Voluntariado adventista entrega alimentos a padres en hospital pediátrico
En Santiago de Chile, donde se ubica el hospital, padres no solo reciben alimento físico, también el alimento espiritual.
Mientras algunos niños viven felices con sus padres, otros duermen en la sala de un hospital. Muchos llevan años internos en estos centros de paredes blancas. Sus padres los visitan el mayor tiempo posible sin importar el frío, el hambre, ni el exceso de sueño. Para que este proceso sea más llevadero, el Voluntariado Hospitalario Adventista, liderado por Abel Vivanco, visitó el 27 de abril el hospital pediátrico Exequiel González Cortés para darle desayuno y cena a los papás de los menores.
“Una gran ayuda, porque en estos momentos uno llega y sale de casa y no sabe si pueda volver. Yo no tenía plata para comprarme un desayuno y una sopa”, afirmó Jessica Escobar, madre de un niño hospitalizado.
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Hay personas que han perdido a sus hijos en este centro de salud, que fueron acogidos con amor por los voluntarios y lo recuerdan con cariño. Tal es el caso de Enrique Correa, quien relata con una sonrisa en el rostro: “Un día de lluvia salí y me reconfortaron bien con una bebida, una sopita, y yo pensé que se estaba vendiendo, pero como era dado, se tiene otro aprecio. Así que muy bueno, que lo sigan haciendo”.
Para que se escriban más historias de amor al prójimo como estas, una de las voluntarias de la iniciativa del Voluntariado Hospitalario Adventista se propuso una meta: “Venir una vez al mes con la ayuda del Señor. Queremos hacerlo porque nos nace del corazón, cuando no venimos nos sentimos incómodos”, explicó Rosa Velázquez, quien lideró la preparación de los alimentos que se regalaron.
Este ministerio de la Iglesia Adventista del Séptimo Día no sólo satisface las necesidades físicas de las personas, también entrega alimento espiritual. En esta oportunidad regalaron decenas de ejemplares del libro misionero Esperanza para la familia, en dos ediciones: para adultos y para niños. Además, oraron con los familiares de los menores que están hospitalizados.
“Como la idea es justamente visitar a los niños arriba, queremos dejarles un material para que puedan leer y también llegar con el mensaje a ellos”, señaló Eduardo Cornejo, miembro del Voluntariado Hospitalario Adventista.
Hace cinco años Abel Vivanco inició el Voluntariado Hospitalario Adventista en este centro de salud ubicado en el sur de Santiago. Desde entonces, cada sábado deja el corazón en la ayuda que brinda porque sabe lo que es estar en la otra cara de la moneda. “Mi hijo estuvo médicamente desahuciado, para honra y gloria de Dios él tiene 19 años ahora. Yo sé lo que es estar aquí adentro, sé lo que se sufre; por eso vinimos a brindar apoyo espiritual, presentarle a Jesucristo como la única esperanza, y también les traemos alimento físico”, expresó.
Gracias al amor, a la dedicación y al arduo trabajo de estos voluntarios, se entregaron 145 desayunos y 200 colaciones en el centro de salud. Se espera que durante el resto del año este ministerio siga regalando alimentos y sobre todo esperanza a cientos de personas que están pasando un momento difícil.
“Esto no para. El hospital funciona las 24 horas del día. Ese amor que tenemos por el prójimo ha sido posible gracias al aporte de muchas iglesias. El amor que tenemos a Cristo nos motiva. Nosotros nos levantamos a las cinco de la mañana, ahora son las nueve de la noche y el Señor renueva nuestras fuerzas; por eso, seguimos trabajando por el evangelio de Jesucristo, porque tenemos a Cristo en el corazón”, resaltó Abel Vivanco.
Mira algunas fotos que dejó esta ayuda solidaria: