“Yo me estaba preparando para ir a otro lugar, pero cuando surgió la oportunidad de venir a Argentina acepté porque entendí que era un llamado de Dios para mí” comenta Ethiene Peixoto de Souza (25) oriunda de Salvador, Bahía, Brasil. “Decidí ser OYIM porque era una oportunidad de compartir mi fe con otras personas”, destaca Milena Cristina Pereira de Matos (28), proveniente de Fátima, Bahía, Brasil. En tanto que el argentino Elías Daniel Lizárraga (26) de Famaillá, Tucumán, decidió ser OYIM “para ser partícipe de los grandes milagros que tiene Dios para mi vida durante este año y para ver la felicidad en aquellas personas que desean conocer a Jesús”.

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OYIM por sus siglas en inglés One Year In Mission (Un Año en Misión), no es otra cosa que vivir la misión de manera tal que quieras pausar todo lo que estabas haciendo para dedicarte a servir a los demás durante un año en cualquier parte del país o el mundo y todo lo que eso significa. El líder de jóvenes de la Asociación Bonaerense (ABo), el pastor Gary Utz señala que existen al menos dos beneficios de este programa: “Es un apoyo para proyectos de evangelismo y misioneros de la iglesia y también es una experiencia que marca a los jóvenes y hace que regresen a sus lugares de origen con una mirada de la misión mucho más clara”.

El proyecto Un Año en Misión fue desarrollado para involucrar a los jóvenes adventistas en el cumplimiento de la misión de Jesús, revelada para cada cristiano en Mateo 28:18-20. Es un proyecto donde se alienta y apoya a las personas a que dediquen un año de servicio a través de la capacitación y evangelismo práctico, ejerciendo el objetivo del Ministerio Joven (salvar del pecado y guiar hacia el servicio), motivándolos a despertar para una vida en misión, sin importar la profesión o el área de actuación de los participantes, dejando un legado de amor y discipulado en sus comunidades.

Un nuevo templo en González Catán

Uno de los objetivos que tiene el proyecto OYIM en la ABo es colaborar con la plantación de una nueva iglesia. “Un grupo de hermanos de González Catan, provincia de Buenos Aires, comenzaron a ver un nuevo barrio que se estaba construyendo y dijeron acá tiene que haber una iglesia”, recuerda el pastor Utz, y agrega: “Ellos pertenecían a la iglesia en otro lado, pero vieron la necesidad de plantar el evangelio allí. Lo que comenzó con un grupo pequeño y el apoyo de la Asociación con la compra de un terreno, después se transformó en una carpa donde trabajaron (y lo siguen haciendo) varios ministerios, entre ellos Caleb y ahora el proyecto OYIM. Es un lugar donde hay un evangelismo integrado y la iglesia en su conjunto lo pensó de forma estratégica para plantar allí una iglesia. A mitad de año tendremos una ofrenda especial para ayudar con la construcción del nuevo templo”.

Actualmente, se reúnen unas treinta personas en la carpa que quedó instalada y que funciona como templo en aquel lugar. “Muchas de las personas que ahora vienen a la carpa fueron fruto del trabajo que los hermanos hicieron el año pasado con el grupo pequeño. Queremos seguir creciendo y por eso tenemos el desafío de plantar una iglesia para que los hermanos tengan un lugar digno para reunirse. Es lindo ver un barrio en construcción y que también muy pronto nuestra iglesia se esté construyendo allí”, señala el líder de jóvenes de la Asociación Bonaerense y agrega: “Queremos tener el grupo organizado como iglesia para fin de año o principios del año que viene. Se está trabajando muy fuerte también con el pastor del distrito, Lucio Pino, ya que soñamos con este proyecto como Asociación”.

Las actividades

Todos los que participan en el grupo OYIM trabajan en parejas misioneras. Esto ocurre cuando visitan a las personas para dar estudios bíblicos y también en las actividades realizadas por los miembros en los ministerios de la iglesia. “Entendemos que los jóvenes tienen energía, fuerza y creatividad, pero los hermanos son los que van a continuar luego de que este año termine, por eso el trabajo en conjunto es muy importante”, señala el pastor Gary.

En la zona donde se está trabajando hay una buena cantidad de niños, por lo que muy pronto estarán abriendo un Club de Conquistadores y Aventureros. También existen varios grupos pequeños. Por otro lado, hay algunos merenderos donde los jóvenes están colaborando. Además, los OYIM apoyan las campañas de evangelismo que tiene la iglesia durante todo el año.

En relación con las actividades que llevan adelante los misioneros, Milena cuenta que visita los barrios e invitan a los vecinos a conocer sobre Jesús ofreciéndoles estudios bíblicos. Además, destaca que “vamos a comenzar con los clubes de conquistadores y aventureros”. Por otra parte, Ethiene dice que le gusta trabajar con los niños del merendero al que asisten ya que “me acerca a la comunidad y los niños”.

“Una de las actividades que me gusta y me pone muy feliz es la de dar estudios bíblicos”, menciona Elías, y añade: “Me gusta cuando las personas tienen deseo de conocer a Jesús y podés saberlo porque te hacen muchas preguntas y mantienen una sonrisa. Es lindo ver esa expresión en las personas, es una de las mejores sensaciones”.

Trabajar en las bases para la construcción de una nueva iglesia es una tarea compleja, pero sobre todo satisfactoria. Ethiene sostiene que están colaborando en un barrio donde las personas tienen hambre de la palabra de Dios y quieren conocer más sobre Él. En tanto que Milena reflexiona: “Si Jesús me llamó para estar acá es porque Él tiene planes grandiosos para nosotros y para esta nueva iglesia. Yo creo que esta iglesia transformará el barrio y la vida de las personas. Será una casa de oración y refugio para aquellos que necesiten de una palabra amiga y un cambio en su vida”.

Invitación

“Ser OYIM es vivir con Jesús día a día y aprender a caminar con Él”, reflexiona Elías y señala: “Es maravilloso ver los milagros que Dios tiene y hace para nosotros en lo personal y grupal. Participar en los proyectos que Dios tiene para nosotros nos deja muchas enseñanzas. Es aprender a depender de Él”. El joven tucumano nos invita a salir de nuestra zona de confort y esparcir la palabra de Dios a aquellos que lo necesiten. “Nosotros necesitamos un despertar espiritual para alcanzar a la gente que quiere saber de Jesús. Sería algo fabuloso ver más jóvenes sedientos de esparcir la palabra de Dios”, finaliza Elías.

El desafío por delante es grande, pero las bendiciones de Dios siempre están dispuestas para quien avanza con fe. El líder de Jóvenes de la Asociación Bonaerense invita a todos a orar por este proyecto y por los jóvenes que están trabajando. “Queremos invitar a todos a orar porque el proyecto de Un Año en Misión es desafiante. Hace que los jóvenes se involucren y se interrelacionen con todos los proyectos de la iglesia, las áreas y los departamentos, y crezcan en todo sentido. Este año tenemos jóvenes de diversas partes del país y de Brasil y esto hace que haya un crecimiento intercultural porque somos parte de una iglesia mundial. Nos hace bien ver que somos una iglesia grande y con una misión que nos une para seguir contando que Jesús viene muy pronto. Los animo a orar y animar a los jóvenes de nuestra iglesia a que puedan ser misioneros, ya sea en su iglesia local, en las vacaciones, o a través de cualquier ministerio que ofrece la posibilidad de servir. Y en forma especial por estos chicos que están dedicando un año completo a servir al señor en un lugar que no es su casa, dejando facultad, familia y su trabajo para servir a Dios”, concluye el pastor Gary Utz.

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