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"Israel existe para ayudar a cumplir las profecías", afirma el teólogo

En una entrevista en vivo, el pastor Reinaldo Siqueira muestra lo que revela la Biblia sobre la actuación de los judíos en la fase final de la predicación del Evangelio.


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El actual Estado de Israel, cuya capital es Jerusalén, fue establecido en 1948, siglos después de la diáspora judía y el subsecuente holocausto, en la Segunda Guerra Mundial. (Foto: Shutterstock)

El pueblo de Israel es preminente tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento bíblico. Fue escogido por Dios como el pueblo de su pacto con la humanidad, también se lo describe en muchas profecías acerca del tiempo del fin. A partir de esto, surgen muchas dudas sobre la literalidad de estas profecías y el papel real de Israel en los últimos días de la historia de la humanidad. Para aclarar estas cuestiones, la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN) conversó en vivo con el pastor Reinaldo Siqueira, director del Seminario de Teología en el Centro Universitario de Sao Paulo (Unasp). Acompañe:

El texto de abajo es solo un resumen, y no una transcripción fiel de la entrevista con el pastor Siqueira. Para ver la conversación completa, mire la transmisión al final de la página.

Pastor, presente un contexto histórico sobre el pueblo de Israel.

Abraham fue llamado por Dios para salir de su tierra, Ur de los Caldeos, en Mesopotamia, para ir a la tierra de Canaán, donde daría origen a una nación grande. Allí tuvo un hijo, Isaac, quien engendró a Jacob y quien después recibió el nombre de Israel. Este a su vez, tuvo doce hijos. Para escapar del hambre que asolaba la tierra en esa época, la familia se fue a Egipto, donde creció y vivió por mucho tiempo. Allí el Pueblo fue esclavizado, y después liberado por Dios, ya con más de dos millones de personas. Entonces, fue conducido a una tierra, el actual Oriente Medio, y ocupó y dio origen al reino de Israel, inclusive la ciudad de Jerusalén. Hasta que la ciudad fue invadida y destruida y ellos fueron llevados cautivos a Babilonia, donde quedaron cautivos por algunas décadas. Después de ese exilio, algunos volvieron a su antigua tierra, y se estableció la nación judía, pero otros quedaron en Babilonia, otros huyeron a Egipto. A partir de ahí comienza la dispersión del pueblo, lo que llamamos diáspora judía. En el Nuevo Testamento encontramos a judíos en el norte de África, en Roma, en Grecia y en varios otros países. Después del holocausto, en la Segunda Guerra Mundial, muchos judíos que estaban esparcidos por el mundo volvieron y establecieron el actual Estado de Israel, en 1948.

Este Estado, ¿es culturalmente descendiente del Israel de la Biblia?

Sí, porque la mayor parte de los judíos fueron registrados en las regiones donde fueron como judíos, y hasta tenían que vivir en lugares separados. Eso preservó al pueblo. Claro que también hubo personas que se convirtieron al judaísmo y se integraron al pueblo de Israel, pero la continuidad está garantizada. Entonces, hoy sabemos que el actual Estado de Israel desciende de aquel pueblo, que es uno de los más antiguos que existen. Desde Abraham, son más de cuatro mil años de historia continua.

¿En la Biblia hay alguna referencia al pueblo de Israel en el fin de los tiempos?

Hay muchas referencias a Israel en las profecías sobre el fin de los tiempos en los libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel, Oseas, Amós, etc., inclusive en el Nuevo Testamento. La pregunta es “¿cómo interpretar esas profecías?”

Una de las interpretaciones más antiguas y tradicionales en el medio cristiano es la llamada teoría del reemplazo. Surge a partir del segundo siglo de la era entre los padres de la Iglesia. Su idea es que Israel, como pueblo de Dios, falló al rechazar al Mesías. Por lo tanto, Dios lo rechazó como nación, y todas las profecías en las que aparece muestran lo que podría haber sucedido y que no ocurrió debido a su infidelidad. La Iglesia cristiana, entonces, tomó su lugar como un Israel espiritual, formado por gente de todas las naciones y todas las profecías se cumplirán en ella dentro de una batalla espiritual entre el bien y el mal.

Otra visión, también común entre los evangélicos conservadores o fundamentalistas, es la llamada dispensacionalismo. Esta considera que la Iglesia cristiana e Israel son dos realidades separadas. Como la profecía acerca de Israel no pudo cumplirse en la antigüedad, se cumplirá en el futuro, durante un milenio de paz que habrá en la Tierra, comenzando con el arrebatamiento secreto. En algún momento, todos los cristianos fieles desaparecerán llevados por Dios al Cielo. Este rapto impactará a todo el mundo, y los judíos se convertirán y evangelizarán a otras naciones. Jerusalén será la capital del mundo, el templo será reconstruido y todos los pueblos vendrán a la ciudad a adorar a Dios. Estas naciones guardarán las fiestas judías y seguirán la religión del Antiguo Testamento, con la fe en Jesús. Hasta que, al final de este milenio, aparecerá el anticristo, que es un judío infiel, que dominará el mundo, destruirá el templo y luchará contra Dios. Finalmente, Jesús volverá para poner fin al anticristo y establecer su Reino eterno. Entonces, el dispensacionalismo parte del presupuesto de que, si Dios hizo una promesa, esta tiene que cumplirse de cualquier manera; y si no fue en el pasado, será en el futuro, de forma literal en esta segunda chance que Dios dará al pueblo de Israel.

