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Presidente mundial de la Iglesia Adventista se pronuncia sobre el Coronavirus

En todo el mundo, la denominación ha adoptado medidas para proteger a los miembros y las comunidades donde se encuentran templos e instituciones.


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(Nota del editor: A continuación, se encuentra la transcripción de un mensaje de video con respecto al COVID-19, o Coronavirus, del presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a nivel mundial, Ted N. C. Wilson).

Hermanos y hermanas, hoy me gustaría hablar con ustedes sobre un fenómeno que se está extendiendo alrededor del mundo; una situación que está avanzando de forma tan rápida que las personas en todo el mundo se están preguntando qué se puede hacer para parar este Coronavirus no deseado y potencialmente mortal, conocido como COVID-19.

Al 12 de marzo, este virus altamente contagioso se ha extendido alrededor del mundo, con cerca de 128.000 casos confirmados, y más de 4.700 muertes confirmadas. El virus COVID-19 se ha propagado increíblemente rápido, y los gobiernos están tomando acciones sin precedentes al cerrar fronteras, poner en cuarentena a grandes grupos de personas, y apresurar el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad. Los mercados financieros están cayendo, las escuelas han sido cerradas, las reuniones masivas se cancelan, se han suspendido los viajes, y la lista podría seguir.

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Una inquietud general está cubriendo el mundo y el pánico está empezando a establecerse mientras las personas se apresuran a comprar desinfectante de manos, mascarillas, y otros ítems que creen que los protegerán del Coronavirus.

Al mirar a nuestro alrededor nos preguntamos: ¿A qué lleva todo esto? ¿Puede ser el principio del fin? ¿Cómo deberíamos los adventistas del séptimo día responder, y qué está haciendo la Iglesia con respecto a esta notoria crisis de salud mundial?

En primer lugar, no necesitamos entrar en pánico. Jesús nos dice en Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.

No es una sorpresa que sucedan cosas malas en este mundo lleno de pecado. Sin embargo, a veces nos sorprendemos de su magnitud o de lo rápido que suceden estas cosas.

Pero, aun así, nada sorprende a Dios. Al hablar con sus discípulos acerca de los últimos tiempos, Jesús les dijo: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares” (Mateo 24:7).

La palabra “peste”, por cierto, es una palabra antigua que significa “Enfermedad contagiosa y grave que origina gran mortandad”.

Aunque el mundo ciertamente ha visto enfermedades epidémicas en el pasado, esta “peste” parece haber atraído una inusual cantidad de atención y preocupación global. Para muchos, se ha convertido en un enfoque abrumador.

En tales situaciones, Dios llama a su pueblo a ofrecer calma en medio de la tormenta. Somos llamados a ser anclas de estabilidad y pilares de esperanza en estos tiempos de crisis al llevar la atención de las personas a la base sólida que es Jesucristo.

¿Cuáles son algunas formas prácticas para hacer esto? Permítanme delinear 3 pasos importantes:

1. Asegúrense de tener paz con Dios

Confiesen a Dios cualquier pecado que tengan oculto en su corazón y acepten el perdón que él ofrece gratuitamente a todos. Confíen que sus vidas están completamente en las manos de Dios, y que él tiene un maravilloso plan para ustedes. “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros”, dice en Jeremías 29:11, “pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.

¡Y sabemos con seguridad que los planes futuros de Dios incluyen vivir para siempre con él en un lugar mucho mejor! “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”, nos dice en Juan, capítulo 14. “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.

Entonces, el primer paso es asegurarse de tener paz con Dios. En Isaías 26:3 leemos: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”; y en 2 Timoteo 1:7 se nos dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.

2. Vivan un estilo de vida saludable

Dios no solo promete un futuro, una vida mejor, sino que también quiere que disfrutemos una buena salud aquí y ahora. Numerosos investigadores y profesionales de la salud han reconocido que una de las mejores formas de evitar contraer el Coronavirus, o cualquier virus, es tener un sistema inmune saludable, construido a través de hábitos saludables en el estilo de vida.

