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Relaciones Familiares Saludables en la Cuarentena

La situación sanitaria mundial nos ha obligado a cambiar nuestra rutina, trastocando fuertemente nuestras relaciones familiares al permanecer confinados a casa durante un tiempo al que no estábamos habituados. Para que puedas mantener un espíritu sal...


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Imagen: Shutterstock

La situación sanitaria mundial nos ha obligado a cambiar nuestra rutina, trastocando fuertemente nuestras relaciones familiares al permanecer confinados a casa durante un tiempo al que no estábamos habituados. Para que puedas mantener un espíritu saludable dentro de tu hogar te presentamos cuatro aspectos que debes considerar durante la cuarentena:

1. Seamos compasivos.
Cuando comencemos a sentirnos irritados con algún miembro de nuestra familia, respiremos profundo y tratemos de dar algunos pasos hacia atrás para lograr ver las cosas desde otro ángulo. Es bueno comprender que estamos en esto juntos; si te sientes frustrado, tenso o encerrado, lo más probable es que tu familia siente algo similar. En momentos así, seamos compasivos. Evitemos caer en la tentación de pensar solo en lo que a nosotros nos pasa, lo que nosotros pensamos y lo que nosotros sentimos. Pensemos en quienes nos rodean y tengamos una actitud de compasión en vez de un espíritu crítico, malhumorado u hostil. Tal vez no tengamos mucho control sobre la situación que estamos viviendo, pero algo que aún podemos controlar es la actitud con la que vamos a escoger enfrentar estos tiempos.

2. Seamos conscientes de nuestras emociones.
Parte del desarrollo de la inteligencia emocional comprende tomar consciencia de nuestras propias emociones y sus orígenes; no estar conscientes de esto podría llevarnos a descargar emociones negativas en nuestros familiares sin darnos cuenta, deteriorando nuestra relación con ellos y dejándolos muy confundidos. Es importante ser capaces de reconocer cuando estamos preocupados, ansiosos, cuando nos sentimos solos, tristes, hasta aburridos y poder comunicar esto a quienes nos rodean. Al comunicarlo, no sólo permitiremos que quienes nos rodean puedan comprender nuestra conducta, también podremos modificar nuestro comportamiento y evitar que sea dominado por estas emociones.

 

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3. Cuidemos lo que vemos, leemos y escuchamos.
En estos días muchos han aconsejado limitar la cantidad de noticias a las que estamos expuestos, con el fin de evitar exceso de ansiedad. Esta recomendación cuenta con respaldo científico: estudios han encontrado una correlación entre estar expuesto a noticieros con alto número de noticias negativas y estados psicológicos de temor y ansiedad[1]. La escritora adventista Elena G. White también advierte sobre la influencia que pueden llegar a tener en nosotros las cosas que vemos, leemos y escuchamos:

“Todos deben custodiar los sentidos, no sea que Satanás obtenga la victoria sobre ellos; porque son las vías de acceso al alma… La obra de Satanás consiste en inducir a los hombres a no tener en cuenta a Dios, a absorber de tal manera su atención que no pensarán en su Hacedor”[2].

En medio de toda la información que estamos recibiendo, no olvidemos buscar a Dios, recordemos que Él sigue en control.

4. Recordemos y recordémosle a nuestra familia que esta situación es temporal.
A veces, al estar envuelto en una dificultad, resulta difícil pensar en tiempos futuros cuando la adversidad haya quedado atrás y vivamos circunstancias distintas. Es posible que al atravesar esta cuarentena, en ocasiones, sintamos algo similar. Sin embargo, es importante recordar, y recordarle a nuestra familia, que esta situación es temporal y que no durará para siempre. En algún momento recuperaremos la libertad de desplazarnos libremente y volveremos a tener experiencias hermosas no solo dentro de nuestras casas, sino también afuera.

Es posible que durante lo que resta de la cuarentena continuemos enfrentando desafíos en las relaciones con nuestra familia. Tal vez los efectos del encierro intenten sacar lo peor de nosotros, pero también es la oportunidad perfecta para darnos cuenta qué áreas específicas de nuestra vida aún necesitan ser moldeadas y perfeccionadas por Dios. No es necesario que nos angustiemos tratando de cambiar con nuestras propias fuerzas, este es un esfuerzo conjunto: podemos escoger entregarle nuestra voluntad a Dios y pedirle que cambie nuestro corazón y mente. Cuando hagamos esto, es Él quién obrará en nosotros el querer y el hacer[3].

 

 

Referencias:

[1] Chiricos, T., Padgett, K. y Gerts, M. Fear, TV news, and the reality of crime: Criminology, 755-786. Johnston, W.M. y Davey, G.C.L. The psychological impact of negative TV news bulletins: The catastrophizing of personal worries: British Journal of Psychology, 85-91. Szabo, A., y Hopkinson, K. Negative psychological effects of watching the news in television: relaxation or another intervention may be needed to buffer them!: International Journal of Behavioral Medicine, 57-62. Unz, D., Schwab, F., y Winterhoff-Sprunk, P. TV News, the daily horror?: Media psychology, 141-155.

[2]Elena White. El hogar cristiano: Ellen G. White Estate, 326.

[3] Elena White. Mente, carácter y personalidad. T.2.: Ellen G. White Estate, 93.