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En el lecho de muerte, mujer dona ofrenda para construcción de iglesia

En su lecho de muerte, una mujer da una ofrenda para construir una iglesia. Hoy, la iglesia La Victoria tiene terreno propio y ya se reúne en el lugar.


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Al saber que no tenía oportunidad de vida, Dominga pidió que llamen al pastor para ungirla.

Brasilia, Brasil… [ASN] Pascoal Guarase y Dominga Lima Chambilla viven en Tacna, Perú, y siempre trabajaron juntos en su tienda, donde venden casi todo tipo de mercadería. En 1998 conocieron el evangelio y se bautizaron en la Iglesia Adventista La Victoria. Ambos son fieles a Dios y Dominga es muy misionera. En su casa se reúne un grupo de personas animadas e interesadas en conocer la Palabra de Dios.

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Un día, Dominga estaba trabajando normalmente, cuando de repente sintió fuertes dolores en el pecho.  Tenía mucha dificultad para respirar.  Su esposo Pascoal trató de socorrerla inmediatamente, pero esta vez su estado de salud parecía muy grave.  Su hija intentó, sin resultados favorables, disminuir la fiebre, que ya era muy alta.  No había otra cosa que hacer sino llevar a Dominga al hospital de inmediato.

Al llegar allí, los médicos constataron que los resultados de sus exámenes eran desalentadores y la familia comenzó a preocuparse mucho.  Los médicos que la atendieron se conformaron con esperar lo peor. Dominga sufrió una insuficiencia cardíaca, y como ya había tenido infartos previos, el pronóstico no era nada bueno.  El médico les dijo a los familiares que se prepararan para lo peor y que, si confiaban en Dios, orasen por la cura de Dominga, pues humanamente ya habían hecho todo lo posible.

Consciente de la situación, Dominga pidió que llamaran al pastor del distrito, pues deseaba que la ungieran.  Muy triste, su hijo no podía creer lo que estaba sucediendo. Parecía que su querida madre estaba viviendo los últimos momentos de vida.  El pastor fue al hospital y ungió a Dominga. La ceremonia del ungimiento se realizó junto a sus seres queridos.

Luego de la visita pastoral, Dominga llamó a su hijo y le dijo que quería cumplir un último deseo: comprar un terreno y donarlo para la construcción de una iglesia. Mientras tanto, el grupo pequeño de la familia de Dominga meditaba en la Palabra de Dios, cantaba himnos y oraba al Señor intercediendo por la enferma.  En una determinada noche durante una reunión, el esposo de Dominga llegó para dar una noticia: Dios había escuchado la oración del grupo e hizo un milagro.  Luego le pidió a Dominga que entrara y dijera que había sido sanada por Dios.

Había muchos motivos para agradecer a Dios en aquella casa; pero lo principal fue el milagro realizado en la vida de Dominga. Hoy, la iglesia La Victoria tiene su terreno propio y ya se reúne en el lugar.  Dominga asiste fielmente con su esposo y agradece mucho a Dios por sus grandes bendiciones. ¡Probad y ved! [Equipo ASN, de la redacción].