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Agencia humanitaria adventista también fue afectada en el atentado de Somalia

Considerado uno de los mayores atentados de los últimos tiempos, un acto violento en Somalia expone la realidad de un país que sufre desde hace mucho tiempo con guerras civiles.


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El número de  muertos todavía es indefinido, porque el país vive una mezcla de inseguridad y catástrofes climáticas desde hace mucho tiempo. Todo esto dificulta la precisión. Foto: Folha de São Paulo

Brasilia, Brasil… [ASN] El atentado ocurrido el sábado pasado, en Mogadiscio, capital de Somalia, con más de 2,1 millones de habitantes (datos del 2015), aun repercute en todo el mundo. Según algunas agencias de noticias, fueron 276 las muertes confirmadas y centenas de heridos por causa de la explosión de un camión en el centro de la ciudad. El país necesita alimentos, agua y donación de sangre en carácter de emergencia. El atentado no fue reivindicado, pero las autoridades gubernamentales afirman que la responsabilidad fue de los islamistas somalíes ligados a la organización terrorista Al-Qaeda.

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Uno de los blancos de la explosión fue, también, las oficinas de la agencia humanitaria adventista, ADRA, situadas cerca del lugar del atentado. Según informó el director de ADRA Somalia, el brasileño Luiz Camargo, que está hace casi 4 años en la actividad, “nuestra oficina fue seriamente dañada por estar cerca de donde el auto bomba explotó. Había algunas personas en el interior de la sede, debido a que esta también es nuestra sala de huéspedes. Felizmente, ninguno fue herido, y ya hemos traído a nuestro colega de vuelta a Kenia (Nairobi) donde está nuestra oficina principal. Tenemos siete oficinas en Somalia, y siempre tenemos incidentes de menores proporciones, pero con muchos impactos en nuestras actividades”.

Es importante entender que la sede principal de ADRA que responde por Somalia está ubicada, por cuestiones de seguridad, en Kenia. Regularmente, el equipo se desplaza hasta la oficina en Mogadiscio (con cerca de 50 trabajadores) o hacia regiones en las que hay necesidad de intervención humanitaria, siempre con el acompañamiento de organismos internacionales como la ONU.

Ayuda perjudicial

ADRA en Somalia no está involucrada directamente en atender a las víctimas en este primer momento, como explica Camargo. Él comenta que el gobierno local creó un área de emergencias que trata de autorizar a quienes pueden colaborar, como la Cruz Roja y otras organizaciones ya reconocidas que prestan ayuda en hospitales y clínicas de la capital.

Otro aspecto que dificulta aún más la situación en Somalia tiene que ver con una fuerte sequía que castiga a la agricultura y ganadería del país. Por eso falta alimentos y agua en los centros urbanos, y las personas están entrando en desesperación. “El pueblo ya estaba estresado debido a ese desastre natural y ahora está mentalmente agotado debido a lo ocurrido el sábado. A los primeros que estamos atendiendo en este momento son a nuestros empleados que tienen familia y amigos afectados por el ataque terrorista”, comenta el director de ADRA.

De acuerdo con Luiz Camargo, no hay permiso para que las personas accedan al centro de Mogadiscio, y eso incluye a las propias organizaciones humanitarias, como la ADRA, que suelen actuar rápidamente en situaciones como esa. “El clima todavía está tenso, pero la vida continúa. Este fue el mayor ataque en la historia del país, pero todos los días hay ataques que no aparecen en las noticias internacionales y que también ejercen un impacto significativo en la vida de las personas”, afirma.

Para el trabajador humanitario, la percepción de quien vive en la región es la de que otros ataques ocurrirán y los blancos podrían estar relacionados a organismos internacionales, así como también el gobierno local e incluso la ONU. “Las ONG, como ADRA, siempre sufren los daños colaterales en estos ataques. Necesitamos adaptarnos en un ambiente hostil y muy complejo. Estamos haciendo todo lo posible para mitigar el sufrimiento de los más necesitados del país, pero no podemos olvidarnos que estamos en un país en guerra y que toda precaución es poca para con los que trabajan con nosotros”, resalta. [Equipo ASN, Felipe Lemos]