Y hay un tercer grupo que cree en la llamada teología de los pactos, en el cual nos encontramos los adventistas. En él, toda profecía está ligada al pacto de Dios con su pueblo. Este pacto tiene elementos de condicionalidad y de incondicionalidad. Por ejemplo, en Levítico 26 Dios dice que daría bendiciones al pueblo de Israel si este era fiel, y le enviaría juicio si era infiel. O sea, son bendiciones condicionales. Pero el texto sigue con lo que Dios dice, aun cuando el pueblo hubiera sufrido todos los juicios, él nunca los rechazaría, sino aprovecharía el juicio para traerlos de vuelta más cerca de él. Entonces, vemos que no todo es condicional y que la misericordia divina obra.

Bueno, por un lado, tenemos esas revelaciones, con elementos de condicionalidad e incondicionalidad, y del otro, las profecías apocalípticas, en especial en el libro de Daniel. Esas profecías fueron dadas en momentos en que el pueblo de Dios estuvo en dificultades, siendo perseguido y sin esperanza en cuanto al futuro, y se preguntaba sobre el cumplimiento del antiguo pacto. La profecía apocalíptica viene como una respuesta divina a esas dudas. Ellas muestran lo que se cumplirá de las revelaciones dadas a los profetas, cómo y cuándo. Como ellas tenían elementos condicionales, no todo se cumplirá, porque Dios respeta las decisiones de su pueblo. Pero él no dejará que su plan de salvación caiga por tierra. Enviará al Mesías, para resolver el problema del pecado y dar salvación a toda la humanidad. Entre su primera venida y el final de la historia humana habrá desolaciones y guerras, hasta el momento en el que regresará definitivamente para instaurar su reino. Vean que hay una interacción entre el libre albedrío humano, que muchas veces imposibilita a Dios hacer con nosotros lo que a él le gustaría, y la perseverancia y fidelidad divinas en cumplir la esencia de su promesa de salvación, aunque no en el tiempo que a él le gustaría.

¿Cuál es el papel del Israel de hoy en las profecías?

Tenemos que mantener la perspectiva bíblica acerca de Israel. Hay cristianos que creen que los judíos están perdidos por haber rechazado a Jesús, y hay otros que creen que estos están salvos solo por ser judíos. Ambas versiones están equivocadas. La Biblia dice que Dios ama a todos los seres humanos, judíos y no judíos. Dios escogió a Israel para una misión muy clara: Ser una fuente de bendiciones para la humanidad. Por ejemplo, la Biblia que tenemos hoy fue casi totalmente escrita por israelitas; fue también por el pueblo judío que vino el Mesías; nuestra fe está afirmada en el Dios de Israel. Entonces, aun con todos los problemas de la nación a lo largo de los siglos, Israel bendijo, y mucho, a la humanidad. Tenemos que reconocerlo.

Como dije, existen profecías bíblicas acerca del pueblo de Israel en el fin de los tiempos. Elena de White también comenta que en el final del capítulo 11 de Romanos se habla sobre Israel en estos últimos días; que es un misterio de Dios, pues muchos judíos aceptarán a Jesús como el Mesías y participarán de la etapa final de la predicación del Evangelio. Otros pasajes, como Oseas 2 y 3; Isaías 10:20; Amós 9:13-15 y Zacarías 8 ella también los aplica al pueblo de Israel al final de los tiempos. Y está también lo que ella escribió aparte de los pasajes bíblicos. En el libro Los hechos de los apóstoles hay un capítulo titulado La salvación para los judíos, en donde habla sobre ese papel. Otras menciones están en el libro Patriarcas y Profetas. Entonces, sí, Dios cuenta con el pueblo de Israel que se unirá a la Iglesia en el fin de los tiempos para la proclamación del Evangelio.

Entonces, la creencia de algunas personas de que habrá eventos específicos en Israel, como el regreso de Jesús que ocurrirán en aquella región, ¿no es verdadera?

La Biblia dice que el regreso de Jesús ocurrirá ante la vista de todo el mundo. Si se produce solo en Jerusalén, sería un falso Mesías. Tal vez la pregunta debería ser “si la profecía tiene esa universalidad, ¿por qué existe el Estado de Israel hoy?” Y es interesante ver que la propia perspectiva guía sobre eso. Para el judío religioso, el Estado de Israel no es el cumplimiento de la profecía porque esta habla de una conversión religiosa que ocurriría bajo el liderazgo del Mesías, y no fue lo que sucedió. El judío que no es religioso también rechaza esa idea porque cree que el Estado de Israel es fruto de su trabajo. Pero yo considero interesante la perspectiva de un gran teólogo judío del siglo 20, Abraham Heschel; cuando fue interrogado sobre eso dijo que “el Estado de Israel no es el cumplimiento de la profecía, sino está aquí para ayudar a cumplir las profecías”. Si él existe hoy, es porque Dios lo quiso.

En su visión, ¿por qué debemos estudiar más este asunto, y qué impacto tiene en nuestras vidas?

Israel es un tema muy importante en la Biblia. Al estudiar sobre él y entender las profecías acerca de él, comprendemos las verdades bíblicas y los tiempos que están delante de nosotros, y podemos seguir con más seguridad. También, cuando vemos todo el amor de Dios por un Israel pecador e infiel, que rechazó al Mesías, tenemos la seguridad de que él también nos ama incondicionalmente, y eso nos inspira a tener ese carácter divino para con otras personas. Israel es la seguridad de la inmutabilidad y perpetuidad del amor de Dios hacia el ser humano.

Mire la entrevista completa: