la independencia. ¿Será también, esta, una oportunidad de abrigar y proteger a aquellos que sufren por el frío cada noche en nuestro país?

En diálogo con Darío González, miembro del equipo de Ayuda Urbana destaca: “La idea de regalar los ponchos nos pareció original. Y en nuestro caso conocemos a quién se los vamos a dar. Queremos tener con ellos un trato más personal”.

Siempre hay posibilidades de brindar ayuda, inclusive, dando nuestro tiempo. Darío, quien además es psicólogo social, comenta: “Entre fines de junio y principios de julio estaremos entregando los ponchos. Nuestra idea es que nos acompañen los voluntarios para hacer las entregas, porque creemos que se dignifica a la persona también en la entrega”.

Cada domingo desde las 8:30 un grupo de jóvenes está presente en la Plaza Congreso. “Cada domingo hay alrededor de cien personas. Estamos cuarenta minutos con ellos. Brindamos un mensaje de esperanza y entregamos galletitas con un té caliente. Siempre se da la posibilidad de hablar con ellos y eso está bueno”, destaca González.

Mientras tanto, este domingo estarán en la iglesia de Liniers desde las 16 horas en Lisandro de la Torre 41, confeccionando los ponchos. También es una buena oportunidad para colaborar.

Darío resume el objetivo del proyecto: “Que la gente pueda estar abrigada. Que pueda usar el poncho como una frazada para las personas en situación de calle. Queríamos salir de la rutina de regalar siempre lo mismo”. Y agrega pensando en el futuro: “Soñamos con emponchar Buenos Aires o toda Argentina algún día”.

Estas puertas a la solidaridad nos ayudan a comprometernos con la sociedad y, al fin y al cabo, con nuestro prójimo. ¿Y si comenzamos hoy…?