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Voluntarias adventistas llevan 19 años sirviendo a personas enfermas

Se trata de las conocidas "Damas de Damasco", quienes realizan un servicio desinteresado en el Hospital Regional de Arica, al norte de Chile.


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Carmen Carrasco, líder del Ministerio "Damas de Damasco" en Arica, visitando a un paciente en cuidados paleativos. (Foto: Carmen Gloria Moraga)

La visita de las Damas de Damasco trae alivio y esperanza. Cada 72 horas cambian parches que calman el dolor, retiran medicamentos, explican como suministrarlos, enseñan técnicas para cuidar a personas postradas, informan en cuidados paliativos el estado de los pacientes y brindan ayuda espiritual. Pertenecen al Servicio Hospitalario Adventista en la ciudad de Arica y su deseo es cuidar a los enfermos como si fueran parte de su familia.

“Nos entregan ese deseo de vivir, porque así es la vida, no es fácil y porque no es fácil uno no se apega a la vida”, señaló emocionado Benjamín Correa, uno de los pacientes que recibe ayuda de las Damas de Damasco.

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Este ministerio, perteneciente a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, trabaja junto a la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Regional de Arica. Los profesionales del centro de salud capacitan a las voluntarias y luego les designan pacientes que necesitan visitas domiciliarias.

“El voluntariado nos apoya bastante. Prácticamente hemos visto que solamente el tratamiento de la enfermedad no basta, sino que también tenemos que cultivar el alma, cultivar el amor, cultivar el cariño de estos pacientes. Muchas veces estos pacientes son casos sociales que no tienen en quien apoyarse, entonces el voluntariado es un factor muy positivo en nuestra unidad”, afirmó Juan Pablo Colque, enfermero de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Regional de Arica.

Desde hace 19 años que las Damas de Damasco cultivan el amor en los enfermos, sobre todo el amor divino, les cuentan a los pacientes que hay un Dios Todopoderoso capaz de curar las enfermedades más graves y las heridas más profundas. Para que las palabras no se las lleve el viento, fortalecen su fe orando con ellos y cantando alabanzas. De esta manera, se transforman en un oasis en medio del desierto.

“Nuestro único afán es servir al Señor y contarles a todas las personas con las que nos encontramos que la esperanza es Jesús”, expresó Carmen Carrasco, líder del Ministerio Damas de Damasco en Arica.

En la misma línea, Isabel Bautista, voluntaria de Damas de Damasco, dijo “Me motiva el servicio y llevar el amor de Dios a aquellos que todavía no conocen a Jesús. Muchas familias han conocido por este medio a Jesús”.

Benjamín Correa ha fortalecido su fe gracias a las visitas que recibe, cada tres días, de parte de Isabel Bautista, quien le enseñó un himno inspirado en el salmo 121. Llenos de alegría ambos cantan “Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro?, mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda, he aquí no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”.

Este ejército de mujeres seguirá trabajando para ser las manos y los pies de Jesús en un mundo que cada vez es más indiferente e individualista.

Mira algunas fotos que muestran la labor que realizan las "Damas de Damasco".