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El cerebro humano está programado para la música, asegura especialista

El cerebro humano está programado para la música, asegura especialista

Otros beneficios de la musicoterapia para todos los grupos etarios incluyen un menor nivel de estrés, distracción del dolor, más relajación y conexión con otros.


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La música utilizada con propósitos terapéuticos muestra que hay armonía entre el cerebro y el cuerpo, dijo la oradora de la plenaria, Bronwen Landless, durante su presentación en la 3° Conferencia Global sobre Salud y Estilo de Vida en la Universidad de Loma Linda el 10 de julio de 2019. “Es un hecho maravilloso y un misterio” (Foto: Agencia Adventista de Noticias).

La música es mucho más que entretenimiento, dijo la oradora Bronwen Landless en la plenaria a los más de 800 participantes de 106 países durante la 3° Conferencia Global sobre Salud y Estilo de Vida, realizada en la Universidad de Loma Linda, del 9 al 13 de julio de 2019.

“Individual y colectivamente como humanos reconocemos el poder de la música” para motivar, inspirar, cambiar y sanar, dijo Landless. “Es un hermoso misterio”.

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La música fue usada de manera terapéutica ya en el 1025 a.C. en la historia bíblica de David, cuando tocaba el arpa para el rey Saúl, expresó Landless, profesora asistente de musicoterapia en el Conservatorio de Shenandoah, de la Universidad de Shenandoah en Winchester, Virginia, Estados Unidos. “Así, cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y la tocaba. Saúl se aliviaba y se sentía mejor, y el espíritu malo se apartaba de él” (1 Samuel 16:23), dice.

Cuando la música como terapia fue reconocida y utilizada en los hospitales de la Administración de Veteranos (VA, por sus siglas en inglés) en los Estados Unidos en la década de 1940, luego de la Segunda Guerra Mundial, se hizo evidente la necesidad de capacitación formal en los Estados Unidos, dijo Landless.

“Una política oficial en el uso de la música en hospitales militares afirmaba que la música debería ser utilizada para ayudar en el reacondicionamiento físico, en el reacondicionamiento educativo, en la resocialización y en el tratamiento neuropsiquiátrico”, afirmó. “En este punto, la mayoría de los servicios de musicoterapia eran proporcionados por músicos y personal del hospital”.

La Asociación Nacional de Musicoterapia (NAMT, por sus siglas en inglés) fue establecida en 1950, formalizando la profesión de musicoterapia en los Estados Unidos. Lo siguió el establecimiento de la Asociación Estadounidense para la Musicoterapia en 1971, y en 1998 las dos asociaciones se unieron para formar la Asociación de Musicoterapia Estadounidense (AMTA, por sus siglas en inglés).

¿Qué es la musicoterapia?

La AMTA define a la musicoterapia como el uso clínico de la música con base en evidencias para lograr metas terapéuticas en pacientes tanto de forma individual como en grupos, explicó Landless. Ella añadió que esta terapia debe ser practicada por profesionales certificados que hayan completado y aprobado el programa de musicoterapia.

“Dicha terapia como profesión es informada por la teoría de otros campos como medicina, psicología, neurología y música, así como también a través de la investigación y la práctica”, agregó. “Los musicoterapeutas hacen que el cliente sea un participante activo al tocar instrumentos musicales, cantar, realizar movimientos físicos y escuchar”.

Varias formas de musicoterapia son utilizadas para alcanzar metas como mayor socialización y conexión, mejorar la memoria y la capacidad de recordar, mejorar la calidad de vida, y mantener las habilidades motrices finas y gruesas, explicó Landless. Refiriéndose a la musicoterapia que involucra adolescentes trabajando en conjunto como una banda, Landless notó que los jóvenes “desarrollan habilidades inherentes al tocar juntos como la escucha activa, trabajo en equipo, control de las emociones, y resolución de conflictos”.

“También están trabajando para lograr una mejor autoestima al lograr algo que se propusieron y al adquirir nuevas habilidades y autoexpresión a través de la música”, añadió.

Otros beneficios de la musicoterapia para todos los grupos etarios incluyen un menor nivel de estrés, distracción del dolor, más relajación y conexión con otros.

Un ejemplo de los beneficios de la musicoterapia que Landless citó fue el de un niño autista no verbal que “se encuentra en la música al crear música junto con la musicoterapeuta”. Esto “proporciona aceptación, conexión y afirmación sin que ninguno de ellos tenga que usar palabras”, afirmó.

Beneficios para ciertas circunstancias 

Según Landless, los beneficios que los pacientes reciben de la musicoterapia incluyen aquellos que sufren de Alzheimer y demencia, desorden de déficit de atención, parálisis cerebral, desordenes de comunicación, síndrome de Down, trastorno de estrés postraumático, enfermedades mentales, y desordenes del aprendizaje, entre otros.

Al describir algunos de los principios fundamentales al trabajar con una variedad de personas en el contexto de la musicoterapia, Landless afirmó que “el uso de la música preferida por el cliente es uno de los principios más importantes, y requiere que los musicoterapeutas de todo el mundo practiquen de manera centrada el ejercicio constante de la sensibilidad cultural y la humildad”.

“Por lo tanto, nosotros utilizamos una amplia variedad de géneros para que las personas participen activamente en la música con fines terapéuticos”, afirmó.

Landless también enfatizó la importancia de ejercitar la intencionalidad positiva, la ética y la responsabilidad al utilizar la música, tanto en el trabajo como en sus vidas personales.

Diferencia entre música y lenguaje

La diferencia entre la música y el lenguaje, explicó Landless, es que “la música se encuentra en todo el cerebro”, mientras que el lenguaje está “localizado”. Si ocurre una lesión en el cerebro en las áreas donde se encuentra el lenguaje, explicó, “ocurren déficits significativos en el habla y en el lenguaje”.

“Los pacientes que sufrieron accidentes cerebrovasculares y no pueden hablar todavía, pueden cantar todas las palabras de una canción”, dijo. “Gracias a la neuroplasticidad de nuestro cerebro, podemos comenzar cantando usando la música para hacer ‘un rodeo’ de las áreas dañadas, creando nuevos caminos neurales que permitan rehabilitar el habla”.

Un cerebro increíble

“Hemos aprendido tanto, y tenemos evidencia sólida que nuestros cerebros y cuerpos están programados para la música” dijo Landless. “Esto nos proporciona oportunidades impresionantes para la conexión, inspiración y curación”.

“Que hecho maravilloso y misterioso”.