Por Mauren Fernandes

Además de haber gestionado el trabajo de voluntarios en los últimos dos años, Kuhn también ha dedicado parte de la vida como misionero en otro país.

El pastor Elbert Kuhn es el nuevo secretario asociado de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cuyas oficinas están ubicadas en la ciudad de Silver Spring, en Estados Unidos, y que administra la denominación a nivel mundial. La función es también ejercida por otros cinco líderes, y cada uno de ellos posee atribuciones específicas. Kuhn actuará en la gestión de los proyectos y estrategias que involucran el Servicio Voluntario Adventista, además de acompañar de cerca el desarrollo de una de las 13 Divisiones de la Iglesia (sedes responsables de orientar las actividades de los miembros y líderes en varios países de un mismo continente).

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Con dos años y cuatro meses de desempeño en la sede sudamericana adventista, en Brasilia, él destaca que en ese periodo la Iglesia y la juventud de esa localidad se encontraron en el foco de la misión. “Lo que más me impactó fue la visión de la Iglesia en invertir en las nuevas generaciones, pero también la respuesta apasionada de la juventud por hacer algo nuevo, fuera de la rutina. Hoy en día, ya son más de 400 los voluntarios enviados (a varias partes del mundo), sirviendo en los cinco continentes”, dice Kuhn, que hasta entonces coordinaba el Servicio Voluntario Adventista en ocho países de Sudamérica. “Cuando veo los números, solo veo la punta del iceberg. Aún hay mucho por hacer”.

Por diez años, fue misionero en Mongolia, país con baja tasa de adeptos al cristianismo, donde ayudó al desarrollo de la Iglesia Adventista para que más personas pudiesen conocer de Jesús. Según él, fue un tiempo de preparación para las nuevas responsabilidades que iría a asumir. “Mis experiencias misioneras no solo me ayudaron a tener una mente más abierta, sino que me hicieron más humilde. Hoy percibo que nos necesitamos los unos a los otros”, afirma.

Sobre el nuevo desafío, Kuhn, que es oriundo de la ciudad de Rolante, en Rio Grande do Sul, y concluye que cualquier persona puede ser usada por Dios a través de su gracia y poder. “Para gloria y honra de él, quiero valorar la confianza que la iglesia puso en mí. Me siento pequeño y hasta un poco nervioso, pero confío en mi Iglesia, en los líderes de mi Iglesia y en el Dios de mi Iglesia”, afirma.

El Servicio Voluntario Adventista es un programa oficial de la Iglesia Adventista que prepara y envía voluntarios para actuar en regiones de su país o en otros lugares del mundo, atendiendo necesidades específicas de comunidades o instituciones. Las oportunidades pueden ser para periodos de corta o larga duración. Para conocer más sobre la iniciativa y las vacantes disponibles, visite el sitio adventistas.org/es/voluntarios.