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Análisis bíblico sobre cuestiones de racismo y esclavitud

Los pioneros adventistas tenían una posición bien definida contra la esclavitud y eso es evidente de varias formas.


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De acuerdo con la Biblia, todos los seres humanos descienden de Adán y Eva, dice el pastor Silvano Barbosa. (Imagen: Pexels)

En tiempos de profundas discusiones con respecto a temas relacionados con la discriminación racial, la Agencia Adventista Sudamericana decidió conversar con un teólogo que analiza el tema desde el punto de vista de la Santa Biblia. El diálogo fue con el pastor Silvano Barbosa. Él es doctor (Ph.D) en Misiología por la Universidad Andrews (2017). Cursó la maestría en Teología Pastoral en el Centro Universitario Adventista de São Paulo – UNASP (2010) y se graduó en Teología en la Facultad Adventista de Bahía (1998). Tiene experiencia en Teología Aplicada, y se ha desempeñado principalmente en las siguientes áreas: ministerio pastoral, misión, movilización de personas y organizaciones misioneras.

Actualmente es profesor titular de Teología en el Centro Universitario Adventista de São Paulo y profesor honorario en la Universidad Peruana Unión. Está casado con la enfermera Lea Sampaio, con quien tiene dos hijos, Davi y Liz. Él produjo, en 2020, una serie de videos llamada Raça e as Escrituras [La raza y las Escrituras], donde aborda varios aspectos del tema.

¿Qué dice efectivamente la Biblia sobre la igualdad racial y los principios que fortalecen la no discriminación étnica?

De acuerdo con la Biblia, todos los seres humanos descienden de Adán y Eva, nuestros ancestros originales, que hacen de toda la humanidad una sola familia (Génesis 3:20). El relato de la creación en el libro de Génesis (Génesis 1:27) asegura la igualdad inmutable y dada por Dios para todas las personas en todos los tiempos, lugares y circunstancias.

Dios “de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra” (Hechos 17:26), y Jesús nos enseña a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:39). Las distinciones de raza, etnia, casta y tribu son usadas para segmentar y dividir pecaminosamente la unidad fundamental que Dios deseaba que los seres humanos experimentaran con él y los unos con los otros. Según los principios bíblicos, aquellos que abusan de los otros deben ser debidamente llevados ante la justicia y, por último, enfrentarán el juicio divino (Eclesiastés 12:14; Hebreos 9:27).

La Iglesia del Nuevo Testamento enseña que Dios valora la diversidad y trabaja con la diversidad (Hechos 13:1). Juan vio en el cielo una “gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos” (Apocalipsis 7:9). Esa es la multitud de los salvos, que reinarán con el Señor eternamente. ¡Ellos están allí porque fueron comprados por la sangre de Jesús! A partir del momento en que se volvieron propiedad de Jesús, entonces pasaron a ser parte de un reino donde “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28).

Al mismo tiempo, algunos críticos suelen decir que el tema de la esclavitud, que también está relacionado a cuestiones étnicas en los siglos recientes, es tratado con una cierta normalidad en los contextos bíblicos. ¿Qué se puede decir de eso?

La esclavitud era practicada por todos los pueblos antiguos de los que hay registros históricos: egipcios, sumerios, babilonios, asirios, fenicios, sirios, moabitas, amonitas, edomitas, griegos, romanos y varios otros. Cuando los escritores bíblicos mencionan la esclavitud, ellos están describiendo una práctica cultural común en los territorios donde el pueblo de Dios estaba habitando o en las naciones con las cuales interactuaban.

Al mismo tiempo, había poco sentido de diferencia racial con base en el color, y la tonalidad de la piel no era un criterio utilizado para que se convirtieran en esclavos. En Génesis 9:25, ebed (esclavo) es utilizado en el sentido de estar sujeto políticamente a un poder extranjero. Además de eso, la ley judía requería que los esclavos hebreos fueran liberados después de seis años de servicio; ellos no podían ser forzados a trabajar toda su vida, a menos que esa fuera una elección propia (Éxodo 21:2-7). En algunos casos, los esclavos tenían posiciones de honor.

En el Nuevo Testamento, los esclavos que se convertían al cristianismo eran verdaderamente considerados hermanos y compañeros de herencia en el reino de Dios. Ellos eran solícitos al servir fielmente a sus señores, como si estuvieran sirviendo al Señor, aunque también eran aconsejados a comprar su libertad (1 Corintios 7:21). Llegó un momento en el que la cristiandad asimiló la enseñanza bíblica de que el ser humano tiene una dignidad inalienable, porque es una persona creada a la imagen de Dios. Cuando eso empezó a permear la cristiandad (territorios cristianos), fue cuando la esclavitud empezó a ser criticada y el propio derecho de que la práctica existiera empezó a ser cuestionado. No se tiene conocimiento de ningún movimiento equivalente asociado a la abolición de la esclavitud en cualquier civilización no cristiana.

¿Qué se espera, bíblicamente hablando, en términos de acciones concretas de parte de los cristianos con respecto a cuestiones raciales?

La Biblia presenta un ideal elevado acerca de cómo debemos lidiar con la diversidad racial y eso es evidente en la iglesia de Antioquía (Hechos 13:1). Lucas destaca el grupo de líderes judíos y gentiles que lideraban la iglesia de Antioquía. Eran: Bernabé, que era judío, de la Isla de Chipre; Simeón, el negro, probablemente era del norte de África; Lucio, también un africano de Cirene; Manaén era un palestino que, a pesar de haber sido criado en la corte de Herodes, también era un líder en esta iglesia. Y finalmente Saulo, ciudadano romano de la provincia de Sicilia, de la ciudad de Tarso.

Antioquía se volvió la base de lanzamiento de la misión cristiana a todo el mundo gentil. Dios trabaja con la diversidad. Él creó todas las cosas con la propiedad de la variación, materia prima de la diversidad. Él eligió un ambiente diverso, una iglesia diversa para establecer los primeros equipos de misioneros. Dios creó la diversidad para que fuera una ventaja. Si queremos vivir en armonía con el plan divino, debemos ser personas que buscan y valoran la diversidad.

¿Cómo veían los pioneros adventistas esta cuestión racial y cómo actuaron con respecto a eso?

Los pioneros adventistas tenían una posición bien definida contra la esclavitud y eso es evidente de varias formas:

  1. Aunque muchos adventistas milleritas evitaran la asociación con partidos políticos, porque normalmente esos partidos apoyaban la esclavitud, un número significativo de personas se unió al Partido de la Libertad, que tenía como objetivo único la abolición total e inmediata de la esclavitud.
  2. En 1848, el Partido de la Libertad nombró a Gerrit Smith, un adventista millerita, guardador del sábado, como candidato a presidente de los Estados Unidos.
  3. Las personas negras no solo eran aceptadas en la comunidad, sino que también ocupaban funciones pastorales. John West era un exesclavo que se hizo ministro y luchó activamente contra el racismo.
  4. En 1852, los Platts recibieron a Jaime y Elena White en su casa en un tiempo en que prácticamente todos los norteños blancos se rehusaban a asociarse públicamente con los negros.
  5. Los adventistas hicieron peticiones contra la esclavitud del sur de los Estados Unidos y el racismo del Norte durante las décadas de 1830 a 1860.
  6. Los adventistas del séptimo día incorporaron argumentos abolicionistas al mensaje de los tres ángeles (Apocalipsis 14:6-12).