Los adventistas del séptimo día son conocidos por vivir de forma saludable, por seguir los maravillosos principios de salud mencionados en la Biblia y en los escritos inspirados de Elena de White. Vivir de forma saludable incluye una buena nutrición a través de una dieta equilibrada basada en plantas, con mucha fruta y vegetales frescos, frutos secos, semillas y granos integrales, y evitar grasas y azúcares, los cuales debilitan el sistema inmune.

Hacer ejercicio físico regularmente al aire libre y al sol también es un aspecto muy importante de la buena salud y puede mejorar grandemente nuestro sistema inmune. Beber abundante agua no solo es refrescante, sino también vital para mantener una buena salud. Beber como mínimo de 6 a 8 vasos de agua cada día es importante. También es crítico mantenerse alejado de sustancias perjudiciales como el alcohol, el tabaco, drogas ilícitas y la cafeína para mantener una buena salud y pelear contra la enfermedad.

Otro elemento vital para la buena salud es descansar apropiadamente, lo que consiste en por lo menos 7 o más horas de sueño cada noche. Por último, y lo más importante, es confiar en Dios. Al colocarnos plenamente en sus manos, recibimos la paz que él quiere darnos y podemos descansar completamente en su cuidado.

3. Compartan lo que tienen con los demás

Si bien no queremos ser portadores del virus COVID-19, sería maravilloso si pudiéramos ser agentes de esperanza y cura alrededor del mundo. Sean testigos de estabilidad espiritual y esperanza práctica al ayudar a otros a estar en paz.

Durante este tiempo de crisis, mientras las personas están en pánico, preguntándose qué ocurrirá después, tenemos una gran oportunidad de compartir el mensaje de Dios con nuestros amados, amigos y conocidos, vecinos y compañeros de trabajo, compañeros de clase, e incluso con extraños. Este es un tiempo de ser abiertos, pues las personas buscan y desean respuestas que solo Dios puede dar.

Los animo a practicar los principios de salud en su propia vida, y luego a compartirlos con otros; a mostrar que vivir una vida saludable puede mejorar en gran manera nuestro sistema inmune y ayudar a prevenir enfermedades.

Lo más importante es que Dios nos llama a compartir su verdad, la verdad acerca de Jesús y su pronto regreso con los demás. Ofrézcanse a estudiar la Biblia con ellos. Se sorprenderían de cuántas personas están interesadas en lo que la Biblia tiene para decir, especialmente acerca de las profecías y los escenarios del tiempo del fin.

Hay muchos buenos recursos donde pueden encontrar excelentes estudios bíblicos. Un buen lugar para comenzar es con las guías de estudio de Está Escrito. Son gratis y pueden encontrarlas en: itiswritten.study. Otro buen recurso se encuentra en bibleinfo.com/es.

Entonces, los animo a:

  1. Asegurarse de estar en paz con Dios.
  2. Vivir de manera saludable.
  3. Compartir lo que tienen con otros.

Quiero asegurarles que aquí en la sede mundial de la Iglesia Adventista estamos monitoreando cuidadosamente la situación con respecto al COVID-19 y estamos en contacto con varios líderes de la Iglesia alrededor del mundo. Se están tomando precauciones en nuestras iglesias, escuelas y otras instituciones para mantenernos lo más sanos y seguros como sea posible, y los animo a seguir las instrucciones dadas por sus líderes locales.

Además, muchos se están preguntando si la Sesión de la Asociación General 2020 se llevará a cabo o no, de la forma como estaba planificada, este verano en Indianápolis, Indiana. En este momento, no hay planes de posponerlo. Sin embargo, estamos monitoreando la situación cuidadosamente y se están discutiendo diversos escenarios. Los mantendremos informados a medida que la situación se vaya desarrollando.

Por último, quiero animarlos a orar seriamente por el derramamiento del Espíritu Santo. Ciertamente estamos viviendo en los últimos tiempos y al ver los eventos que nos rodean, sabemos que el regreso de Cristo ocurrirá pronto. Necesitamos la sabiduría y el poder del Espíritu Santo para hacer la obra que Dios nos llamó a hacer en este momento en la historia de la Tierra. La pluma inspirada nos dice que “Un gran número de preciosos seres humanos están a tientas en la oscuridad; sin embargo anhelan, oran y lloran por la verdad” (El otro poder, p. 65). Este es el tiempo, más que nunca, de dejar que nuestras lámparas brillen para él.