La crisis muestra oportunidades para que la iglesia readapte estrategias
Informe de Tesorería señaló un crecimiento, y presentó algunas medidas adoptadas por la denominación ante la pandemia.
La pandemia del nuevo coronavirus elevó los desafíos de la Iglesia Adventista. Templos cerrados, contacto limitado, crecimiento de la tasa de desempleo y otros factores alteran las perspectivas y planes futuros de los miembros y de la propia denominación.
Pero, a pesar de estos resultados, tal escenario también se convierte en una oportunidad para adoptar nuevos métodos y herramientas que potencien el avance de la misión de predicar el evangelio. Es lo que revela el informe de Tesorería de la sede sudamericana adventista, presentado durante el Concilio Anual, realizado esta semana en Brasilia.
Una de las evidencias está en el número de diezmos recibidos. Aunque la cantidad de personas que lo hicieron haya disminuido durante los últimos meses como reflejo directo en la pérdida del poder económico, con una caída de 2,26%, el valor de los diezmos, en septiembre registró un crecimiento del 5,12% cuando se lo compara con el mismo periodo del año pasado.
“Cuando vemos estos datos, percibimos que Dios está cuidando de su iglesia en todos los aspectos”, subrayó el pastor Marlon Lopes, director financiero de la Iglesia Adventista para ocho países sudamericanos.
Una realidad en constante cambio
Pero, ¿cómo los diezmos y ofrendas continuaron siendo recogidos con los templos cerrados? Una de las respuestas es el 7me, que es usado hace unos tres años, también, para permitir a los miembros la posibilidad de adorar a Dios con sus recursos de forma digital.
Desde abril hasta septiembre de 2020, más del 7% de los fieles utiliza este medio para continuar contribuyendo con la misión de la Iglesia. En febrero, el porcentaje era de solo 2,34%. Con relación al día de la semana en que las personas hacían más operaciones en la aplicación o sitio del 7me, el informe señala que el mayor índice, 17,5%, está concentrado en el viernes. El sábado viene en segundo lugar, con el 16,67%. Y el más bajo, se registró el domingo: 7,75%.
“La Iglesia no puede abandonar las antiguas estrategias. Necesita revisitar lo que se hace, pero la estructura que era física va a tener que alcanzar lo virtual también”, evaluó Lopes al decir que la pandemia acercó lo analógico y lo digital, principalmente en relación a la forma como la Iglesia se conecta a los miembros y ellos se conectan entre sí.
Según su evaluación, es necesario mirar a tres grupos que surgieron en la pandemia: los que están en transición; los adaptados y los nativos. El primer grupo está formado por quienes están en cambio de lo off-line a lo on-line: temen que el templo físico sea cerrado, pero diezman por el 7me, por ejemplo.
El segundo, está compuesto por personas que no sabían que lo digital era bueno. Les gustaba el modelo físico, pero cuando experimentaron los cultos virtuales, como a través de Zoom, se adaptaron; devolvían el diezmo en el alfolí, pero vieron las ventajas de utilizar el 7me. Y el último, los nativos, está compuesto por una generación que ya nació conectada y que casi no sabe lo que es un sobre de diezmo.
Bendiciones anticipadas
Desde el año pasado, la Iglesia Adventista se ha enfocado en estrategias para disminuir los gastos y aplicar más recursos en proyectos de evangelismo. En la sede sudamericana, una iniciativa pionera fue puesta en acción: la contabilidad sin papel. La propuesta era transferir documentos físicos a digital y disminuir al máximo el número de impresiones o archivos. En diez meses, la reducción con ítems enviados vía correos fue del 56,74%; con fotocopias, 31,12%, y 69,81% con materiales de oficina.
“Eso no comienza a partir de una pandemia, sino de una filosofía que se intensifica mucho más ahora”, añadió Lopes, al recordar que otras acciones fueron pensadas antes de la crisis. Una de ellas fue intensificar las reuniones vía Zoom, plataforma que se popularizó en la pandemia, pero que ya era utilizada por la Iglesia Adventista para reducir traslados y agilizar decisiones.
Del mismo modo, la Casa Publicadora Brasileña estaba trabajando en la plataforma E-Class, que inicialmente tenía otro propósito, pero que se convirtió en la herramienta oficial utilizada por la Educación Adventista para permitir que la enseñanza continuara, incluso durante los momentos más críticos del crecimiento del covid-19.
Ante este escenario, en 2021 la Iglesia continuará invirtiendo en estrategias misioneras y que ayuden a más personas a conocer a Cristo, no solo de manera real, sino que también de manera virtual. Por eso está previsto que se realice evangelismo por la TV Nuevo Tiempo y por la web; las Biblias Caleb y la distribución gratuita de libros misioneros, entre otras iniciativas. “Si adoptamos un plan de trabajo donde Dios sea el gran orientador, a pesar de cualquier crisis, él nos dará la victoria y lo que necesitamos”, destacó Lopes.
Foco en la misión
El presidente de la Iglesia Adventista para ocho países sudamericanos, el pastor Erton Köhler, recordó que todos estos resultados se deben, en primer lugar, a las bendiciones que Dios ha concedido a los miembros. “Alabado sea el Señor”, agradeció.
“Nos aferramos a la estructura para invertir más en la línea de frente. Estamos redistribuyendo los recursos, pero pensamos que todavía vendrán tiempos más difíciles. Por eso, necesitamos estar preparados para que la Iglesia continúe avanzando. Esta no para de crecer, pero se prepara para enfrentar crisis”, analizó.
Luego de seguir la presentación del informe de manera virtual, vía Zoom, el director financiero de la sede mundial de la Iglesia Adventista, el pastor Juan Prestol-Puesan, felicitó a Sudamérica por implantar medidas de optimización de recursos incluso antes que se anunciara una crisis. Él dijo que la denominación fue afectada en todo el mundo, lo que ya resulta, por ejemplo, en una reducción del 30% en la recepción de ofrendas en relación al año anterior.
“La medida que ustedes están implantando, de repensar el trabajo, es lo que la administración necesita hacer ahora. Y los felicito por haberse adelantado a este problema, aprobó Prestol-Puesan”.