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Alumnos de instituto adventista se convierten en héroes solidarios

Cada sábado, alumnos del IAB recorren diferentes lugares y realizan diversas acciones en favor de la comunidad. Conocé los lugares y las actividades.


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Por la redacción / Melisa Fucks - IAB

Alumnos del IAB dedican un día a la semana para realizar actividades solidarias. Foto: IAB.

El servicio, según algunos diccionarios, implica obrar con entrega y lealtad al servicio de otra persona, proporcionarle lo que necesita, ayudarla voluntariamente ya sea con actos o sacrificios, ser útil, y ser un instrumento. “A todo esto y más apunta el Instituto Adventista Balcarce”, destaca Melisa Fucks, responsable de comunicación del Instituto Adventista Balcarce (IAB).

Serena Domínguez, alumna de sexto año agrega: “Es el deseo de Dios que cada uno de nosotros sea su instrumento para ayudar a las personas que nos rodean, y que cada uno de nosotros desarrolle sus talentos para el servicio”, concluye.

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El IAB cuenta con cinco grupos organizados que salen cada sábado a ciudades cercanas a realizar trabajos solidarios. A estos se le suma un grupo que se prepara para actuar en situaciones especiales de necesidad.

Melisa, comunicadora social y locutora nacional, recalca que todos los alumnos pueden participar del grupo que deseen y que “ellos mismos se encargan de la organización y de llevar a cabo las actividades. De esta manera, pueden desarrollar su relación con Dios, sus talentos, y sus habilidades, especialmente el liderazgo y la responsabilidad”. En cada salida que realizan los alumnos, son acompañados por adultos y miembros del personal del colegio.

Los chicos disfrutan servir al prójimo en ciudades cercanas al colegio. Foto: IAB.

Ayacucho y Mar del Plata

Cada sábado a las 08:30 de la mañana dos combis buscan a los 18 voluntarios para ir a Ayacucho, una pequeña ciudad ubicada a 81 km del Instituto, y a otros 14 chicos que van a la ciudad de Mar del Plata. Las dos actividades son similares, y las más arduas, ya que ambas duran casi todo el día. Consisten en acompañar y reavivar las pequeñas iglesias que tienen asignadas. Dirigen el momento de sermón y escuela sabática, y por la tarde realizan visitas y estudios bíblicos para las personas interesadas. A diferencia de Mar del Plata, además de los estudios bíblicos, en la iglesia de Ayacucho funciona un pequeño merendero para los niños.

Sebastián Valenzuela de 6°B describe así su experiencia: “Elegí Mar del Plata porque era un grupo nuevo y quería empezar a ayudar. A la tarde salimos por el barrio y hacemos oraciones con la gente, hacemos encuestas y levantamos estudios bíblicos, esa es una ayuda que podemos brindarle al barrio al que vamos. Es lindo poder hacer este tipo de actividades con compañeros”.
Por otra parte, Viccenzo Giordana de 5° cuenta: “Me gustó Ayacucho porque principalmente se hace lo que es la misión como pidió Dios, que es ir a evangelizar a las personas”. En tanto que Kevin González de 5°A agrega: “La verdad es que me gustó mucho pasar todo el día ahí en Ayacucho. Es hermoso, cocinamos ahí, comemos ahí. Lo que más me gustó es estar con los nenes toda la tarde que es lo que a mí me toca”, finaliza el joven.

Hogar de Niños

A las 15:30, todos los sábados, el grupo misionero de 14 integrantes viaja hacia la ciudad de Balcarce para visitar un hogar de niños y llevarles mucha atención y cariño. Esos niños viven en el hogar porque por determinadas situaciones era insostenible la convivencia con sus padres biológicos y/o familias. Por eso, los chicos se preparan para brindarle apoyo, sonrisas, juegos e historias de la Biblia a cada niño del hogar.

Candela Cerda de 4°A recuerda: “Elegí el hogar de niños porque me gusta estar con ellos, y creo que es una buena manera de darle amor a quienes no lo reciben todos los días. Me gusta cuando llegamos y los nenes se pegan contra la ventana y nos saludan desde adentro y empiezan a gritar re felices porque llegamos”. Leandro Pinchulef de 6°B enfatiza: “Me gusta el hogar de niños porque siempre que llegamos los niños nos reciben re felices y contentos. Es el segundo año que voy y está re bueno poder notar un cambio en cada nene cada fin de semana”, finaliza el alumno.

Alumnos del IAB dedican un día a la semana para realizar actividades solidarias. Foto: IAB.

Merendero

A las afueras de Balcarce se encuentra un barrio de bajos recursos, donde el IAB brinda su apoyo a un pequeño merendero. Todos los sábados por la tarde desde las 15 hs, 18 alumnos participan de la actividad. Cuatro de ellos se encargan de las visitas, estudios bíblicos y entregas de donaciones a los vecinos, y los catorce restantes son los encargados de los niños, de las actividades, y de servir la merienda. Un mínimo de 20 niños asisten al merendero, y siempre reciben a todos con sonrisas y con los brazos abiertos.
Candela Cesari de 6°B cuenta que eligió el merendero porque quería hacer una actividad misionera los sábados “para poder sentir que verdaderamente los estoy consagrando a Dios, y ayudar a otros es una manera de decirle a Dios que lo amo y que mi fe también se refleje en mis actos”. Luciana Calderón de 4°A relata: “Me gusta el merendero, porque es una actividad que se puede hacer con niños, porque les gusta jugar y están dispuestos a aprender y muestran interés cuando les enseñamos de Jesús.”

Hogar de Ancianos

En la ciudad de Balcarce se encuentra el hogar de ancianos “Don Severino”, donde cada tarde de sábado 14 alumnos visitan a los abuelitos para llevarles sonrisas y atención. Muchos de ellos son abandonados por sus familias o reciben muy pocas visitas. Es muy reconfortante ver la felicidad que les produce a los abuelitos ser visitados por los chicos del colegio. Se comparte una breve meditación con ellos y se los acompaña en su merienda. Es muy interesante escuchar sus historias de vida y pasar la tarde con ellos.
Valentina Perdomo de 6°A comenta: “Lo que me gusta del hogar de ancianos es que podemos compartir un montón de cosas con los abuelos y ellos son muy receptivos. Es lindo poder ayudarlos además que te ayuda a dejar de pensar un poco en vos mismo y pensar más en los demás”, entre tanto que Yerik Kupczyszyn de 5°B dice que eligió el hogar de ancianos “porque me gustaba la idea de estar un tiempo con los abuelos y conversar con ellos. Y lo que más me gustó fue poder escuchar sus experiencias de vida, y poder tener un cambio de opiniones con ellos”.

El hogar de abuelos es uno de los lugares donde los chicos pasan los sábados. Foto: IAB.

El GEA es el único grupo que no sale cada sábado. Sus siglas significan Grupo Especial de Ayuda, y es un grupo que está preparado para ayudar en situaciones peculiares y/o esporádicas. Por ejemplo, su proyecto más próximo es el de ir a Ayacucho para refaccionar la Iglesia Adventista.

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