Noticias Adventistas

Estilo de Vida

La oración venció al cáncer

Una mujer de 35 años fue curada del cáncer, gracias al poder de la oración. "Hoy no tengo cáncer y no necesité de radioterapias, ni quimioterapias", afirma.


  • Compartir:
En el centro: Maribel Aguilar. "Hoy, no tengo cáncer y no necesité de radioterapias,  ni quimioterapias y sé que la oración con fe siempre es escuchada", afirma.

En el centro: Maribel Aguilar. "Hoy, no tengo cáncer y no necesité de radioterapias, ni quimioterapias y sé que la oración con fe siempre es escuchada", afirma.

Lima, Perú... [ASN] “Hoy no tengo cáncer y no necesité de radioterapias, ni quimioterapias. Dios venció la muerte por mí y hoy sé que la oración con fe siempre es escuchada. Hoy mi vida cristiana tiene sentido y aprovecho las oportunidades para mostrar su mensaje de amor y salvación”, dice Maribel Aguilar, que al suplicar en oración a Dios por sanación, vivió en carne propia lo que es un milagro poderoso.

'Muchas veces vivimos en esta Tierra pensando solamente en la vida, en nuestros estudios, nuestro negocio, nuestra próxima adquisición; es decir en el progreso y realización personal.  Pero cuando la muerte toca tu puerta, todos tus planes pierden sentido y te das cuenta que en esta lucha solo tienes a Dios para vencer al monstruo de la muerte. Yo viví esta experiencia con mi Dios, y hoy quiero compartirla con ustedes", expresa Maribel.

Testimonio

Mi nombre es Maribel Rocío Aguilar Ramírez, tengo 35 años de edad, nací en la ciudad de Lima, Perú. Soy miembro de la Iglesia adventista “Santa Rosa Baja”, en Villa María del Triunfo, en Lima.  Actualmente, dirijo el Ministerio de Devoción Personal, la Sociedad de Jóvenes y los domingos apoyo como consejera en el Club de Conquistadores.

En abril del 2013 me sometí a una operación debido a las hemorragias constantes que sufría. A los siete días de estar de alta, recibí la llamada de mi doctora comunicándome que tenía que acercarme a la clínica, pues ya se tenían los resultados de los exámenes patológicos realizados al  mioma que me fue extraído.

Durante toda la noche no pude conciliar el sueño, sentía que algo negativo me ocurría y le pedí a Dios que haga su voluntad en mi vida.  Al día siguiente ingresé al consultorio de la doctora y lo primero que me dijo fue: “¿Tú confías en Dios? Yo respondí que sí, y a continuación escuché la terrible noticia: "tiene cáncer". Mientras ella seguía dándome los pormenores de esta enfermedad, en mi mente decía “Dios mío, ayúdame a salir de todo esto”.

Regresé a casa destruida y por primera vez en mi vida clamé a Dios, le derramé mi alma en oración, rogándole que me ayudara a vencer este cáncer y que me otorgara la oportunidad de vivir.  Al día siguiente comencé la lucha por mi vida, pero no lo hice sola sino con Dios.  Me realizaron los exámenes y me confirmaron el diagnóstico del cáncer y el anuncio de una nueva operación.

Por la gracia de Dios, rápidamente obtuve la fecha de mi operación y fui internada en el mes de setiembre. Esa tarde, cuando todos mis familiares se fueron sentí mucho miedo y estaba a punto de llorar, cuando vi a mis compañeras de cuarto llorando sin consuelo.  En ese momento entendí que yo estaba allí porque Dios tenía un propósito, así que me dije: “Maribel  tú confías en Dios y tienes que ser fuerte,  levántate de esa cama  y ayúdalas, muéstrales a Dios”. Al día siguiente empecé hacer el culto con todas ellas, cantábamos, orábamos y estudiábamos las Meditaciones Matinales de Matinal de Damas. Durante los siguientes días, antes de mi operación tuve la oportunidad de obsequiar los libros de evangelismo “La Gran Esperanza” a todos los pacientes del cuarto piso del hospital.

Un día antes de mi operación oré a Dios y le hice una promesa que si él me permitía vivir yo le serviría  hasta el último día de mi vida.

Hoy, no tengo cáncer y no necesité de radioterapias,  ni quimioterapias. Dios venció la muerte por mí y hoy sé que la oración con fe siempre es escuchada. Hoy, mi vida cristiana tiene sentido y aprovecho las oportunidades para mostrar su mensaje de amor y salvación. [Equipo ASN, Ludwing Esqueche]