El sábado, el día para resaltar la soberanía del Creador
El amor de Dios por la humanidad puede confirmarse en cada detalle de lo que él hizo.
El mensaje de la creación y su significado son temas centrales de nuestra fe y de nuestra experiencia religiosa. Aparece en el libro de Génesis, recorre todo el Antiguo y el Nuevo Testamento y resuena en Apocalipsis 14:7, proclamando a todos los que habitan sobre la Tierra: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Por lo tanto, la creación es el hilo conductor que une y da sentido al drama cósmico que se instaló en la Tierra desde la creación y la caída del hombre.
A partir de la creación, es como entendemos el gran conflicto, la verdadera naturaleza del hombre, la vida, muerte y resurrección de Cristo la experiencia de la salvación, el sábado, y como mantenemos viva nuestra mayor y más sublime esperanza: el pronto regreso de Cristo a esta Tierra.
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Si consideramos que no hubo creación, y que el hombre surgió por procesos evolutivos ciegos y aleatorios a lo largo de millones de años, se hace innecesario y sin sentido hablar de la transgresión de Adán y Eva y de sus consecuencias, ya que la muerte y la degeneración son partes del mecanismo de la evolución biológica, de acuerdo con el evolucionismo.
La desobediencia y la caída de la primera pareja solo tiene sentido a la luz de la creación. Y como consecuencia de haber sido creados y de recibir orientaciones sobre cómo vivir de acuerdo con los preceptos divinos; y porque Adán y Eva optaron por la transgresión, abrieron el camino al sufrimiento, la muerte y la pérdida de la vida eterna.
Por eso, si no hubiera creación, no habría caída y hubiera sido innecesaria la venida del Hijo de Dios a esta Tierra para vivir como hombre, sufrir, ser torturado y morir en una cruz para salvar a cada persona del pecado. Después de todo, ¿morir por quién si no hubo transgresión? ¿De qué valdría el plan de la redención si no hubiera habido caída? Por lo tanto, redención y creación están relacionadas; son como las dos caras de una misma moneda.
Reconocimiento al Creador
El plan de la redención implica una recreación, implica una restauración de este mundo caído y la formación de un Cielo nuevo y de una Tierra nueva, libre de dolor, sufrimiento, llanto y muerte. De la misma forma, como somos salvos por gracia, también fuimos creados por la gracia de un Ser misericordioso que nos hizo por un acto de puro amor. ¡Qué Dios maravilloso es ese en quien creemos y a quien adoramos!
Por otro lado, tenemos que reconocer el amor y la misericordia de Dios al preparar un mundo hermoso y perfecto para que pudiéramos habitar en él. Cada acto creador de Dios fue un acto de amor. La Biblia relata que, al final de cada día, Dios miró sus obras creadas y reconoció que todo era muy bueno. Recién después que estaba todo listo y perfecto decidió crear al hombre, otorgándole la dignidad de ser formado a su imagen y semejanza.
El sábado, por lo tanto, ¡es un momento especial de celebración! Una oportunidad de alegrarnos, de regocijarnos por todo lo que él hizo y de descansar con él mientras disfrutamos de su creación. Es un día especial para volver nuestra atención a este mensaje tan preciado para nosotros: el mensaje de un Dios que nos ama, que nos rescató de la muerte y que nos ofrece vida eterna y abundante (Juan 10:10).
Por todo eso, la Iglesia Adventista instituyó el cuarto sábado de octubre de cada año como el Sábado de la creación. El objetivo de esta celebración es reconocer a Dios como nuestro Creador y las implicaciones que este precepto bíblico tiene para nosotros y para nuestra relación con él. Es una oportunidad de crear un sentido mundial de unidad y devoción al promover sobre este Dios que todo lo creó y que todo mantiene con su poder.
Para comprender más sobre el asunto, vea el siguiente video:
Marcos Costa es geólogo, doctor en Geología por la Universidad Estatal Paulista (Unesp) y presidente de la Sociedad Creacionista Brasileña (SCB) y del Instituto de investigación en Geociencia para ocho países de Sudamérica.