Clamó con mucho fervor y Dios desapareció la miocarditis.

Chanchamayo, Perú... [ASN] Una milagrosa desaparición de una severa miocarditis salvó la vida de Graciela Oré Iramátegui, de 66 años, en San Ramón, en la provincia de Chanchamayo (Junín – Perú).

La enfermedad fue detectada cuando Graciela fue llevada por emergencia al centro de salud debido a fuertes cólicos. Los médicos diagnosticaron cálculos vesiculares de gran tamaño y determinaron una urgente operación. Sin embargo, la miocarditis (inflamación en el músculo cardíaco) impedía continuar con este proceso.

El dolor se tornaba cada vez más insoportable y Graciela trababa de calmarlos con grandes cantidades de analgésicos y antipiréticos. Ella sabía que había un Dios Poderoso del que por mucho tiempo se había alejado, entonces abrió la Biblia y comenzó a leerla. Juntó sus manos, cerró sus ojos y empezó a conversar con Dios mediante una sincera oración.

A pesar de los fuertes dolores y las grandes dosis de medicamentos que tenía que tomar diariamente, Graciela se aferraba cada vez más al poder de la oración. Sintonizó el canal de televisión adventista y, en una predicación, escuchó que Dios responde las oraciones. Inmediatamente cayó de rodillas y clamó a Dios con todo fervor, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas y, al instante, sintió tranquilidad y el dolor empezó a disminuir.

Al día siguiente se dirigió al hospital y, luego de realizar los exámenes, los resultados mostraron que su corazón estaba sano y que la miocarditis había desaparecido. Un día después fue intervenida para la extracción vesicular y, por el poder de Dios, salió victoriosa.

Lea también:

Tuberculosis desapareció con ferviente oración

Como muestra de su profundo agradecimiento a Dios, tres meses después, renovó su pacto con Cristo a través de una ceremonia bautismal. Actualmente es miembro de la Iglesia adventista “Nueva Vista”, en Chanchamayo, Perú. [Equipo ASN, Roberto Rosillo]