"Como anciano, cuido de la nuevas generaciones. Me preocupo por su vida espiritual, los involucro en las actividades de la iglesia y les enseño el camino de Dios", afirma Pablo Ortiz, un joven que aceptó el llamado de ser anciano de la Iglesia Adventista "Casma Sur", en Perú.

El anciano, dentro y fuera de la iglesia, desempeña una labor importante en visitar, aconsejar, orientar, instruir y cuidar de otros. De esta manera, Pablo comprendió que debía hacer más por las nuevas generaciones. Él miró la gran necesidad de involucrarlos, y mediante ellos llegar a sus padres, tutores y familias.

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Es así que inició su ministerio del ancianato brindándoles el estudio bíblico "Pathfinder", del Club de Conquistadores. Este estudio conlleva la historia de un adolescente y su gran aventura en la lectura de la Biblia.

Como resultado, tres adolescentes aceptaron a Jesús mediante el bautismo. Así como Pablo, muchos vienen cuidando de la iglesia mediante este ministerio de servicio y amor.

Ellos priorizan los énfasis en su labor misionera, reavivando, involucrando y discipulando a la hermandad, y dedicando su tiempo y recursos en la preparación integral de la iglesia y estar listos para el regreso de Jesús.